FELIZ VIAJE EVARISTO

 

FELIZ VIAJE EVARISTO 30-12-2022

 Querido Evaristo. Ya está, has dado el gran salto hacia el lugar donde todos iremos. Ahora ya sabes lo que hay después.

Quizás tengas delante a ese destino que escribió para ti lo que no merecías  y puedas preguntarle por qué a ti, con la cantidad de gente malvada que hacen tanto sufrir y para ellos no escribe maldades.

 Has sido un hombre bueno, trabajador, amigo de tus amigos, luchador por tu vida y por tus ideales que vio cortadas sus alas demasiado pronto.

Enamorado de tu preciosa Jacqueline y de vuestro hijo Abel, por quienes hubieras dado la vida con tal de no verles sufrir al mirar día a día tu sufrimiento durante demasiados años, y a los que con esta carta envío mi más sentido pésame por tu injusta y prematura partida.

 Ese puñetero destino escribió en el papel equivocado y te tocó comenzar demasiado pronto ese viaje sin retorno, sin posibilidad de vencer o ser vencido, porque la enfermedad no es una guerra, es la mala suerte que sin merecerlo te tocó… ni lo buscaste con malos hábitos, ni lo merecías por ser una magnífica persona.

 Bien sabes que la vida no funciona así, no le dan al malo lo malo y al bueno lo bueno ¡¡Ojala!! De ser así, la tuya hubiera sido sin enfermedad, sin dolor y sin sufrir tanto como has sufrido con una valentía y dignidad encomiables.

No te conocí en persona, me bastó conocerte de la mano de Víctor y Laura: mis hijos, que te han querido como al gran amigo que fuiste y para ellos serás siempre, como lo es  y lo será Jacqueline. Porque guardan con mucho cariño los buenos e inolvidables ratos pasados a vuestro lado.

 Abristeis para ellos las puertas de vuestra casa, de vuestra amistad incondicional y del sentido de la lealtad por encima de todo, por eso os quieren tanto y hoy sufren tu partida.

 No sé si creías que al partir, ibas a convertirte en estrella. Yo sí lo creo, porque me reconforta pensar que el amor no se extingue el día que hay que decir adiós al cuerpo para comenzar un nuevo camino lejos del dolor y la enfermedad.

Libre, querido Evaristo, libre para pensar y hacer lo que quieras, sin barreras, sin presiones, libre del dolor y libre para ser la luz que alumbre el camino de los tuyos.

Vivirás en cada una de las personas que te han conocido y te han querido, porque ahora sí sabes, que cada vez que alguien te recuerde con cariño, volverás a su lado, no te irás para siempre.

 D.E.P. Buena gente. Desde hoy en Asturias hay una estrella que brilla por encima de todas las demás.

BIENVENIDO A LA VIDA DAVID

       
BIENVENIDO A LA VIDA DAVID   11-12-2022

 Hola pequeño David. Ya llegaste, al fin pudimos contemplar tu preciosa carita. ¡¡Qué guapo!! Bueno, en realidad eso dice tu yaya Pili y no sé si creerlo, aunque mirando tus fotos, he de reconocer que sí, que tiene razón. Eres una preciosidad. Has nacido guapísimo y sanito, que es lo que en verdad importaba y tu mamita una vez más ha sido una campeona.

Papá, el grandullón que te cogió en sus fuertes brazos apenas saliste de la tripita de tu mami, es en estos momentos el hombre más feliz sobre la tierra y va a ayudar mucho a que tu mami se recupere pronto para poder disfrutar de ti muchísimo ¡¡Ya sois familia numerosa!!

Ahora de momento les verás nerviosos, pero no te preocupes, que pronto se les pasará. El trance no ha sido fácil, nunca lo es, y ahora además sin poder recibir la visita de las abuelas, a ellos se les hace un poco más cuesta arriba, aunque ya son unos expertos en cuidar preciosuras.

