sábado, 4 de abril de 2020

MI DOCTORA DE CABECERA


MI DOCTORA DE CABECERA  03-04-2020

He de decir que siempre he respetado la profesión de médico, aunque ahora además, haya que reconocerles mucho más su valía por todo lo que están haciendo por la humanidad en estos duros momentos sobre todo para los facultativos y sanitarios que están en primera línea de ataque intentando frenar esta locura que invisible se nos ha colado en la vida poniendo patas arriba al mundo entero. Sólo espero que cuando esto pase, tanto el respeto de todos como el reconocimiento laboral sea un hecho para siempre, y no sólo cuando vemos las orejas al lobo.

Pues justo ahora me decido a publicar esta carta que escribí a mi doctora; una carta de agradecimiento escrita en verano de 2019, aunque por esto, aquello y lo otro, finalmente no la publiqué y ahora me apetece mucho hacerlo. Amplié cositas adaptándola al hoy que vivimos.

Mi querida doctora De Hoyos: Espero que al recibo de esta te encuentres bien. Nosotros bien gracias a Dios. Mª Jesús, por la presente, quiero darte las gracias por cómo me tratas en la consulta; porque me escuchas, me animas, y si tienes que reñirme, lo haces de forma que también parece que me das la razón.
La casualidad fue mi suerte el día que me quedé en tu consulta en el mes de marzo del año pasado y desde ese primer día supe que no quería otro doctor para mí.
No me fue difícil confiar plenamente en ti. Me escuchaste sin prisa, como se escucha a una amiga. Me aconsejaste como se aconseja a un paciente y me diagnosticaste como lo hace un buen médico. Desde entonces, cambió mi forma de vida, asumiendo una nueva enfermedad, y recibiendo el cariño que mi doctora ponía al comunicarme el diagnóstico. Haciéndome ver lo que debía hacer, dejando que pudiera elegir mi propia forma de afrontarlo. Sin exigencias, sin meterme el miedo en el  cuerpo ni menospreciándome  al tratarme como a un bicho raro o un tonel sin corazón ni sentimientos. Así me han hecho sentir algunos de tus colegas… Afortunadamente no muchos, pero desafortunadamente los hubo. En cambio rápidamente para ti dejé de ser la Mª Luisa que pone en mi tarjeta sanitaria, para ser Marisa, como me llaman los míos.

Mi lucha desde entonces no es sólo por mí, porque sé que si fracaso, también sentirás que fracasas.
Sabes cual es mi mayor sacrificio y aun así lo hacía para obtener los buenos resultados que te llevaba en las analíticas.
 En este confinamiento, entenderás que no lo lleve tan mal como muchos a los que se les cae la casa encima.

Ahora que no puedo por razones obvia, hacerme los controles rutinarios, estoy haciendo bien mis deberes, aunque confieso que celebro algún “domingo y fiesta de guardar”, porque además de diabética, soy humana, pero procuro no tener ataques de ansiedad (ni ataques a la despensa) por la situación que nos está tocando vivir.
También hago los deberes siendo obediente y aplicada, dando mis paseos dentro de casa; tomo la vitamina “D” cuando el sol desde mi balcón me lo regala. Puede que así, cuando esto acabe, tú y yo nos llevemos la grata sorpresa que nos llevamos después de Navidad, que al contrario de la media humana en esas fechas, adelgacé.
Espero cuando esto acabe, ir a tu consulta victoriosa, con algún kilo menos, la insulina a raya, la glucosa bajo cero y como siempre el ánimo alto, muy alto. Por mí, por ti, por los míos.
Me siento muy orgullosa de mis logros y mi fuerza de voluntad, porque me gusta que me veáis bien y porque soy feliz sabiendo que no estoy sola en mi tarea. Además, si me veis bien, es que lo estoy.

Cuídate mucho mi querida doctora, te necesitamos fuerte, humana y cariñosa como siempre.

Sin más se despide esta que lo es: Marisa Pérez Muñoz

Marisa

No hay comentarios:

BIENVENIDOS...

... A este Blog creado para difundir noticias e historias de mi pueblo. Espero que encontréis aquí lo que andabais buscando. Si no es así y creéis que puedo ayudaros a conseguirlo, dejad la pregunta en un comentario, y a la mayor brevedad será atendido. Gracias por venir.