TUS 60 MARZOS PRIMANA
02-03-2020
Mi querida primana: Yo contaba 3 años cando llegaste al mundo en el País Vasco. Las comunicaciones no eran como ahora… ¡¡Ni mucho menos!! El viaje desde Segura a Alaejos no era fácil, ni habitual, por eso cada vez que veníais era una fiesta.
Mi querida primana: Yo contaba 3 años cando llegaste al mundo en el País Vasco. Las comunicaciones no eran como ahora… ¡¡Ni mucho menos!! El viaje desde Segura a Alaejos no era fácil, ni habitual, por eso cada vez que veníais era una fiesta.
Eso si, por lejos
que fuera, a las Navidades nunca faltasteis. Nuestras Navidades de infancia
en casa de los abuelos Felisa y Ruperto… ¡¡Inolvidables, añoradas Fiestas Navideñas!!
Casi tanto como aquellas noches de verano junto a nuestro abuelo salir a cazar Chirinatos…
“Chirinatos
al costal… Uno a uno y par a par” Tanto cuidadito y al final, siempre los Chirinatos
se nos escapaban del saco y nunca vimos ninguno ni vivo ni muerto ni huido.
También recuerdo que eras
muy pequeña cuando tus padres te dejaron en nuestra casa unos días para que
pudiéramos disfrutar de ti y tú de los abuelos y de nosotros.
Pasábamos el día jugando los
tres
primos tan felices, pero al llegar la noche, echabas de menos a tu
mamita y llorabas, mamá… mamá… ¡¡Con una pena!! Aún parece que veo esos
ojazos enormes… ¡¡Unos lagrimones!!
No tenías consuelo y tu mamá estaba
tan lejos… sin asequible teléfono a mano, sin un impensable móvil,
ni una extraterrestre vídeo conferencia que pudiera calmarte. ¡¡Qué
tiempos!! Sólo te tranquilizabas con mimos y arrumacos de mi madre y del payasete
de mi padre que nos hacía reír hasta que te dormías tranquila a mi vera y al
día siguiente a seguir disfrutando todos de ti y tú de nosotros.
Otro verano, ya más
mayorcita, también pasaste unos días en nuestra casa, en nuestro Alaejos. Ahí
no había lloros nocturnos, sólo juegos, muchos juegos de los tres
primos. ¡¡Qué bien lo pasamos!! ¿Recuerdas? En la cuadrita tú y yo nos
inventamos una “modistería”, y hacíamos vestiditos a nuestras preciosas muñecas
de cartón más estáticas que la farola de la plaza, con trozos de
tela que nos daba Dolo, o simplemente cosíamos sobre tela real con largas
hebras de hilo y agujas imaginarias. Se ve que de ahí me vino la afición
a coser, cosa que fue mi profesión más de 20 años, pero eso sí, otros tantos
después de aquellos juegos de niñas tranquilas y poco picieras.
¡¡Cualquiera hacía picias en aquella época!! Otros puede, a nosotras ni se nos
ocurría por temor a las terribles consecuencias.
Años después vinisteis a
vivir a Valladolid, y nosotros también. Nuestros padres decidieron que mientras
les terminaban sus sendos preciosos pisos nuevos, conviviríamos las dos familias
bajo el abuhardillado techo de aquella minúscula vivienda, con su mini
aseo al que había que entrar con los pantalones bajados porque de pie
no se podía. Sentarse con la cabeza erguida también era imposible; había que hacer
la necesidad con la cabeza casi en las rodillas para no acocotarse; aunque acostumbrados
nosotros a tener que hacerlo en cuclillas en el corral, o en un práctico
orinal, ese wáter era todo un lujo, y objeto de muchas risas cuando venían
visitas y pretendían utilizarlo. Alguno se llevó un chichón como recuerdo de
su urgencia
fisiológica.
¡¡Cuántas horas jugando en las escaleras!! ¡¡No había otro sitio!! ¡¡Qué de horas disfrazadas con aquella faldumenta florida que un día fue la batita de domingos de mi madre!! Nos sentíamos princesas ¡Lo éramos!
¡¡Cuántas horas jugando en las escaleras!! ¡¡No había otro sitio!! ¡¡Qué de horas disfrazadas con aquella faldumenta florida que un día fue la batita de domingos de mi madre!! Nos sentíamos princesas ¡Lo éramos!
Teníamos que jugar sin dar
mucha bulla para no molestar a los señorones que vivían en las lujosas casas
del antaño señorial edificio, ya en aquella época a poco de ser demolido para
levantar el modernísimo que ocupa desde entonces el solar que dejó su derribo.
Fueron unos pocos meses de convivencia que cada uno recordará de forma muy diferente. Los adultos estarían deseando “independizarse”, cada uno con su propia familia, y ese momento llegó cuando ya estaba a punto de nacer Charolo. Nuestra preciosa niña, 9 y 6 años más pequeña que nosotras… ¡¡Nació tan bonita!! ¡¡Tan buena!! Una bolita sonrosada y dulce que nos enamoró a primera vista.
