sábado, 27 de abril de 2019

ESTEFANÍA, MI SUEGRA


ESTEFANÍA, MI SUEGRA 25-03-2019

Pronto se cumplirán 20 años que ya no está entre nosotros. Mi suegra fue una gran persona, la quise y me quiso, aunque nunca estuve de acuerdo con ella en algunas de sus filosofías de vida.

No tenía ninguna ilusión que no fuera cocinar, limpiar, callar y esperar cada sábado la visita de sus hijos y nietos. Eso con ser mucho y grande, no puede serlo todo para ser feliz.

Nunca viajó por vacaciones; ni tuvo  vacaciones sin viajar. Ni la época, ni la posibilidad económica le hubieran permitido hacer grandes viajes, y seguramente cuando económicamente pudiera, “ya no tenía edad” y tampoco creo que fuera su meta.

Cuando le decía lo bonito que me había parecido este o este otro lugar (yo tampoco viajaba demasiado entonces, no por ganas, si no por falta de peculio). Ella decía: “Sí, muy bonito, pero por mucho que me guste, allí tengo que dejarlo, con lo cual me da igual haberlo visto que no”.


Mi querida Fanía, cuando te conocí tenías 57 años (Ahora tengo 62 y me siento llena de vida e ilusiones) tú ya entonces eras una anciana y lo más grande que hiciste en la vida fue parir a mi marido ¡¡Grande por ello!! Y otros 5 hijos más. Fuiste una gran madre, pero no viviste. La más “emocionante aventura” que te escuché contar, era que ibas a por hierva “pa los conejos”.

Como ama de casa de hace 80 años, esas eran tus inquietudes. Saliste del pueblo sin convicción, por la obligación de esa época en la que todo el mundo emigraba a la ciudad buscando mejor porvenir para los hijos. Nunca te hiciste a esa idea, nunca fuiste aquí tan feliz como lo eras en tu querido pueblo, junto a tu adorada Virgen y al lado del cementerio donde te gustaba visitar a los tuyos y hubieras querido descansar. Eso sí lo intenté, pero tampoco lo logré para ti como homenaje póstumo.

Tu última noche la pasé contigo en el hospital donde estabas ingresada. Ya hacía meses que no reconocías ni a tus hijos. Una enfermera me mandó salir al pasillo para mirarte la tensión y gritaste mi nombre pidiendo auxilio varias veces.
Cuando pude entrar para tranquilizarte, tomé tus manos y acaricié tu cara. Me miraste y dijiste nerviosa: “Yo a ti te quería”… Aún se me pone el vello de punta al recordarlo. Nunca más volviste a reconocer a nadie. Unas horas después, descansabas en Paz.

Siempre fuiste una mujer sensata, callada (o resignada), amante de amar a tus hijos y nietos, sumisa del marido, como tantas otras de la época machista en que transcurrían tus días. Quemaste tu vida sin inquietudes, sin sueños, sin deseos por cumplir y parte de ese carácter lo lleva tu hijo pequeño impreso en el sentido y en el carácter.

Me enamoré de él porque me dijeron que era “el alma de la fiesta” y tras 46 años a su lado, sigo buscando la puerta por donde entrar. Se ve que me regaló el alma y se quedó con la fiesta “pa dentro”.
Lucho por abrir su caparazón, y mi esfuerzo es vano. Es lineal, rutinario y romper la rutina le cuesta tanto, que sólo la rompe por pequeñas sandeces que después tampoco valora ni disfruta.
Apático, parco en palabras. Nunca dice lo que piensa o siente ¡¡Vamos, el punto absolutamente opuesto a mí!! Aún así, sigo amándolo y soporto con infinito amor su “estatuismo”.

Es un padre maravilloso, un marido espectacular, en eso no le pondré pega alguna. Se vuelve niño con nuestras nietas. Ríe, juega y con ellas hasta canta si el momento lo requiere.
Lógicamente, si además fuera detallista y le ilusionara viajar conmigo, sería un hombre perfecto aunque como me gusta decir: “si además fuera todas esas cosas, el mundo me llamaría abusona por tenerlo todo”.

