domingo, 22 de marzo de 2020

NUNCA FALTA UN IDIOTA


NUNCA FALTA UN IDIOTA 22-03-2020



Muchas veces decimos ¡Nunca falta un idiota! Para esto o aquello, y la verdad, no, no es que falten, es que sobran idiotas ¡¡Y muchos!!
Mientras la mayoría estamos en casa confinados, obedientes y acojonados a partes iguales, sobran idiotas que se saltan las normas o inventan excusas para salir a la calle poniéndonos a todos en peligro.
Si se ponen en peligro ellos, allá ellos, pero en este caso, nos afecta a todos su idiotez.
Bien está el sentido del humor, la gracia y el ingenio que algunos están desarrollando estos días de apalastramiento huevil.

Bien está asumir que se nos va a quedar el sofá tatuado en la espalda y el culo acojinado; por no hablar de la barriga cervecera y las raíces del tinte que en breve nos agarra un geranio; ni hablar del caminito que no cría yerba del sofá al frigo, del frigo al cajón de chuches y vuelta y vuelta al sofá.
Bien está la comunicación verbal con esas personas que apenas conocen algunos y que les está tocando incluso saludar o cruzar palabras como pueden ser sus parejas, hijos y el perro, pero utilizar al animalito para perder de vista un rato a sus congéneres de confinamiento, va un abismo.

Algunos sacan al chucho 20 veces al día, sin que el pobre bicho tenga necesidad fisiológica alguna. Pensad (si os llega la sangre al cerebro) que es bueno sacarlo cuando se mee, pero no hacerle caminar 20 kilómetros, que el cánido no deja de cagarse… en vosotros.
¿No os dais cuenta que estáis causando al animalito un mal de juanetes y una artrosis de rodilla, que no puede con el rabo? No va a poder aguantar hasta el día que esto acabe y lo abandonéis a su suerte ¡¡No ve el día del abandono la criaturita!!
¡Y los que han empezado a fumar sólo para tener excusa de bajar al estanco! O los que no tienen ni coche y desde la ventana se lo piden al vecino para ir a llenar el tanque, aunque esté a reventar y tengan que beberse el excedente de gasolina. ¡¡No te das cuenta idiota, que está prohibido circular!! ¿Qué haces echando combustible?

¿Y los que van al supermercado como quien va a la feria? A éstos, les daba yo pal pelo.
Las gasolineras, farmacias, supermercados y comestibles, abren sus puertas cada día para abastecer de lo necesario, y algunos entienden que lo necesario son unas palomitas, y entorpecer el trabajo de los dependientes que están ahí exponiendo su vida y su salud sin poder quedarse en casa, para que además del tiempo, les pierdan el respeto y se enfadan exigiendo que en las estanterías no falte ni un solo artículo de primera necesidad como pueden ser unas cervezas de todas las marcas a elegir o toda la clase de tonterías de las que disponemos siempre. La cuestión es que ahora no es “siempre”. Estamos en un problema muy gordo pero son tan idiotas, que no les alcanza la inteligencia para no morirse de miedo como lo estamos todos, por mucho que lo disimulemos riendo o incluso escribiendo esta crónica.
A esos idiotas les metía en un furgón policial, y les llevaba a hacer una ruta por todos los hospitales para que vean a lo que se exponen y nos exponen, y al final de la rutita, que se queden haciendo guardia con los médicos y sanitarios, ayudando al personal de limpieza y a los celadores. Verás cómo se les acaban las tonterías.
Peor aún los viejos, (a los que me referiré no merecen mi respeto llamándoles ancianos o mayores. Ellos no me respetan, yo tampoco a ellos) Los viejos –repito- , potenciales perjudicados por este bicho que nos acecha, que salen a pasear con todo su papo, o van con el andador a la farmacia a por una caja de tiritas… ¿Qué hacen saliendo a la calle?
Muchos habrán tenido que abandonar “Hábitos habituales”: abandonar a la querida, fumar a escondidas, tomar su cervecita en el bar, jugar la partida, dar polculo al presidente de la comunidad porque de pronto no hay desarreglos en las zonas comunes, poner verde a las eneamigas… bueno, esto no, que lo pueden seguir haciendo por WhatsApp.
Hoy nos han alargado el confinamiento de 15 días que dijeron a un mes (o más)  Llevamos una semana y algunos ya tienen un máster en Spider-Man de subirse por las paredes.
Quien te dice que le terminemos cogiendo el gusto al encierro y  como tradición celebremos una pandemia al año como Halloween.

