viernes, 6 de marzo de 2020

TUS 60 MARZOS PRIMANA


TUS 60 MARZOS PRIMANA   02-03-2020 
Mi querida primana: Yo contaba 3 años cando llegaste al mundo en el País Vasco. Las comunicaciones no eran como ahora… ¡¡Ni mucho menos!! El viaje desde Segura a Alaejos no era fácil, ni habitual, por eso cada vez que veníais era una fiesta.
Eso si, por lejos que fuera, a las Navidades nunca faltasteis. Nuestras Navidades de infancia en casa de los abuelos Felisa y Ruperto… ¡¡Inolvidables, añoradas Fiestas Navideñas!! Casi tanto como aquellas noches de verano junto a nuestro abuelo salir a cazar Chirinatos… “Chirinatos al costalUno a uno y par a par” Tanto cuidadito y al final, siempre los Chirinatos se nos escapaban del saco y nunca vimos ninguno ni vivo ni muerto ni huido.

También recuerdo que eras muy pequeña cuando tus padres te dejaron en nuestra casa unos días para que pudiéramos disfrutar de ti y tú de los abuelos y de nosotros.

Pasábamos el día jugando los tres primos tan felices, pero al llegar la noche, echabas de menos a tu mamita y llorabas, mamá… mamá… ¡¡Con una pena!! Aún parece que veo esos ojazos enormes… ¡¡Unos lagrimones!!
No tenías consuelo y tu mamá estaba tan lejos… sin asequible teléfono a mano, sin un impensable móvil, ni una extraterrestre vídeo conferencia que pudiera calmarte. ¡¡Qué tiempos!! Sólo te tranquilizabas con mimos y arrumacos de mi madre y del payasete de mi padre que nos hacía reír hasta que te dormías tranquila a mi vera y al día siguiente a seguir disfrutando todos de ti y tú de nosotros.


Otro verano, ya más mayorcita, también pasaste unos días en nuestra casa, en nuestro Alaejos. Ahí no había lloros nocturnos, sólo juegos, muchos juegos de los tres primos. ¡¡Qué bien lo pasamos!! ¿Recuerdas? En la cuadrita tú y yo nos inventamos una “modistería”, y hacíamos vestiditos a nuestras preciosas muñecas de cartón más estáticas que la farola de la plaza, con trozos de tela que nos daba Dolo, o simplemente cosíamos sobre tela real con largas hebras de hilo y agujas imaginarias. Se ve que de ahí me vino la afición a coser, cosa que fue mi profesión más de 20 años, pero eso sí, otros tantos después de aquellos juegos de niñas tranquilas y poco picieras. ¡¡Cualquiera hacía picias en aquella época!! Otros puede, a nosotras ni se nos ocurría por temor a las terribles consecuencias.
Aquel verano, Angelita de Salamanca nos hizo una falda y una blusa igual para las dos ¡¡Éramos mucho más primanas que nunca!!


 Años después vinisteis a vivir a Valladolid, y nosotros también. Nuestros padres decidieron que mientras les terminaban sus sendos preciosos pisos nuevos, conviviríamos las dos familias bajo el abuhardillado techo de aquella minúscula vivienda, con su mini aseo al que había que entrar con los pantalones bajados porque de pie no se podía. Sentarse con la cabeza erguida también era imposible; había que hacer la necesidad con la cabeza casi en las rodillas para no  acocotarse; aunque acostumbrados nosotros a tener que hacerlo en cuclillas en el corral, o en un práctico orinal, ese wáter era todo un lujo, y objeto de muchas risas cuando venían visitas y pretendían utilizarlo. Alguno se llevó un chichón como recuerdo de su urgencia fisiológica.
¡¡Cuántas horas jugando en las escaleras!! ¡¡No había otro sitio!! ¡¡Qué de horas disfrazadas con aquella faldumenta florida que un día fue la batita de domingos de mi madre!! Nos sentíamos princesas ¡Lo éramos!

