31-08-2014
Querido Yeyo. Acabo de
recibir la peor de las noticias. Esa que nadie quiere dar y que nadie quisiera
recibir.
Me consta que has luchado
como campeón, pero tu destino no ha querido borrar lo que ya tenía escrito para
ti.
Me quedo con tu sonrisa, tu
mirada limpia, tu gran corazón y el sentido del humor fino y dicharachero.
Los que tuvieron la suerte
de tenerte como amigo, saben que eres de lo que no hay. El mejor entre los
mejores desde siempre y no sólo a partir de ahora.
Colaborabas como el que más
en todo lo que se te pedía y así disfrutamos –yo como espectadora- y entre
otras cosas de memorables artilugios que salieron de tus manos para los desfile
de peñas de grandes y pequeños.
Siempre escuché hablar de ti
con grandes elogios y las pocas conversaciones que mantuvimos fueron inolvidables
para mí porque compartimos lo mejor: el amor por nuestro pueblo. El amor que
aquí dejaste en cada una de sus piedras, en sus rincones y las calles que te
vieron nacer y crecer…El amor por Alaejos al que volvías siempre que tenías un
ratito libre y hoy te acogerá para siempre.
La vida te pegó recio en
cuerpo y alma y luchaste para ganar. Fuiste y serás un ganador. Te has ido
demasiado pronto y con un sufrimiento que no merece un ser humano como tú.
Te has llevado muchísimo
amor de quienes te rodearon. Nadie a tu lado podía estar triste y así debe de
seguir siendo.
Espero que tus amigos y en
tu nombre, abran la peña durante esta
Casita en la que ya está inmerso Alaejos. Que cada brindis sea por ti, cada chiste
sea para ti, cada buen rato sea tuyo, que noten que sigues ahí, no te has ido
porque las personas como tú nunca se van del todo y ellos –una envidiable piña-
llevan en la piel tatuada tu amistad. Ellos serán tu respiración, y vivirás en
cada uno de ellos.
Sin olvidarme de ninguno,
hoy mi abrazo es especialmente intenso para Adolfo, Cesar, y Gerardo porque con
ellos y sus esposas tengo más relación de amistad que con el resto.
Mi abrazo a tu familia
especialmente a tus hijas y a la persona que te amó hasta el último aliento. Mi
pésame a todos los que hoy
inevitablemente lloran tu partida.
Recordaré siempre tu mirada
clara y limpia. La sonrisa que nunca se escapó de tus labios y tu amabilidad
sin límites.
El próximo agosto tu paella
volverá a ser la mas sabrosa de las que compitan en el concurso del Club
Ciclista. Nunca faltaste a ellas y nunca faltarás.
Hasta siempre buena gente.
Hasta siempre Yeyo. No te olvidamos… No nos olvides.
7 comentarios:
Gracias Yeyo por haber compartido algunos de tus momentos con nosotros. Era un placer estar contigo y escucharte, como a ese buen profesor que uno nunca olvida. Allí donde estés descansa en paz.
Agur eta Ohore.
Intuyo quien eres.
Un abrazo fuerte para todos.
Gracias María.
Besazos
Se me ha olvidado en el primer comentario dar ánimos a Susana, a su familia y a los amigos cercanos que lo estarán pasando mal. Un abrazo fuerte a todos.
Y recordar que las personas como Yeyo permanecen siempre en la memoria.
Nuevamente un abrazo a todos
Carlos
Gracias por tu sentido comentario.
Un abrazo
Para mi como su hija, es un orgullo saber que hay personas que, aunque sólo hayan tenido un par de conversaciones con mi padre, han compartido momentos con él, más indirectamente. Saber que tantas persona disfrutaron con cada cosa que el hacia, cada artilugio que se le ocurría construir o cada idea que tenía para cocinar, me llena de fuerza. Él nos enseño a ser mejores, a aprovechar lo que teníamos a mano para darle el mejor uso posible, y ahora sólo nos queda pensar en que haría el cuando nos encontremos en un dilema. Muchas gracias, Marisa, por tus palabras hacia mi padre.
Nuria
Perdí a mi padre tan sólo hace tres años y aunque mucho mayor que el tuyo, el vacío es idéntico.
Hoy quizás no entiendas lo que voy a decirte, es demasiado pronto, pero cuanto antes lo hagas será mejor para ti y para él.
Nunca recordé a mi padre con pena ni hablo de él en pasado. Si me encuentro triste o sola (por muy rodeada de gente que esté) sólo tengo que buscar un pedacito de Cielo donde encontrar la estrella que más brilla. Sé que desde ahí me observa y me cuida. Le hablo, me escucha y le escucho.
Me llena de paz mirar esa estrella que siempre está por muy nublada que sea la noche.
Las personas que fueron maravillosas cuando respiraban, no dejan de serlo cuando ya no les vemos.
Para ti y tu hermana, todo mi ánimo y fuerza en estos momentos tan dolorosos.
No llores, él nunca querría veros tristes. Y recuerda que los que se van no descansan hasta que los que les aman no dejan de llorar.
Un abrazo muy fuerte y gracias por las palabras que me dedicas aun estando tan como entiendo que estás.
Marisa
Publicar un comentario