Nos lo han puesto fácil: podremos salvar vidas (incluso la propia) simplemente quedándonos en casa y aun así, algunos se convierten en asesinos. Sí, en asesinos con todas las letras y toda la condena que debería pagarse por serlo.
A mí me lo mandan y yo me siento: Me siento y me cuesta levantarme por culpa de mi espondilo artrosis que no se quita ni por solidaridad. 
Me siento extraña porque hace 8 días que nadie me dice: ¡¡tienes que salir a andar que es mu bueno pa ti!! 
Me siento: orgullosa de mí, porque quedándome en casa estoy salvando vidas al tiempo que protejo la mía. 
Me siento: tranquila, porque sé que mientras dure esto, he seguido con mi régimen de comidas, con mi disciplina y cuidando de caber por la puerta de casa el día que por fin pueda salir de ella libremente. 
Me siento: agradecida a los niños y niñas que nos dan una lección cada día por entender mejor que muchos mayores, que esto no es broma y que haciendo bien las cosas, saldremos adelante victoriosos. 
Me siento: en deuda con tanta gente que trabaja, que expone su vida  cuidando nuestra salud, transportando o vendiendo detrás del mostrador alimentos y todo lo necesario para que no nos falte de nada. Con los hombres y mujeres que con uniforme patrullan las calles vacías de las ciudades para que todo esté en el orden que ahora toca. 
Me siento: Indignada por los idiotas que ponen el peligro la integridad de todos, que se ríen de las normas y desoyen los consejos y obligaciones que a todos nos cuesta cumplir, pero las cumplimos por nuestro bien y por el bien de todos.
 Me siento: solidaria y aplaudo cada día desde mi ventana, igual que lo hacemos cada vez más todos los vecinos. Ya que no podemos hacer mucho más porque somos personas de alto riesgo, que al menos quienes lo hacen, sepan que nos acordamos de ellos y apoyamos su esfuerzo, rogando no tener que necesitar personalmente su ayuda ni en estos momentos ni en otros.
La que nos ha caído encima no es broma, pero somos tan chulos que hasta para tener un virus  lo hemos puesto incluso corona… ¡Ay la corona!... ¡¡Está cojonuda la corona!!

jueves, 19 de marzo de 2020

FELIZ DÍA DEL PADRE


FELIZ DÍA DEL PADRE 19-03-2020

Hoy será el día del padre más extraño de los que hayamos vivido jamás, y por eso, desde el confinamiento domiciliario quiero felicitar a los tres padres amores de mi vida.
Al padre de mis hijas, que hoy celebrará el día sin ellas. Irene será la única privilegiada que podrá enviarte besos al aire desde la misma habitación.
Mi querido José, paciente como el carpintero que hoy se celebra. ¿Quién nos iba a decir el 10 de Febrero que íbamos a pasar con tan magnífica nota por el trance que hemos pasado? ¡Cómo íbamos a dar que la fecha del fin no tenía fecha ni aproximada! Pero aquí estamos tratando de hacer una vida lo más normal posible. Disfrutando de lo que tenemos, esperando pasar con buena nota por esta prueba dura que sin comerlo ni beberlo se nos ha echado encima. Soñando con volver a abrazar a nuestras hijas, nietas y yernos.
A mi David que es el padre de las dos maravillosas nietas que llenan mi vida y ahora no puedo achuchar porque somos los abuelos los más vulnerables a contagiarnos con este maldito enemigo.
A Toño, que también tiene lo suyo y se ve como tú encerradito en casa con la paciencia que nos da el temor a lo desconocido, y la obediencia que da la cordura por hacer las cosas bien para que esto termine bien y pronto podamos abrazarnos todos gritando: ¡¡SIN NOVEDAD EN EL FRENTE MI CAPITÁN!!

A mi Sebo: querido padre, no dejo de pensar en ti y en cómo estarías llevando esta situación que sin siquiera saber qué es ni hasta cuándo. Una locura que se nos escapa de las manos al punto de despellejárnoslas de tanto lavarlas, porque dicen que así se evitan los contagios…¡¡Bien nos venía que fuera así de fácil!! Si lo fuera no estaría el mundo entero tomando las medidas  drásticas que estamos sufriendo todos.
Para ti ya no será diferente este día del padre. Podrás mirarnos desde tu balcón de nube mientras haces las manualidades que tanto te gustaba hacer. ¿Te imaginas cómo estaría la María Paz confinada en casa? ¿Te imaginas? ¡Yo no quiero ni imaginarlo! ¡No sabe bien ella de la que se libró!

Te quiero padre, te sueño, te extraño y ahora más que nunca te pido que nos cuides. Que no dejes que el maldito bichito nos llegue a ninguno de nosotros. Tu estrella sigue brillando para mí, hoy más que nunca en este día del padre. Te quiero Sebito. Te quiero infinito y hasta el infinito.