Teníamos que jugar sin dar mucha bulla para no molestar a los señorones que vivían en las lujosas casas del antaño señorial edificio, ya en aquella época a poco de ser demolido para levantar el modernísimo que ocupa desde entonces el solar que dejó su derribo.
Fueron unos pocos meses de convivencia que cada uno recordará de forma muy diferente. Los adultos estarían deseando “independizarse”, cada uno con su propia familia, y ese momento llegó cuando ya estaba a punto de nacer Charolo. Nuestra preciosa niña, 9 y 6 años más pequeña que nosotras… ¡¡Nació tan bonita!! ¡¡Tan buena!! Una bolita sonrosada y dulce que nos enamoró a primera vista.
Recuerdo nuestras Navidades en vuestra casa como la época más bonita de mi adolescencia. Tú y yo pasábamos meses escribiendo “teatros” guardando cualquier archiperre que nos pudiera servir para disfrazarnos y actuar después de cenar teniendo como público a los abuelos, a nuestros padres y los miles de vecinos que cabían en aquel comedor de tres por tres… ¡¡Y había sitio y sillas para todos!! ¡¡Increíble!!


Nunca interpretábamos lo que escribíamos porque los niños de aquellos vecinos, sin casting ni ensayos, nos los acoplaban para actuar en nuestra obra que al final no tenía ni pies ni cabeza, pero todo el mundo reía y nos aplaudían como si todo aquello hubiera tenido un mínimo de sentido.

Cuando ya éramos demasiados y dejamos de vivir las Navidades en vuestra casa, dejaron de tener sentido para mí, y hasta que no nacieron mis hijas, no volvieron a tenerlo… Corramos un tupido velo  a este tema que en éste punto no viene al caso.
Eres la hermana que no tuve y por eso fuiste la preciosa madrina de mi boda. No recuerdo evento familiar sin estar a tu lado, la felicidad que suponía que vinierais a comer en nuestros cumpleaños Charo y tú, mis dos primanas queridas, aunque hoy la carta es para ti.
Desde siempre mi querida tía Chus y luego tú, fuiste mi hombro confidente, la que a veces me hace poner los pies en la tierra, sobre todo cuando vuelo como potro desbocado ante las cosas que tanto daño me hicieron.  Me conoces casi como nadie porque para ti soy un enorme libro abierto, encuadernado con páginas escritas a veces con sangre, otras con lágrimas y otras muchas (las más, afortunadamente) con risa incontenible y placentera.
Una vida primana, una vida juntas, unidas por eterno cariño y complicidad. No tan juntas a diario como quisiéramos, porque las obligaciones, los retos y los ratos no los podemos elegir, aunque siempre sabemos que nos tenemos y sobretodo que nos queremos como hermanas.  Tus hijos son mis sobrinos, mis hijas tus sobrinas, mis nietas tus sobrinas nietas y nuestros santos varones tan divinos, tan santos y tan varones ¡¡Qué felices somos con ellos!! Tuvimos suerte al elegir a nuestros compañeros de vida, obra y omisión.
Hoy cumples una maravillosa edad para disfrutarla, para disfrutarte, para dejar atrás las cosas que hacen daño y respirar tranquila con quién y cómo seas feliz. Pensando en ti, haciendo lo que piensas y sientes con la tranquilidad que da mirar atrás y ver que sembraste el camino de amor para todo el que te rodea.
Sigue siendo como eres, pedacito de tía Chus, heredera de su bondad que te convierte en la mejor persona que conozco.



Feliz cumpleaños… Te quiero primana

No hay comentarios:

BIENVENIDOS...

... A este Blog creado para difundir noticias e historias de mi pueblo. Espero que encontréis aquí lo que andabais buscando. Si no es así y creéis que puedo ayudaros a conseguirlo, dejad la pregunta en un comentario, y a la mayor brevedad será atendido. Gracias por venir.