sábado, 8 de febrero de 2020

FELIZ VIAJE AMIGO MÍO


FELIZ VIAJE AMIGO MÍO  07-02-2020

 Mi querido amigo Rafa... ¡vaya susto nos has dado! Esto no se hace... te has saltado unos cuantos puestos en la lista de edades y sin tiempo a despedidas te vas al lado de tus queridos padres que te han recibido con los  brazos abiertos.
 Imagino a mi querida Regina, seguro que te abrazó diciendo: ¡pero hijo! ¿Por qué tan pronto? Te quedaba mucho por vivir, ¡¡Yo aún podía esperar para volver a verte!!

¡¡Qué tí­mido eras de chiquito Rafa!! Un niño tan movido como bromista  aunque extremadamente tímido.
 Entrabas en nuestra casa en silencio como un gatito, llegabas hasta asomarte a la puerta de la cocina... mi madre o mi padre, te decían ¡¡Co!! Rafa, ¡¡Pasa bonito!! Y te ibas corriendo como alma que lleva el diablo sin dar el recado que traías.
 Nos gastabas bromas con guasa de niño y risa de grande... Una de ellas, fue envolver cuidadosamente una tabla en un envoltorio rosa  de chocolate Dulcinea y dejarla en la acera de enfrente, mientras tú y tus hermanos, por la ventana vigilabais quien caía en la trampa... Y quien cayó fue mi padre, un fornido treintañero, el que cayó de buena mañana cuando iba a trabajar a La Fundición... dio una patada a tu señuelo y al notar que pesaba, se agachó a por la tableta de chocolate... al ver el engaño, miró a tu ventana sabiendo de sobra de quien había sido aquella genial idea.
 No tenías 7 años cuando nos cantaste por primera vez aquella imitación de una famosa canción de la época que se titulaba “Billetes verdes”, que cantaba un tal Emilio el Moro.
Tú, intuyo que con ayuda de tu padre, muy aficionado a versionar canciones, cambiando las letras, inventando historias “verdaderas”, con absoluto humor,  rimando con las músicas famosas del  momento.
Eras tan pequeño que aún no pronunciabas bien las “Erres” y aun parece que te escucho cantar... "Beggetes beggetes neggros pero qué bonitos son, esos  beggetitos neggros que son de La Fundición... si cada día te gastas un cantero de jabón, te vas a La Ggeguera y te das un chapuzón". ¡¡Cómo se reía mi padre al oírte cantar!! ¡¡Tan tímido!! ¡¡Tan pícaro!!
 Qué de recuerdos infantiles Rafa. Aquellas noches de verano, la calle Tejedores llena de críos, críos que éramos nosotros... un montón de chiquillería jugando calle arriba calle abajo cantando el Matarile rile rile, Matarile rile ron"... Y jugando al esconderite... haciendo las delicias de nuestros padres que por las noches tomaban el fresco a las puertas de sus casas en corrillos charlando, descansando del duro trabajo y  del calorón de aquellos agostos infernales.

Luego, nosotros nos vinimos a vivir  a Valladolid, pero siempre,   siempre fuimos vecinos, amigos unidos por los recuerdos infantiles y el cariño mutuo.
 Después, fuimos creciendo, te enamoraste de Fabiola, la gran  mujer en cuyos brazos hoy dejabas de respirar.
 Querida Fabiola... me he quedado sin palabras... ¡¡qué duro golpe!! Aún no era su turno, pero el destino ya tenía escrito el día y la hora y eso no hay quien lo cambie. Al menos escribió que su último aliento fuera a tu lado y sin dolor.

Hoy he recordado las muchas tardes confidentes; charlas con punto de humor ácido... te consideré siempre y así­ seguirá siendo, una gran amiga. Alguien en quien confiar, porque sabes escuchar y sabes contar tus penas y alegrías, aunque hoy te hayas quedado sin voz.
  Mi querida Chusina... mi querida primera amiga en la vida. Te quise y te quiero por ser tú y porque en ti veo el reflejo de mi querida y añorada Regina. Ese corazón de oro que ella tenía lo heredaste. La discreción, la dulzura de tu voz y la sonrisa siempre brillando como brilla en tus ojos su mirada.
 Puede pasar tiempo sin vernos, pero somos las de siempre, aquellas niñas de dos y tres añitos que juntó la vida en amistad y cariño para siempre. Hoy te veo llorar con infinita pena la marcha prematura e injusta de tu hermano querido. ¡Qué cruel una vez más la vida para vosotros!  Perdisteis a vuestra madre siendo aún muy niños y hoy en plena madurez pero con mucha vida aún por delante, tienes que decirle adiós de sopetón.
 A mis queridos amigos: Fabiola y vuestros hijos Laura y Rafael, desde hoy una enorme estrella brillará para alumbrar vuestros caminos.
Isidro, Chus, mis queridos Daniel y Rubén;  Feli y José Félix, heredero del humor satírico y envidiable de tu padre; Rafa seguirá vivo en vosotros, cada vez que recordéis vuestra vida a su lado, él estará, y así será mientras sigáis recordándolo con amor.

Con esta carta os envío a vosotros, y a vuestros amigos y familiares todo mi cariño y el más fuerte abrazo.

 Rafa, querido amigo descansa en Paz. No olvides a tu llegada dar de mi parte un gran abrazo a tus padres y a los míos.
 Besos al Cielo... dulces sueños

2 comentarios:

María y Manuel dijo...

Hola Marisa.
Últimamente va la cosa de despedidas definitivas. A ver si estos carnavales te alegran un poco, ya lo hacía tu amigo Rafa: cambiar la letra para hacer reír eso es carnaval.
Bueno amiga un abrazo al cuadrado enorme desde esta tierra gaditana.
M y M

Marisa Pérez Muñoz dijo...

Efectivamente, vaya rachita!!!
Ves? Me crié versionando letras ejeje, de ahí mi vena carnavalera.

Un besazo de dos a dos...


Feliz vida... feliz carnaval

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