 No sabes qué suerte tienes pequeño. Has llegado a una familia que te esperaba con los brazos abiertos. Eres un niño buscado y deseado con mucho amor.

En casa te esperaban ya ansiosos tus hermanos mayores. Ya verás qué bien lo vas a pasar con todos los juegos y juguetes que te tienen preparados, aunque de momento es pronto, no puedes jugar tanto como ellos quisieran porque eres muy pequeño y aún tienes que crecer un poco más antes de comenzar a disfrutar de todo lo que te ha regalado la vida precioso bebé.

 No vamos a engañarnos, no son tiempos fáciles, pero papá y mamá te mostrarán el camino de lo bonito que es vivir a tu lado.

 Con esta carta de bienvenida a tu vida, quiero dar la enhorabuena a toda tu gran familia, especialmente a tu yaya Pili que para eso es mi cuata y por serlo, me da derecho a que seas mi sobrino nieto. No sabes lo orgullosa que me siento de tener como mía, la bonita familia que es la tuya.

 ¿Sabes David? Además de a todos ellos, tienes una estrella grandiosa que desde el cielo siempre iluminará tu  camino. Es el querido yayo Félix. Estoy segura que desde su atalaya en el cielo de Cornón, sigue guiando los pasos de todos los que le quisimos.

Desde allá arriba ha de estar orgullosísimo al ver la familia feliz que ha formado su nieto Javi (tu papi), junto a la preciosa Laura (tu mami) y tus hermanos Gonzalo y Saúl y ahora tú pequeñín.

Te hubiera encantado conocerlo (y él a ti ni te cuento). Era el mejor yayo Félix del mundo. Él enseñó todo lo que sabía a tu yaya Pili para que ella fuera la mejor yaya y ya verás lo bien que aprendió.

 Crece sanito David. Duerme mucho y come bien. Verás qué rápido pasa el tiempo y lo enorme que te harás para que tu yaya presuma de nieto como lo hace de tus hermanos y de tus primos Héctor y Álex.

Precioso David, bienvenido a la vida. Disfruta de ella y se tan feliz como todos te deseamos.

 Te quiere tu tía abuela

Marisa

HASTA SIEMPRE SERGIO… FELIZ VIAJE

HASTA SIEMPRE SERGIO… FELIZ VIAJE   15-11-2022

 Querido Sergio: ¡Qué dura fue la vida contigo! ¡Qué dura tu despedida!

Te has llevado todo el amor de la grandiosa familia a la que tuviste la suerte de llegar hace 34 años.

Recuerdo el día que naciste. Fuimos a veros a tu madre y a ti al hospital. ¡Eras tan pequeñito! ¡Tan guapo! ¡Tan frágil! Tu carita apenas del tamaño de una naranja con dos ojazos azules preciosos ¡¡Qué bonito niño!!

 Pronto supimos que tu vida iba a ser diferente, y nos demostraste en todo momento que naciste luchador. Un gran luchador querido Sergio.

Tantas operaciones, la primera en Madrid, con apenas unos meses de vida. Para tu madre y para ti se quedaron aquellos duros y eternos días en que veía cómo su niño se iba de sus brazos y no podía soportarlo, aunque tu frágil y pequeño corazón decidió seguir latiendo para ella.

A esa operación que increíblemente superaste, se sumaron tantos días de hospital a lo largo de tu vida. Tantas malas noticias que apretujaban el corazón de tus padres y hermanos, pero ahí estabas, valiente y fuerte. Enseñando al mundo que Sergio podía con todo. De todas las enfermedades  salías triunfante, con fuerza y ganas de luchar para seguir viviendo. Para hacer a tus padres felices con tu sola presencia, aunque para que tu vida siguiera, tuvieran que regalarte la suya. ¡Qué te voy a decir que no sepas!

 Tu familia: tus padres, tus hermanos, tus sobrinos… como una piña fuerte y unida para darte todo cuanto pudieras necesitar, sobre todo apoyo y amor. Un amor incondicional que ahora, pese a saber que al fin descansas sin dolores ni sufrimiento, no dejan de pensar en ti y de echarte de menos.

