QUERIDA AMIGA GLORIA
Querida amiga Gloria: mi otra gaditana favorita. ¿Recuerdas? ¡Claro que lo recuerdas! Febrero de 2016. Mi marido y yo vacacionando en viaje del IMSERSO en Torremolinos y como esa ciudad andaluza queda al ladito de Cádiz… (A dos horas y media de nada); Mariluz que ni es corta, ni mucho menos perezosa, se acercó a vernos llevándote de “copilota”. Pasamos una tarde fabulosa los cuatro: mi marido, Mariluz, tú y yo. Fue como si nos conociéramos de toda la vida y así transcurrió todo:
Se acercaba el fin de nuestras vacaciones y con el sábado llegó la esperada visita de nuestra querida Mariluz, por fin el ansiado abrazo con mi gaditana de lujo que llegó acompañada de Gloria, una gran mujer digna amiga de la mía y que sin temor a equivocarme, nada más presentarnos ya puedo considerarla amiga de las buenas.
Nuestras amigas, a medio día habían recorrido el montón de kilómetros que nos separaban. Comimos en nuestro hotel decidiendo donde pasar la tarde para aprovecharla al máximo y a fe que lo logramos.
El lugar elegido fue (a 105 km de Torremolinos) Ronda que nos recibió con hermoso sol en la cara y nubes de negro luto en la espalda.
El sol queriendo agradecer nuestra visita, se resistía a esconderse y las nubes tercas como mulos ganaban la batalla en algunos breves momentos soltando granizo suave como nieve o nieve redondita como granizo (no me quedó muy claro). Lo cierto es que enseguida escampaba y el sol volvía a brillar aliado eso sí, con un fuerte airón que al mismo tiempo empujaba a la nubarrona y a nosotros mismos por las brillantes calles rondeñas hasta el entorno de la hermosa plaza de toros o junto al mirador de su preciosa serranía y al grandioso puente sobre el Tajo.
Tuvimos tiempo de continuar con la interminable charla y tomar un cafelito para entrar en calor, en una selecta chocolatería con un precioso y relimpio cuarto de aseo digno de fotografiarse... y alabar, porque hay cada antro que miedo da tener una urgencia.
Ni el tiempo literal ni el ambiental nos permitió ver todos los maravillosos rincones de Ronda, así con la promesa de volver, nuestra incansable conductora nos llevó hasta Setenil de las Bodegas; otro precioso rincón digno de ser visitado y que nos recibía con lluvia intensa y el mismo airón que en Ronda, pero aquí tampoco hizo volar nuestra ilusión de estar juntos viendo tan precioso lugar, además la lluvia duró apenas un minuto para luego dejarnos realizar la visita con calma.
Y no sé por qué
no mencioné en esa crónica que desde el primer momento parecía que nos
conociéramos de toda la vida. Tanto que tuviste la osadía de “robarme
el marío” delante de mis narices…
Recuerdo con mucho cariño aquella tarde en Ronda, donde nos llovió, nos nevó y nos mostró que es un precioso lugar donde merece la pena volver; y en Setenil de las Bodegas: al llegar, aparcó en buen lugar y salimos del coche a toda prisa porque empezó a llover fuerte y mientras me quedaba bajo un paraguas esperando que Mariluz cerrara el coche, tú corrías calle abajo del brazo de mi marido también ambos bajo un paraguas, mientras gritabas “Me voy con mi marío Marisa, te lo robo” Y con “mi marío” se quedó para ti, y así me preguntas amistosamente por él mi querida Gloria.
Tras la leve visita a Setenil, el viaje de regreso lo hicimos por la sierra, (esa preciosa sierra de Las Nieves que parte de ella se quemó en 2022)… el recorrido era un poco más largo que el de ida, (40 km más, por sierra que por autovía) y lo hicimos por allí para llegar a san Pedro de Alcántara con intención de parar (o visitar desde el coche) Marbella o Fuengirola camino a nuestro hotel en Torremolinos.
Creíamos que el tiempo es chicle, pero no lo es y en febrero aún anochece muy pronto, por eso no paramos en ninguno de esos lugares, yendo derechitos al hotel.
