OTRO AÑO MÁS A VUELTAS CON EL TORO DE LA VEGA

Ya va llegando septiembre y con él regresa como las oscuras golondrinas la porfía del toro de la Vega. 
Un año más y conforme se va acercando la fecha del torneo, vuelven a oírse los ecos de las protestas cada vez más enardecidas de quienes están en desacuerdo con que se celebre.

Ellos tienen su opinión y su lucha. Otros la absolutamente opuesta y estas posturas tan encontradas parece que jamás tendrán fin.

 

En 2013 se celebró el polémico torneo, un toro colorao de nombre “Vulcano” que al parecer fue alanceado como marca el reglamento.

 El toro de la Vega, pasión de Tordesillas, los tordesillanos y los miles de aficionados que cada año se acercan a la villa vallisoletana a ver y disfrutar el dicho torneo; y pasión también de quienes se empeñan en abolirlo de la manera más bruta que se les ocurre, porque si “daña sensibilidades” ver morir a un toro, no es menos dañino ver como un puñado de ajenos a Tordesillas colocan en el recorrido del encierro minutos antes del comienzo; tablas de madera con clavos de más de diez centímetros con la punta hacia arriba para que los corredores –a pie o a caballo; o incluso el propio Vulcano- se los claven en pies,  patas o donde pillen. ¿Esto es coherente?

Cuando algún torero resulta cogido gravemente, estos “humanos” muchas veces han manifestado públicamente su opinión:” les está bien empleado” y burradas mucho peores.

Les ciega su afán de salvar un toro y se alegran si el herido es un congénere… aunque escuchando a la manada que tras el torneo sin otra cosa mejor que hacer se acercó a  Tordesillas gritando: “Vulcano somos todos”, quizás por fin comprendí su cerrazón.

Uno de estos no taurinos resultó embestido por su defendido cuando cámara de fotos en ristre pretendía tener la mejor y más cercana imagen del Toro de la Vega para después mostrarla al mundo como trofeo o machacona denuncia; pero olvidó medir su propia seguridad. ¿Qué habrán opinado al respecto sus compañeros de empeño?

¿Cuánto cuesta un minuto de publicidad en televisión? Tordesillas cada año tiene muchas horas gratis de injusta publicidad incluso a nivel mundial para su toro de la Vega.

Nunca he ido a Tordesillas a ver este singular espectáculo, con el que no vibro de emoción, ni aplaudo, ni abucheo, pero jamás romperé una simbólica lanza para que deje de existir porque no me corresponde hacerlo: ni soy de Tordesillas ni corredora de encierros… exactamente igual que los anti taurinos, muchos de ellos extranjeros que con sus países en perfecto estado de revista, -¡Já!- llegan a España para luchar a lanza partida por la vida de un toro al año. Toro que muere en pocos minutos, no como los que agonizan lentamente en las corridas o los animales que matan para alimentar al mundo español y extranjero.

Desde hace unos años, un puñado de ajenos, se ceban con este torneo cuando hay miles de toros que cada año mueren asesinados a sangre fría por jóvenes novilleros – muchos de los cuales jamás llegarán más que a eso, a joven-; en las múltiples capeas de pueblo que en ellos se celebran, y aun no he visto a nadie romper un estoque a favor de que acaben esas verdaderas torturas a novillitos que volaron al cielo de los cornúpetas sin gloria y con mucha pena.

El toro es un animal que despierta mi admiración por su belleza incomparable con cualquier otra raza y por eso, porque despierta mi admiración no quiero que se extinga.

Los anti taurinos se ensañan insultando a Tordesillas y a los tordesillanos tachándoles de asesinos, bárbaros insensibles por matar al año alanceado a “1 toro 1” del que comen muchas familias.

Ya sabemos que eso es lo que menos les importa a estos manifestantes incalificables –ellos definen impune y públicamente a los taurinos como asesinos y torturadores, calificativo infinitamente más grave y ofensivo del incalificables que les endoso-; Pues eso, manifestantes empeñados en este empeño para quienes  lo importante, lo que al parecer da sentido a sus vidas  es abolir pese a quien pese el torneo del toro de la Vega; tener su minuto de gloria en algún debate televisivo o radiofónico mostrando acaloradamente su opinión –y hasta sus lágrimas- y no escuchando la de cualquiera que les lleve la contraria. Ni admitiendo seguramente si alguien pretendiera obligarles a hacer algo fuera de su voluntad.

En uno de estos debates vi a un activista anti taurino defendiendo el boxeo… Al parecer para ellos es mejor que se aporreen humano contra humano ¡¡Qué incongruencia!!

Los provocadores no toristas imprimen pasquines con fotos tan desagradables e ineficaces  como el “Fumar mata”; seguramente  se reúnen para formar sus estrategias, quizás sentados a una mesa llena de copiosa comida –o no- embutiéndose algún plato típico como por ejemplo bogavante que en los restaurantes cuecen vivo porque su carne dicen que es más sabrosa que si lo cuecen ya cadáver; o se endosan un cordero lechal o cochinillo sin preguntarse en qué forma les han separados de la teta de su madre y han muerto para ser tan suculento manjar. ¿O es que absolutamente todos los no taurinos son también vegetarianos? Y si no lo son, ¿No se preguntan como mueren los millones de animales al año que llenan nuestras humanas panzas cada día? 