Tus padres se dejaron las fuerzas para darte las que te faltaban y más te hubieran seguido dando hasta agotarlas con tal de tenerte a su lado.

 A tu madre, mi querida prima Pacita, como madre entiendo que su dolor por tu ausencia es más fuerte que el de todos los demás. Tiene a su lado a tu padre y a sus otros tres maravillosos hijos que la llevan en volandas para que no caiga. Ellos y los preciosos nietos hacen que tu madre sonría un poquito, para que tú puedas seguir viendo su sonrisa.

Aunque para ella, su niño, su adorado niño, el motor que impulsaba su vida ya no está. Te fuiste de su mano y se tranquilizó cuando te creyó descansado y dormido, por eso la desolación  fue mayor cuando vio que su niño ya no iba a despertar.

Hubiera querido darte de nuevo la vida a cambio de la suya, pero las cosas no funcionan así. No es lo que uno quiere, si no lo que el destino escribe, y para ti, mi niño querido, siempre escribió con renglones torcidos, salvo en hacerte nacer en la mejor familia del mundo, que ese fue para ti el mayor de los regalos, igual que tú lo fuiste para ellos.

 Sergio corazón, ya descansas en paz y has mirado a los ojos, de frente a la Virgen de la Concepción, la Madre de todos los navarreses.

 Ninguna madre habrá pedido por su hijo tanto como la tuya le ha rogado a la Concepción por ti, para que te cuidara siempre en tu enfermedad y que te bese mucho ahora que sólo la Virgen puede besarte tanto como la tuya no puede hacerlo.

Vas a ver que nunca será lo mismo, porque ni la Celestial es tan buena madre como la que a ti te parió.

Ahora los Pegotes que la alumbran, también te alumbrarán, y cada Viva a la Virgen, también será para ti: su hijo predilecto.

 Cuida de tu familia mi niño. Ya sabes que sin ti no tienen consuelo, aunque ¿sabes? Ahora eres su estrella, la que más brilla. Mirarte brillar en el Cielo cada noche les dará toda la fuerza que necesitan.

Al mirar la estrella, siempre te sentirán a su lado, pensarán en ti vivo y lo estarás en cada uno de ellos y en cada uno de todos los que te quisimos porque al pensar en ti, seguirás vivo.

 Disfruta la eternidad. Ahora si, el universo se rendirá a tus pies. Ahora vuelas con alas propias y podrás dar a los tuyos el amor que a tu forma siempre les diste.

 Querido Sergio, siempre serás nuestro niño. D.E.P.

ESTO SÓLO PASA EN CÁDIZ

 

ESTO SÓLO PASA EN CÁDIZ    09-12-2022

 ¡Cádiz! “Tacita trimilenaria que es el orgullo del mapamundi”. ¡Cádiz!  “salada claridad”, que una vez más nos acogió con las puertas de la bahía abiertas de par en par; con el Levante dormido los cuatro días de estancia y nos enseñó que sabe llover un sábado por la tarde como si no estuviéramos en el año más seco del “trimilenio”.

Pocas horas después de nuestra llegada y desde la ventana de nuestro hotel, Gadir nos regaló la primera y tímida puesta de sol y enseguida la impagable cara de sorpresa de Mariluz al vernos en “Liba”, el pequeño bar de la calle Ancha donde fue a nuestro encuentro sin tener ni idea que estábamos de nuevo en la ciudad de sus amores. Gracias Pedro por tu complicidad… tú sí sabes guardar un secreto.

Gracias también a mí querido don José, nuestro Pepe, que pese a lo mayor que es, y lo delicado de su salud, nos brindó la mejor de sus sonrisas y el más fuerte de sus abrazos. Nos quiere y lo queremos ¡¡Guapo mi viejito!!