Aseguro que merecieron la pena todas esas curvas aunque sólo fuera por ver el grandioso espectáculo que nuevamente de forma gratuita nos regalaba la naturaleza con un espectacular atardecer entre las montañas nevadas; teñida la blanca nieve de los picos más altos por el intenso amarillo de la puesta de sol, que se escondía entre las nubes de toda la gama de colores desde el brillante algodón blanco, al gris y al casi negro, con parcelitas de azul intenso de cielo. Lástima que al no poder parar, las fotografías no tienen la calidad que yo quisiera, porque las imágenes que tengo en el corazón no puedo pasarlas a formato JPEG y esas no se me borrarán jamás, aunque no pueda compartirlas.
Hubiera pagado por ver un espectáculo tan irrepetible como aquel. Espectáculo que una vez más venía de la mano de la mejor persona; la gaditalaejana que nació en Cádiz y se enamoró de Alaejos y la Virgen de la Casita y que en esta ocasión me ha regalado a Gloria. ¡¡No se le puede pedir más a la amistad!!
Cuando nos dejaron en el hotel, estábamos felices y satisfechísimos los cuatro del día vivido juntos. Nos despedimos y las vimos arrancar camino de Cádiz con la misma pena de siempre y la siempre ilusión de volver a estar juntos pronto y si fuera posible por más tiempo.
Exactamente eso escribí sobre aquel primer encuentro que incluí en mi crónica de vacaciones y que titulé “Con el IMSERSO al Sur”. Te la dejo con enlace por si quieres volver a leerla entera.
Pienso y defiendo que escritor es quien escribe y yo con dos novelas y dos libros de poesías en el mercado además de mis Blogs en los que publico frases, poemas, críticas, crónicas y cartas; creo que puedo considerarme humildísimamente “escritora”, porque quienes me queréis, así me hacéis sentir.
Hay quien pinta cuadros de dudoso gusto y calidad artística y se gana la vida pintando, pese a que no todo el mundo puede ser Velázquez, El Greco… Ni Cervantes, Delibes... Ellos forman parte del universo de los grandes pintores o escritores, aunque no tuvieron –como yo- el privilegio de conocer personalmente a todos (o a casi todos) sus lectores para saber de primera mano lo que opináis sobre mi obra, por eso te escribo esta carta amiga mía, porque por cositas que me dices, sé la ilusión que va a hacerte recibirla… Tanta como a mí escribírtela, te lo aseguro.
Afortunadamente sé distinguir cuando escucho palabras huecas, disfrazadas de afecto con intención de obtener algún beneficio o por un mal entendido y absurdo “por cumplir” y sé también cuándo esas palabras tan bonitas como las que me dices son sinceras, porque en realidad piensas que escribiendo soy tan admirable para ti como me dedicas con amplia sonrisa.
Quizás no merezco tanto, pero te aseguro que te agradezco en el alma tanto cariño y admiración, aunque en este momento esté pecando de inmodestia al explicarlo así de sinceramente.
Si es por admirar, la misma admiración siento por ti, por las muchas virtudes que tienes y que ni sabes que posees. Por tu lucha en la vida y por reír a carcajadas cuando en verdad lloras a mares por dentro.
El nombre te viene al pelo: Gloria, porque gloria bendita es compartir momentos contigo.
Eres una mujer transparente, sin maldad, sin dobleces. Dices lo que piensas y lo que sientes con esa mirada limpia que sólo las buenas personas poseen.
Una Gloria “Monroe” tan rubia como la Marilyn a la que a veces emulas y admiras.
En aquel primer viaje no parabas de repetir: “yo es que hablo mucho Marisa, si te canso dilo y me callo un poco”… Doy fe amiga mía, te gusta mucho hablar y reír, pero también sabes escuchar y mostrar un corazón tan grande y hermoso como el mar de tu bahía.
No has tenido una vida fácil, pero lejos de amilanarte, has afrontado con fuerza todas las piedras que te salían al paso, aunque fueran tan grandes como las rocas de la preciosa Setenil y penas tan hondas como el puente sobre el Tajo; resurgiendo como aquellas puestas de sol de la sierra rondeña que juntas disfrutamos.
El destino, que no siempre escribe con buena letra, una vez se esmeró y escribió en redondilla para Mariluz y para ti haciendo que vuestros caminos se juntaran convirtiéndoos en grandes amigas y confidentes. No sabes hasta qué punto me tranquilizó porque llegaste a su vida cuando más falta le hacía aferrarse a una mano fuerte como mi gaditalaejana dice que es la mía, aunque tú vives infinitamente más cerca que yo de ella.