Recuerdo nuestras Navidades en vuestra casa como la época más bonita de mi adolescencia. Tú y yo pasábamos meses escribiendo “teatros” guardando cualquier archiperre que nos pudiera servir para disfrazarnos y actuar después de cenar teniendo como público a los abuelos, a nuestros padres y los miles de vecinos que cabían en aquel comedor de tres por tres… ¡¡Y había sitio y sillas para todos!! ¡¡Increíble!!
Fueron unos pocos meses de convivencia que cada uno recordará de forma muy diferente. Los adultos estarían deseando “independizarse”, cada uno con su propia familia, y ese momento llegó cuando ya estaba a punto de nacer Charolo. Nuestra preciosa niña, 9 y 6 años más pequeña que nosotras… ¡¡Nació tan bonita!! ¡¡Tan buena!! Una bolita sonrosada y dulce que nos enamoró a primera vista.
Recuerdo nuestras Navidades en vuestra casa como la época más bonita de mi adolescencia. Tú y yo pasábamos meses escribiendo “teatros” guardando cualquier archiperre que nos pudiera servir para disfrazarnos y actuar después de cenar teniendo como público a los abuelos, a nuestros padres y los miles de vecinos que cabían en aquel comedor de tres por tres… ¡¡Y había sitio y sillas para todos!! ¡¡Increíble!!
Nunca interpretábamos lo que
escribíamos porque los niños de aquellos vecinos, sin casting ni ensayos,
nos los acoplaban para actuar en nuestra obra que al final no tenía ni
pies ni cabeza, pero todo el mundo reía y nos aplaudían como si todo
aquello hubiera tenido un mínimo de sentido.
Cuando ya éramos demasiados
y dejamos de vivir las Navidades en vuestra casa, dejaron de tener sentido para
mí, y hasta que no nacieron mis hijas, no volvieron a tenerlo… Corramos un
tupido velo a este tema que en éste
punto no viene al caso.
Eres la hermana que no tuve y por eso fuiste la preciosa madrina de mi boda. No recuerdo evento familiar sin estar a tu lado, la felicidad que suponía que vinierais a comer en nuestros cumpleaños Charo y tú, mis dos primanas queridas, aunque hoy la carta es para ti.
Eres la hermana que no tuve y por eso fuiste la preciosa madrina de mi boda. No recuerdo evento familiar sin estar a tu lado, la felicidad que suponía que vinierais a comer en nuestros cumpleaños Charo y tú, mis dos primanas queridas, aunque hoy la carta es para ti.
Desde siempre mi querida tía
Chus y luego tú, fuiste mi hombro confidente, la que a veces me hace
poner los pies en la tierra, sobre todo cuando vuelo como potro desbocado
ante las cosas que tanto daño me hicieron.
Me conoces casi como nadie porque para ti soy un enorme libro abierto,
encuadernado con páginas escritas a veces con sangre, otras con lágrimas y
otras muchas (las más, afortunadamente) con risa incontenible y placentera.
Una vida primana, una vida juntas, unidas por eterno cariño y complicidad. No tan juntas a diario como quisiéramos, porque las obligaciones, los retos y los ratos no los podemos elegir, aunque siempre sabemos que nos tenemos y sobretodo que nos queremos como hermanas. Tus hijos son mis sobrinos, mis hijas tus sobrinas, mis nietas tus sobrinas nietas y nuestros santos varones tan divinos, tan santos y tan varones ¡¡Qué felices somos con ellos!! Tuvimos suerte al elegir a nuestros compañeros de vida, obra y omisión.
Hoy cumples una maravillosa edad para disfrutarla, para disfrutarte, para dejar atrás las cosas que hacen daño y respirar tranquila con quién y cómo seas feliz. Pensando en ti, haciendo lo que piensas y sientes con la tranquilidad que da mirar atrás y ver que sembraste el camino de amor para todo el que te rodea.
Sigue siendo como eres, pedacito de tía Chus, heredera de su bondad que te convierte en la mejor persona que conozco.
Una vida primana, una vida juntas, unidas por eterno cariño y complicidad. No tan juntas a diario como quisiéramos, porque las obligaciones, los retos y los ratos no los podemos elegir, aunque siempre sabemos que nos tenemos y sobretodo que nos queremos como hermanas. Tus hijos son mis sobrinos, mis hijas tus sobrinas, mis nietas tus sobrinas nietas y nuestros santos varones tan divinos, tan santos y tan varones ¡¡Qué felices somos con ellos!! Tuvimos suerte al elegir a nuestros compañeros de vida, obra y omisión.
Hoy cumples una maravillosa edad para disfrutarla, para disfrutarte, para dejar atrás las cosas que hacen daño y respirar tranquila con quién y cómo seas feliz. Pensando en ti, haciendo lo que piensas y sientes con la tranquilidad que da mirar atrás y ver que sembraste el camino de amor para todo el que te rodea.
Sigue siendo como eres, pedacito de tía Chus, heredera de su bondad que te convierte en la mejor persona que conozco.
Feliz cumpleaños… Te quiero
primana
No hay comentarios:
Publicar un comentario