 Pretenden enconadamente que desaparezca el toro de la Vega y que éste arrastre a todos los demás toros de lidia que mueren a miles en nuestra piel de toro y otros muchos países más.

Los “activistas” anti taurinos no se han dado cuenta que pretenden erradicar una raza hermosísima como es el toro bravo y a las miles de familias que viven alrededor de las dehesas y todo lo que conlleva la “fiesta nacional”; y si verdaderamente saben esto, aun me parece más brutal su empeño.

¿Porqué esta manada anti toro de la Vega no rompen una lanza y emplean tiempo y energía recogiendo firmas para que cambien el código “incivil” y que cada uno de los chorizos de este país devuelva hasta el último céntimo -y con intereses- todo el dinero que nos han robado a los españoles para que España resurja de las cenizas en que los cenizos corruptos la han convertido?

En 2013 al tiempo que se celebraba el torneo, -al que acudieron unas 50.000 personas-  unos pocos “encontristas” presentaron en el congreso 85.000 firmas pidiendo la abolición… y no sabemos cuantas habría si se pidieran en contra de ella.

¿De verdad no hay problemas más acuciantes en este país que merezcan la consideración del Congreso?

¿Por qué no se plantan frente al Congreso y a gritos y lloros piden que no se sigan perdiendo los derechos que tanto costaron conseguir? 

¿Por qué no perseguir con idéntico fervor al empresario que hace trabajar cada día más horas a sus empleados mientras el salario y la dignidad del trabajador merma denigrantemente?

¿Por qué no se apelotonan delante de las injusticias que afectan a miles de humanos cada día y no un toro al año uno?

Que dejen a cada pueblo con sus tradiciones, sus costumbres, sus herencias ancestrales y sus ganas de vivir en armonía las fiestas de cada cual y procuren barrer su propia casa que quizás la tengan plagadita de pelusas tanto salir a “defender” a un único toro ofendiendo a un pueblo entero; a un país y simpatizantes.

Sin comparar la muerte de un toro con ninguna otra cosa que en cualquier país se haga, a nadie se le ha ocurrido romper una zanahoria  a favor de las liebres que son acosadas por los galgos que las persiguen hasta darles caza y mueren entre terribles sufrimientos presas de las fauces del flaco animal que a su vez morirá ahorcado en cuanto a su dueño deje de hacerle ganar trofeos.

Ni rompen una faja envolvente para que jamás se formen esos castillos humanos coronados por un menor que puede partirse la crisma al caer desde lo más alto.

No se ponen rojos de ira al ver lanzar toneladas de tomates que tras impactar en el gentío van a parar directamente a las alcantarillas ¡¡con el hambre que hay en el mundo!!

Tampoco he ido a ver en directo ninguna de estas fiestas, pero respeto y aplaudo a quienes se emocionan haciéndolo.

Tantas y tantas tradiciones peligrosas o absurdas –no sólo con animales implicados en ellas- que nadie osa intentar abolir con tanto odio como lo hacen cada año en Tordesillas.

Los anti taurinos celebran su propia fiesta en cada una de sus manifestaciones en contra de las de los demás, y enconadamente cada año la montan parda en contra del torneo del toro de la Vega, logrando justamente lo contrario de lo que supuestamente pretenden. No hay más que ver vídeos de hace varios años para darse cuenta del gentío que hay ahora desde que publicitan que termine, y los muchísimos menos participantes que había antes, cuando les dejaban tranquilos.

Seguramente por decir todo esto, nuevamente  alguien se sentirá ofendido porque sacará mis frases de contexto y las interpretará a su gusto o conveniencia. No importa, ya estoy acostumbrada.

Repito que no estoy ni a favor ni en contra del toro de la Vega, pero si estoy en contra de quienes enconadamente demonizan injustamente a  Tordesillas y a los Tordesillanos.

No consentiré que ninguno de estos entrometidos me llame sanguinaria o asesina simplemente porque opté por decir lo contrario de lo que ellos vociferan; ni que nadie piense que me gusta ver morir o matar, porque insultar tampoco se me da del todo mal; igual que defender las cosas en las que creo, pero jamás me meteré a opinar en casa ajena porque cada cual sabe lo que debe o no hacer.

Nunca iré a ver espectáculos con los que no esté de acuerdo, pero tampoco me pondré a la cola de las taquillas para romperle la entrada, agrediendo su deseo de forma insultante a quien sí desee verlo.

Imagino que así deben sentirse los Tordesillanos, además de abrumados porque con tanto espectador forastero, y sobretodo tanto agresor perverso, les será muy difícil disfrutar en familia de las fiestas de su pueblo.