Te quiero suegra, siempre te agradeceré que me trajeras al mundo al gran amor de mi vida.

jueves, 25 de abril de 2019

CARTEL CON FOTO MÍA EN EL APARCAMIENTO DE AUTO CARAVANAS DE ALAEJOS




CARTEL CON FOTOS MÍAS EN EL APARCAMIENTO DE AUTO CARAVANAS DE ALAEJOS  25-04-2019
Pues sí, ayer vi el reportaje que de mi Alaejos “echaron” por nuestro canal 8 autonómico.
Ver algunas de sus calles, sus rincones y parte de su patrimonio, me ilusionó muchísimo, y si bien se me quedó muy corto, porque Alaejos tiene muchísimo más que ofrecer de lo que se mostró, lo cierto es que los tiempos en televisión son los que son.
Cuando vi la imagen del aparcamiento de auto caravanas de reciente construcción, recordé la gratísima sorpresa que me llevé el verano pasado en ese mismo lugar cuando me encontraba paseando.
A los pies de las iglesias, habían colocado carteles indicativos con fotos, de lugares emblemáticos para que los visitantes ocasionales, sepan hacia dónde dirigir sus pasos para conocer nuestras joyas patrimoniales.
Pues bien, en el mentado aparcamiento, los carteles expuestos lo son con algunas fotografías que yo misma hice el día 05- de agosto de 2012 y publiqué tres días después en este mismo Blog para una entrada con el título “PROGRAMA DE FIESTAS EN HONOR DE LA VIRGEN DE LA CASITA 2012”.
Me sorprendió muchísimo que habiendo en las redes fotografías mucho más actuales, e incluso de mucha más calidad digital o enfoque, se eligieran para promocionar la ermita de mi querida Patrona, precisamente éstas mías, cuya firma puede verse claramente. Mucho más me extrañó ver mis fotos como protagonistas de algo tan bonito, sabiendo que no soy “profeta” en mi pueblo ni lo he pretendido nunca.
Nadie me preguntó si podían utilizar mis fotos para tal fin, ni sé de quién salió la idea de utilizarlas, por tanto, no tienen ni idea de la grandísima ilusión que me hizo ver ese cartel en el aparcamiento de Auto caravanas de mi pueblo.
Ahí me tenéis posando orgullosísima junto a él y aprovecho para insertar parte de un texto que utilicé en 2007 para una de las clases del curso que realizaba de páginas  web…
Aprovecho también para apuntar que quien no conozca mi pueblo, les diré que en ese programa emitido ayer sólo se muestra la puntita del gran Iceberg que ese divino pueblo a medio camino entre Valladolid y Salamanca, ofrece a pobladores y forasteros.
Rasgan la llanura de la tierra las dos esbeltas torres mudéjares de sus iglesias y recibe al visitante la ermita de la patrona; Nuestra Señora de La Casita; talla Protogótica de finales del siglo XIII.
La Villa de Alaejos fue declarada conjunto histórico-artístico el 13 de Junio de 1980.
En realidad si os sigo dando estos aburridos datos, os dormiríais antes de saber que Alaejos es un precioso lugar para vivir, disfrutar y descansar.
Gastronomía tan variada como exquisita, tanto en dulces típicos, como en cuchareteo, que hacen “ponerse las botas” en cada estación del año a todo el “convidau” o comensal de los restaurantes alaejanos, que puedan acercarse a conocer Alaejos.
A lo largo del año, en Alaejos cumplimos con múltiples tradiciones transformadas en algarabía festiva, 15 de Mayo San Isidro, donde degustar la típica empanada dulce rellena de chorizo y lomo de "la olla". Justo antes del "domingo Gordo" de carnavales, se celebran dos tardes dignas de pasarlas en la mejor compañía: El jueves de Compadres y una semana después el de Comadres (que mucha gente en Alaejos le dicen de "Conmadres"), donde las merendolas al amor de la lumbre  o en el mejor rincón, se comen las ricas tortas rellenas de tortilla de patata y de postre castañas "pilongas" o "Piladas" que también tenemos idioma propio. 
El día 10 de Mayo importantísimo. Se celebra el día de la patrona a la que se saca a hombros en procesión por la pradera de la ermita y se pone en las andas a los niños recién nacidos de la familia, para que la Virgen los proteja y acoja bajo su manto.
Aunque las fiestas por excelencia se celebran entre los días 7 al 10 de Septiembre, donde los bailes, charangas, dianas, carretillas, corridas... de toros, y los encierros a pie por el pueblo y a caballo por el campo son los protagonistas. Siendo el día 8 el más importante por celebrarse la fiesta de la Patrona, repitiéndose también la procesión por la pradera y la puesta en las andas de los más pequeños.
Además os aconsejo venir a Alaejos, no sólo para visitar sus iglesias, las ermitas y el museo etnográfico, cuajado de aperos y trastos que antaño fueron útiles imprescindibles en las tareas del hogar y trabajos de campo y artesanos. También porque la importante gastronomía de mi pueblo, harán que queráis volver.


