GRAN CANARIA EN DUNAS DON GREGORY 24-09-2017
Tras las
emocionantes primeras etapas, tuvimos un día para preparar maletas y al día
siguiente comenzar la gran etapa.
Primero a
Madrid donde llegamos tranquilas y gracias al GPS a la primera. Nos alojamos en
el hotel donde íbamos a dejar el coche esperando nuestro regreso una semana.
Descansamos
entre risas y charlas siempre en contacto compartiendo con las niñas como si
ellas también hubieran viajado a nuestro lado.
Enseguida el
descanso, el madrugón y al transporte que nos proporcionaba el hotel hasta el
aeropuerto. Los trámites del paso por el arco y la espera para embarcar, se nos
pasaron volando, y volando a Gran Canaria llegamos tempranito.
En esta
ocasión, en vez de con un autocar repartiendo viajeros, no encontramos con taxi
para nosotras solitas. Así rápido y cómodo llegamos al maravilloso destino al
pie de la playa natural “Las Burras”: el “Dunas Don Gregory”, un hotel
recientemente reinaugurado tras profunda restauración en el que durante una
semana maravillosa iba a alojarnos con todo lujo de detalles y que Irene me
regaló en paquete Premium.
El perfume
relajante y la novedosa decoración junto a las sonrisas del personal de
recepción nos dieron la bienvenida.
Un rico
desayuno y una mañana para ubicarnos conociendo las modernas y prácticas
instalaciones aún sin terminar los trabajos de reforma… Sonrisas constantes de
cada uno de los empleados, desde los cargos más elevados a los que realizaban
los más humildes trabajos; servicios
impecables, instalaciones limpísimas, habitación moderna, muy cómoda y con
preciosas vistas al mar. Dos bonitas piscinas, una de ellas climatizada a pleno
sol… Comedor con terraza cubierta o descubierta al mar. Comida suficientemente
abundante, variada y de buena calidad.
Sin duda una
gran elección la de mi niña, y que disfrutamos desde ese minuto uno.
En todo
momento hicimos lo que nos dio la gana, vimos los lugares que quisimos, vivimos intensamente la magnífica puesta de sol desde el faro de
Maspalomas y
sobretodo reímos mucho, mucho, mucho… Esto no iba incluído en el todo, lo
llevamos de serie.
Diré, que
durante unos días coincidimos con una señora de edad media (o de mediana edad)
que mal encarada protestaba por todo tanto en el comedor como en las piscinas y
terrazas, incluso escuchamos cómo a uno de los camareros de comedor le daba
quejas de otro de sus compañeros, con lo cual es fácil deducir: como decía mi
madre “vayas donde vayas según te ven así te tratan”. Si esta señora tenía
quejas por todo y ese mismo todo a nosotras nos parecía impecable tanto como a
otros huéspedes con lo que hablamos o a los que vimos despedirse muy agradecida
y amablemente; señora mía, hágaselo mirar y recuerde: “vayas donde vayas, si
quieres que te traten bien, se siempre bien educada”.
Evidentemente
la crítica de la quejica, ni nos afectó, ni le prestamos más atención que la lógica
de coincidir por algunos esporádicos minutos respirando el aire del mismo sitio
en la misma fecha y a la misma hora.
Como todo
lo bueno termina, nuestra estancia en Gran Canaria tocó a su fin y tras las
despedidas a los camareros y limpiadoras, los preparativos de equipaje y la
última noche de copas; con la misma suerte de ir y volver sanas, salvas,
morenas y felices, llegamos a casa con grandes deseos de comenzar a emprender
nuevas aventuras tan bien disfrutadas como las de estas vacaciones 2017 que
mañana:
Continuará…
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