jueves, 13 de marzo de 2025

ANUNCIOS ATEMPORALES

 

ANUNCIOS ATEMPORALES  11-01-2021 /03-09-2024

 Hace años “echaban por la tele” unos anuncios de compresas femeninas que sirven para guarecer esas gotitas indiscretas que a las mujeres de cierta edad se les escapan y al parecer les traen por la calle de la amargura.

A ese respecto escribí y publiqué: “Si hueles no lo luzcas”. En esa publicidad, los guionistas –posiblemente masculinos- pintaban el problema y a quienes lo sufren, con tan poco acierto, que LAS AFECTADAS parecían tener que ocultarse cual culpables de asesinato.

 Tiempo más tarde, esos anuncios evolucionaron y mostraron las compresas –según decía el anuncio- tan planas que no se notan nadita, y la susodicha afectada, se mea –literalmente- de la risa, ya que ha descubierto que tener esa leve incontinencia, no la convierte en una vieja chocha, si no que continúa siendo –si es que lo era de antes- una mujer vital, alegre y feliz. Cierto que, si eres boba, ponerte una compresa no te hace cambiar la bobez.

Habían cambiado el guion y pintaron a las mujeres con incontinencia urinaria leve, cual viejas locas en un espectáculo de “chicos”, (en inglés), meadas de risa, porque la compresa no se nota… Señores, ni lo uno ni lo otro. “Ni tanto que queme al santo, ni tan poco que no lo alumbre”.

 Actualmente, en 2024, el anuncio lo muestran con una mujer sentada en el excusado, empapando con un chorro de agua, una compresita finísima que todo lo absorbe, vertido el dicho chorro de agua desde una jarra… ¿De verdad hay que escenificar tan absurdamente, soltando una cantidad impensable, para enseñar cómo absorbe unas gotas de pis la susodicha compresa? ¡¡Unas gotas de pis!! No el canal de Panamá entrepernil.

¡¡Qué poca imaginación señores!! Y qué suerte, que, además, reciban una pasta por semejante poco acertado “trabajo”.

 Más tarde, lo que “echaron por la tele” fueron anuncios de gente que puede y no puede evacuar, convirtiendo sus vidas en una mierda… o no.

Al parece evacuar con la naturalidad que íntimamente cada mortal lo hacemos cada día, (o deberíamos hacerlo), ha inspirado a los creadores de contenido publicitario, y muestran un producto milagroso y parece que los efectos son fulminantes.

Tiene su gracia, la verdad, las historias que han inventado para no pronunciar las “impúdicas” palabras “pedo” o caca”.

 El anunciante hizo varios escenarios para un mismo fin: una abuela remilgada con aires aristocráticos junto a su nietecita no menos delicada, contándole fuera de toda lógica escatológica, que es estreñida y que se le caen los pedos, que la nieta se ve que no ve, pero “siente” en el alma.

La lógica del anuncio no veo que esté mal, aunque cuando lo “echan” a la hora de comer, nunca es agradable saber si la aristócrata se pee en el sofá junto a su nieta en vez de salirse al pasillo para no atufar a la pobre niña.

 No haré publicidad de la marca (no me pagan por ello), (ya me gustaría), producto que, al parecer, cura el colon irritable, aunque a mí lo que me irrita es la cara de boba de la “aerógrafa”.

 Como sea, se ve que el milagroso producto hace su efecto y la abuela deja de necesitar “aeropumba” porque sus gases no están ni se les espera, aunque ella lo anuncia a los cuatro vientos (nunca mejor dicho) y con la misma hidalguía en la voz, cuando con emoción constreñida le dice a la niña a bombo y casi platillo: “se han ido, se han ido”, y la nieta lo celebra: “se han ido, se han ido” y lo festejan como si en vez de los ancianos gases en toda la extensión de la palabra, se hubieran librado de una invasión de moscardones gordos… ¡¡Pedos niña bonita!! ¡¡Tu abuela se tira pedos!!

Que dan ganas de decirle a la señora, que las cosas se llaman por su nombre, con naturalidad porque cada uno tiene el título que hereda, y ella en ese anuncio será por siempre “la abuela pedorra”.

 Otro anuncio del mismo artículo lo escenifican un padre y su niñita.

El aquejado de tal monstruosidad gaseosa es el padre, y la niña tan tímida como boba, en susurro con una manita tapando su boca, como si con ello le quitara importancia al “delito” explica: “mi padre antes se tiraba pedetes”, tal como si estuviera diciendo: “mi padre robó el banco de España” … Niña, maja, tu padre no tira pedetes, Tu padre ¡¡se zurra como un general!! Porque sabe que, si no lo hace, se le acumularán como bombas en las tripas y para no salir volando como un zepelín, tienen que tomarse las pastillas anunciadas.

Los padres han leído en algún cementerio “Por aguantarme un peo aquí me veo” … y no están dispuestos a concederle a la vida tal dispendio.

 Del mismo artículo, otro señor, con su mascota al lado, se queja de aquejarse de idéntico problema, y el animal, sin estruendo que le avise del lanzamiento del cohete, sale huyendo sin decir ni “guau”, para no zampárselo crudo. ¡¡Animalito!!

Hoy tocó esta clase de anuncios, otro día hablaremos de otros que seguramente también merezca la pena recordar porque tema hay para mucho… y anuncios tan malos que merecerían pena de cárcel, demasiados.

 Aquí os dejo otras de mis añejas crónicas sobre parecidos temas al que hoy nos ocupa:

 http://el-rincon-de-mis-poesias.blogspot.com/2008/12/si-hueles-no-lo-luzcas.html  

  “SI HUELES NO LO LUZCAS”. ESCRITA EN 08/05/1999 Y PUBLICADA EN 06/12/2008

 https://marisa-alaejosysuscosas.blogspot.com/2011/07/los-anuncios-publicitarios-en.html

 “LOS ANUNCIOS PUBLICITARIOS” ESCRITA Y PUBLICADA EN 22/07/2011

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