No sabes la alegría que sentí al saber que mi gaditana tenía a su lado una gran amiga para siempre… Tu mano se unió a la mía para entre las dos sostener a esa gran mujer que tenemos por común amiga. Más tarde llegó Pedro, aunque esa felicidad da para otra carta.
Después de aquella primera vez, la siguiente que nos vimos fue el pasado septiembre de 2021, cuando Irene y yo viajamos a Cádiz por sorpresa y por tan sólo dos días.
¡¡Qué bonita y mágica aquella tarde!! Hiciste lo imposible por venir desde San Fernando a Cádiz para vernos. Todo se te ponía en contra, aunque felizmente pudo ser.
Inolvidable esa ínfima puesta de sol que nos regaló la Caleta con cielo absolutamente gris y una ventanita por la que asomó el sol para no dejarnos volver a Valladolid sin disfrutarlo. Incluso me diste las gracias por el abrazo que te dimos en los momentos en que las mascarillas nos privaban de respirar con libertad; cuando el miedo a los contagios nos privaba de abrazar y de vivir.
Hace muy poquito: el pasado mes de diciembre, Irene y yo volvimos a la tacita por corto espacio de tiempo y pudimos compartir las cuatro una tarde de risas, de charlas y de carcajadas mientras nos contabas su odisea…
Mi querida Gloria, capaz de abrazar una barandilla para que el sol riera a carcajadas. De hacerte media Maratón (o Maratón y media) tras el autobús que se te escapaba. Corriendo sin paraguas bajo la fina lluvia hasta tres veces para alcanzar un autobús número 2 que viajaba en dirección contraria; volviendo a cruzar la avenida sin ver los semáforos en rojo para no perder ese bus nº 2 que tampoco era y volver a jugarte la vida corriendo hasta llegar al puñetero nº 2 correcto, donde por fin pudiste sentarte cuarto de hora dando palique a conductor, hasta que por fin arrancó camino del lugar de encuentro.
Querida gaditana, capaz de aguantar en silencio unos minutos escuchando atentamente sin rechistar mis peroratas.
Capaz de alegrarme el día con una frase preciosa y llena de admiración y cariño hacia mí y a continuación hacerme saber cómo se utiliza el botón de bloqueo en el WhatsApp para evitar que cualquiera me moleste a horas intempestivas enviándome mensajes que interrumpan mis ensueños, pudiendo enviármelos en momentos idóneos en que “Morfeo” haya abandonado mis brazos voluntariamente, no tan bruscamente que me tire al suelo el dios del sueño y no quiera volver a visitarme dejándome con los ojos como un lagarto durante horas. Me enseñaste que usar el botón de bloqueo, sin incurrir en deslealtad a la amistad que nada tiene que ver con silenciar un grupo sin mermar el cariño y apego al bloqueado… ¡¡¡Tú me entiendes!!!
Querida amiga Gloria: nos quedan muchas tardes de risas acuñando vivencias, compartiendo formas de pensar o aficiones en las que afortunadamente coincidimos, como por ejemplo la admiración por esa gaditana actriz del humor; aunque de antemano te advierto que no seré capaz nunca de cometer la osadía que Mariluz cometió, tan sólo para darte una grata sorpresa.
Cualquier día nos veremos en alguna concentración de coches antiguos o convertidas en tres Pingüinas cualquiera, o incluso disfrutando de un “Amoscuchá” en el Pópulo o en la Viña fundidas con la gente buena del carnaval, mientras le pagamos unas vacaciones a Pedro para que descanse del agobio que el carnaval le proporciona.
Gracias por regalarme la emoción al recibir mi novela de manos de Mariluz en la celebración sorpresa de tu último cumpleaños.
Esperando que la próxima reunión sea pronto, te mando un abrazo enorme gatuna.
Con todo mi cariño:
Marisa
1 comentario:
Querida Gloria, qué respuesta tan preciosa amiga mía!!!! Nadie tiene más suerte que yo por encontrar amigas como tú!!!
Gracias por tus gracias y porque sé que en verdad mi carta para ti es un tesoro como lo es para mí tanto cariño recibido derechito desde mi Cádiz
Marisa
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