GRACIAS POR ESTE MARAVILLOSO DÍA

 

GRACIAS POR ESTE MARAVILLOSO DÍA  31-01-2023

 Enero terminó y con el último día, se cumple mi cumple… ¡¡¡el año va que jode!!!

Desde que dieron las 00 del día, empezaron a llegar los primeros abrazos, los primeros mensajes de pelitos de punta, un sobre, un te quiero y el sueño hecho realidad de vivir un bonito día compartido.

 Desde que desperté con el alboroto y los primeros abrazos prietos, hasta que la puerta de mi casa se cerró tras la última visita; no faltaron risas ni lágrimas de alegría y felicidad.

Ni faltaron llamadas (la última con gratísima sorpresa, de esas que te hacen brincar el corazón, tanto por el cómo, como por el qué).

        No faltaron mensajes llenos de cariño y buenos deseos. Ni detalles ni sorpresas faltaron. Ni bombones a mi medida, ni faltó el Conty envuelto en carcajadas y sobre todo, no faltaron sus miradas viéndome abrir los preciosos regalos para ver mi cara de sorpresa al descubrir lo que contenía.

Tampoco faltó frío, ni sobró calor.

Ni faltó entusiasmo ni sobró dolor.

Viví en una nube llenita de amor.

 Me fue imposible cumplir “la orden” de mi nieta Irene. Pretendía que no llorara, pero me fue imposible guardar las lágrimas al ver el amor con que todo estaba pensado y preparado para mí: los dibujos de mis nietas: Un “Coco” de Lucía que ni Píxar dibujó mejor, y la iglesia de santa María de Alaejos, que ya hubieran querido los arquitectos el diseño que me regaló ayer Irene.

El aroma de mi perfume preferido, el vídeo editado por Lucía con fotos de mis momentos junto a  personas importantes que alguna vez respiraron a mi lado en algún minuto de los 66 años hoy hechos con galletas horneadas por las niñas de mis ojos.

La preciosa y personalizada tarjeta con sus dedicatorias, siempre sorprendentes y que esta vez traía escondida la sorpresa que me hará volar en alfombra mágica.

¿Se podría tener más? Pues yo sólo quiero que no me falte ni un ápice de todo el cariño, el amor y la compañía que hoy tuve. No me hace falta más… ni me conformo con menos. ¿Oído destino? ¡¡Pues eso!! ¡¡Karma, no hay prisa!! ¡¡Ojito con escribir algún renglón torcido!!

 Podría enseñaros en fotos los regalos y la cara de boba al recibirlos, pero jamás podría (ni querría) mostraros lo que pensaba y lo que sentía en cada uno de los 1440 minutos que duró mi día.

 Lo que sentí al recibir las llamadas y al leer cada uno de los mensajes. Lo que sentí en cada uno de esos abrazos, de esos besos… nadie más que yo puede saber lo que sentí, lo que pensé y los deseos que pedí al soplar las velas… eso es mío. Lo único íntimo que quiero guardar: mis pensamientos, mi sentir y mis íntimos deseos guardados dentro de ese corazón que surcará los cielos sobre esa alfombra mágica tejida para mí con sus sueños.

 Gracias a todos por cada momento en el que hoy me habéis hecho feliz. Ahora toca esperar 364 días para volver a vivir un día como este.

  ¡¡¡El año que viene pasaré lista!!!