domingo, 7 de abril de 2019

LA PLAYA DE VALLADOLID

1965

LA PLAYA DE VALLADOLID  07-04-2019

Muchos de mis lectores contemporáneos recuerdan aquellos domingos de playa en nuestro Valladolid de nuestra alma. Nuestros padres no podían permitirse  una entrada (mucho menos una para cada uno de la familia), en la exclusiva piscina “Samoa” y la “Deportiva”, mucho más asequible y modesta, seguía siendo cara para las familias sencillas de la época; con lo cual, nos conformábamos… bueno, no, conformarse no era, era ser felices yendo los domingos a nuestra playa de “Las Moreras”.
Como se pueden ver en las fotos de la época, la playa se llenaba de familias enteras, que sin sombrillas, ni neveras, ni cremas solares, ni miedo a los rayos UVA o a la contaminación del agua. Sin miedo –como dije- a las insolaciones, y “a pelo”, sin crema –o como mucho una pasada de Nivea por la mañana- nos apiñábamos en la arena “artificial”, a la orilla del Pisuerga (que para eso pasa por Valladolid) para darnos un refrescante baño. Los más osados aprendieron allí a nadar.

Había que guardar cuatro horitas de digestión (como mínimo), con lo cual, por pronto que desayunáramos, por pronto que llegáramos a la playa, no tocábamos agua hasta que el sol estaba en todo lo alto, y después de comer otras tantas horas de espera. También había que merendar y ya el bañito por la tarde o “refrescaba” o estaban los mayores hasta el pelo de playa y nos íbamos sin ese segundo baño, porque además, no íbamos a volver a mojarnos el bañador para ir por el camino empapados con riesgo de coger un enfriamiento en pleno agosto.
Algunos de los mayores (generalmente los hombres), se quedaban guardando sitio en la arboleda para poner el hato.
Mi madre (y sus madres acompañantes), como tantísimas mujeres de la época, no se atrevían a ponerse en bañador y ahí estaban las mujeres al cuidado de los niños en la orilla, sin sombrilla, sin nívea, sin sombrero, y sin quitarse “la calor” con un bañito de agua dulce. Con meter los pies hasta los cotudillos, se conformaban.
Si bueno era el baño, más rico era sentarse en el suelo en modo indio, alrededor de varios manteles extendido (uno por familia) y comer la tortillita de patata (y poco más) que llevaban las madres en sus bolsas de la compra convertidas en ocasionales bolsas de playa.
Mi padre nunca olvidaba llevar su bota de vino de las ZZZ que pasaba de mano en boca a todos los comensales hombres (ni los niños ni las mujeres tomábamos vino porque “se nos ponía el tete azul”. Agüita “del tiempo” bien rica.
Nos juntábamos: Chemari, Paqui, Ana, (Jose Mari no había nacido), Celes, Manfred, Alberto, Doris, Tíos Chus y Pedro con mis primanas Feli y Charo; Consta, Juanito, Javi, Bego, Nines y hasta Pili; Mis padres, mi hermano y yo… Una buena recua, que íbamos andando y volvíamos a pie, y no por temor a no encontrar aparcamiento, es que simplemente no teníamos coche que aparcar.
Ahora todas esas quemaduras domingueras son tan parte del recuerdo como los baños en la impracticable playa Pucelana.
Quizás “antes era más bonito”, o simplemente lo recordamos con cariño, no tanto por lo que era, si no por cómo éramos. Recuerdos de niños,  que se hacen tan añejos como la propia piel y que afloran al ver antiguas fotos, y que si no causan añoranza, si gusta de vez en cuando compartir lo que fue, lo que era, y lo que no volverá… Ni falta que hace porque cada día fabricamos recuerdos nuevos que compartir cuando el tiempo los haya cubierto de polvo.

BIENVENIDOS...

... A este Blog creado para difundir noticias e historias de mi pueblo. Espero que encontréis aquí lo que andabais buscando. Si no es así y creéis que puedo ayudaros a conseguirlo, dejad la pregunta en un comentario, y a la mayor brevedad será atendido. Gracias por venir.