Queridas primanas: Sois valientes, fuertes y maravillosas personas. Las hijas envidiables que todo padre y madre quisieran tener.
Ahora, sobrepasado el límite de vuestras fuerzas físicas y mentales, os tocó tomar la decisión más difícil que la vida os puso delante.
Me consta que lleváis años tirando de un carro cada vez más pesado y que ahora ya no admite arreglos posibles más que lo que habéis decidido.
Sois una envidiable piña, tanto hijas como yernos y nietos al pie del cañón, aunque ese cañón en su detonación os quedara sordos e hiriera en el retroceso vuestras ya mermadas fuerzas.
Ahora debéis dejaros ayudar por los profesionales que harán lo que vosotros ya no podéis por más que quisierais.
Los primeros días –como todo en la vida- serán duros, muy duros, pero debéis mentalizaros que estáis haciendo lo mejor para él. Pensar lo contrario hará que vuestra fuerza mental flaquee y os producirá un dolor añadido e innecesario.
Tendréis la suerte de poder visitarlo cuando queráis. Ojala yo pudiera tener una ventanita para ver al mío, aunque fuera de tarde en tarde.
El otro día os comentaba que este “parto” lo tenéis que alumbrar vosotras. Me gustaría ser vuestra epidural. Prestaros mi mano para que la apretéis en cada contracción. Desafortunadamente inmersos en plena pandemia, no puedo siquiera daros un abrazo real, y tiene que ser virtual y con esta carta.
La calma vendrá pronto y la vida seguirá como tenga que seguir. En vuestras manos está no sufrir más de lo necesario, porque esas fuerzas las necesitáis para afrontar este tramo amargo del camino.
Nuestro Hacedor creó el mundo en 6 días y el séptimo descansó. Líbreme Él mismo, de ponerle pegas a su trabajo, aunque lo más importante de “crear” cualquier labor, es el remate, y aquí el creador “achapuzó” su trabajo. Pudo haberse tomado un poquito más de tiempo y hacer que nuestra despedida fuera menos traumática y dolorosa.
Mi querida tía preciosa: Llevas muchas duras decisiones a tus espaldas y ahora que tus fuerzas están más mermadas, has tenido que escribir otra página poco amable en tu vida. Afortunadamente nunca has estado sola, ni mucho menos lo vas a estar ahora.
Tienes la mejor de las suertes y una de las mejores familias. Ninguno de ellos va a soltar tu mano, porque son maravillosos y porque tú, lo mereces.
Céntrate en ponerte bien ¡valiente! ¡Mil veces valiente y generosa!
Estás superando una fortísima operación y como siempre tu valentía y la fuerza que ellos te dan, harán que pronto puedas tener una vida mucho más independiente de lo que la has tenido los últimos años a causa de tus dolores y falta de movilidad.
Nadie mejor que tú, sabe cómo es la vida. Tú, mi espejo, el hombro en el que tantas veces lloré y ahora sólo puedo decirte mil veces te quiero, te admiro… y que me dures para siempre.
Os envío calma, fuerza mental, tranquilidad de espíritu, confianza en que es lo mejor para él y para ella, e incluso para vosotras aunque en estos momentos os sea casi imposible verlo así.
No al desánimo que sólo mermaría vuestras fuerzas y las vais a necesitar al completo.
Mis queridas primanas, mi querida tía, mi queridísima familia entera, 10 Diez de 10, más los nuevos anexos. Os quiero mucho más allá de la demostrable.
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