 El viernes Gades volvió a regalarnos una preciosa puesta de sol en la Caleta. Sol que moría tras el castillo de San Sebastián,  y nos legaba un atardecer cuajado de luz y de risas, mezclado con el inmenso cariño recíproco de Gloria y Mariluz.

 Cádiz siempre nos muestra su lado más amable. En este caso el motivo de la crónica, además de lo descrito (que no sería poco), es compartir con vosotros una anécdota que como reza en el título “Esto sólo pasa en Cádiz”.

 En este viaje, mi niña y yo por fin tuvimos un día enterito junto a nuestra gaditalaejana, que por fin pudo hacer un paréntesis en su ajetreada vida laboral para estar con nosotras.

El día amaneció temprano, con temperatura agradabilísima y decidimos ir a conocer alguna de las playas de Zahara de los Atunes, cubiertas de gruesas nubes y un tímido sol que por más esfuerzos que hizo, sólo logró vencer las nubes y salir a saludarnos un minuto justo para la foto y después volvió a esconderse dejando que algún rayo asomara para tocar levemente el turquesa de las aguas zahareñas. La magia estaba en nuestras ilusiones.

Irene acercándose peligrosamente a la orilla, desafiaba a las olas, hasta que inesperadamente una de ellas, mucho más alta que las demás, provocó la huida de mi niña a toda prisa para no ser alcanzada por la ola juguetona. Envuelta entre las nuestras, pudimos escuchar las carcajadas de aquella ola que no se privó de correr más a prisa que las otras hasta mojar las botas de su amiga. No nos podíamos tener de risa. Fue un espectáculo.

 Llegada la hora de comer, Pedro nos recomendó un buen restaurante que nos cogía de paso en el camino de regreso:

“Venta Pinto”, en “La barca de Vejer”, estaba repleto, pero pese a no tener reserva, tuvimos suerte y en menos de cinco minutos nos dieron mesa.

Había una silla de sobra y aprovechamos para dejar en ella nuestros abrigos y Mariluz su bolso en lo alto.

Comimos riquísimo,  bien servidas por los amables camareros. Una velada repleta de ganas cumplidas de estar juntas y de charla, charla, charla y risas, risas, risas…

De pronto entra en el repleto local un hombre con cara de dolor, ayudándose de dos muletas para caminar y nos pidió le favor de liberar de abrigos la silla “que nos sobraba” para sentarse.

Irene se apresuró a coger el bolso de Mariluz y cambiarlo de lugar, acto seguido y antes de que comenzara a quitar los abrigos, los comensales de la mesa de al lado se levantaron y quedó libre. El hombre dijo que ya no hacía falta nuestra silla. A esa mesa de al lado de la nuestra, también se sentaron la esposa y dos hijas del hombre. La más pequeña, una niña pispoleta rubita, de rizos a lo Shirley Temple, de apenas dos añitos, que llamaba la atención de Irene y mi niña correspondía con sonrisas y preguntando su nombre (lo típico), hasta que su madre la sentó a su vera y comenzó a darle de comer. Continuamos cada uno a lo suyo. Ese fue todo el contacto que tuvimos con nuestros vecinos de mesa.

Cuando terminamos de comer, nos levantamos para irnos. El hombre de al lado avisó al vendedor de la ONCE que estuvo todo el rato ofreciendo su mercancía por el local, compró un cupón y se lo regaló a mi hija en agradecimiento al gesto de proporcionar una silla que no hizo falta siquiera prestarle.

Atónitas le dimos las gracias, nos despedimos amablemente de ellos, sobretodo de las niñas, sin saber el nombre de ninguno de ellos.

Es alucinante, nunca se nos dio tamaño gesto por no hacer nada. Tan sólo por la intención de hacer un favor facilísimo y humano al ver la cara de dolor de aquel hombre.

Del cupón nos tocó el reintegro de lo jugado… como digo y repito: ¡¡Esto sólo pasa en Cádiz!!