Este año desde casa, soñando con volver enseguida a la normalidad y  celebrarlo como toda la vida. Hoy lo importante es poder demostraros que os quiero, aunque quereros hoy, sea no poder abrazaros.

FELIZ DÍA DEL PADRE

domingo, 15 de marzo de 2020

MÉDICOS-SANITARIOS-MERCADOS Y OTROS FOCOS


MÉDICOS-SANITARIOS-MERCADOS Y OTROS FOCOS  15-03-2020

Aplausos solidarios para la sanidad, y los empleados de supermercados, a día de hoy los trabajadores más expuestos a contagios sin dejar de estar al pie del cañón.

Aplausos naturalmente y como siempre a policías, guardia civil y todo el mundo que ayuda a los humanos sin mirar por su propia integridad.
  Ayer los aplausos fueron al unísono por todos los sanitarios y hoy deben serlo a las 20 horas por los empleados de comercios de alimentación… y para todo el que en estos momentos está arrimando el hombro altruistamente.

Esto que nos está pasando o que nos va a pasar es tan nuevo, tan desconocido e inquietante y tan imprevisible, que ha hecho que el mundo se pare sin tener ciencia cierta (ni incierta) de cuándo volverá a girar ni en qué dirección lo hará.
Lo único que sabemos es que médicos y sanitarios entre los que se incluye todo el personal de hospital, o residencias de ancianos, incluido el de limpieza, se están quedando sin fuerzas para afrontar lo que a ciegas se nos viene encima.

Creo que a todas esas personas no les estamos agradeciendo suficiente todo lo que están haciendo y lo que queda por hacer por todos nosotros, aunque por la cuenta que nos trae, se les respeta, se respeta su espacio  y se les deja trabajar… Por el bien de todos.
Van al límite de sus fuerzas, sin refuerzos en los turnos, echándole vida a la vida. Si siempre esta profesión ha merecido mi respeto, ahora mucho más. En ese punto y dicho esto, continúo con esto otro: ¿Alguien ha pensado en los dependientes de supermercado que estos días también se dejan la piel ante las hordas de gente sin sentido llenando carros sin ton ni son?
A éstos dependientes ningún cliente (o contados) les agradece la excesiva carga de trabajo adicional y el tener que enfrentarse a la incompetencia e intolerancia de esos compradores compulsivos que sin guardar las medidas métricas de seguridad, increpan y exigen al trabajador sin educación ni reparo. Sin darse cuenta que están desabasteciendo los comercios y creando una situación mucho peor de lo que esta pandemia es a día de hoy.
Si nunca estuvo de más una sonrisa, un gracias, por favor, o lo siento; estos días a muchos compradores sólo les ha faltado el látigo para arrear a los empleados del supermercado más popular (y seguramente a otros, pero el que como bien sabéis me consta no sólo por lo visto en redes sociales, es Mercadona).
Compradores compulsivos que no daban a los dependientes ni el derecho a poder también abastecer sus despensas o utilizar incluso en beneficio del cliente los geles desinfectantes que desaparecieran como si fuera jamón de Jabugo a precio de saldo. Al cierre de los establecimientos no había genero para los trabajadores, y nadie se imagine que lo podían comprar a tienda cerrada antes de la apertura, porque nada más lejos, y si alguno en su horario libre lo hacía y le reconocían los clientes, les recriminaban diciéndoles que “todo se lo quedaban ellos”.

Ante la incertidumbre de los que nos espera, siendo la persona más positiva, a la par que cauta, aunque no temerosa y mucho menos hipocondriaca. Sin haberme gustado jamás las películas apocalípticas y catastróficas de fenómenos imposibles y surrealistas; hoy sólo quiero que la película en la que nos vemos inmersos ponga ya “The End”, para irme a mi casa con los mío y todos sanos y salvos.
Muchas veces dejo de mirar la tele o escuchar las noticias y pienso: ¿pero de veras esto es real? ¿Está pasando esto en TODO el mundo?

En estos días de aparcamiento domiciliario en familia, sin poder abrazarnos pase a estar tan cerca y tan deseosos de abrazos y besos; sin ver al resto de los nuestros más que en foto y más que nunca  bendito móvil y bendito WhatsApp, nos vamos a dar cuenta que podemos vivir con mucho menos, pero sobretodo que lo importante es vivir con salud.

Cuidémonos. Sigamos las normas y esperemos que esto pase pronto. Mientras tanto… Aplausos para ellos. Poco se pide, poco nos cuesta, pero lo van a agradecer mucho más que un rollo de papel higiénico…

Salud, salud, salud para toda la gente que quiero y me quiere.

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