¿MIEL DÁ O MIEL COMPRÁ?
11-08-2021
Cuando yo era una niña y aún vivía en Alaejos, allá por mediados del siglo pasado, a mi abuela Felisa le regalaron un tarro de miel.
Se ve que por entonces me gustaba y le pedí que me diera un poco de esa miel. Mi abuela sonriendo con su cara preciosa y picarona me preguntó: ¿qué quieres, mieldá o miel comprá? Yo sabía que esa miel había sido “dá”, no comprá, y naturalmente contesté: “miel dá”.
Aún resuenan en la cocina las carcajadas silenciosas de mi querida abuela. Ella reía a grandes carcajadas de burbujas con la campanilla y las anginas. Se reía “pa dentro”, hinchado la vena del cuello, mientras su pecho botaba en agitada respiración y lloraba de risa.
Tú, querido lector ¿qué hubieras respondido? ¡¡Pues eso!! Aquella miel me supo más a gloria que la que ahora publicita un tal Paco, que dicen que es santo y al parecer tiene una granja. Aunque por muy buena miel que envase, jamás será tan rica como aquella “Mieldá” que mi abuela Felisa me dio para merendar aquella tarde.