VUELVE A CASA VUELVE… POR NAVIDAD 23-12-2018
Volver a
casa por Navidad no siempre es posible y cuando es imposible, cuando la mesa
tiene más huecos libres que sillas ocupadas, es difícil pensar que la Navidad
es eso de lo que nos atiborran en las calles.
El primer
año que ves en tu cena una (o más) sillas vacías, comienzas a darte cuenta que
la Navidad te produce más daño que alegría y quieres dejar de celebrar algo que
tanto te duele, pero no te dejan. No te entienden ni quieren entender tu
tristeza y eso aún duele más.
Si eres
afortunado, vuelves a sentirte feliz cuando esos huecos vuelven a llenarse de las
risas infantiles que traen otros tantos nuevos miembros de tu familia.
A la mesa
faltarán los reemplazables que nunca podrán regresar desde el Cielo ni siquiera
para esos días. Ya dejaste de ser la niña que creía en el espíritu navideño y
adoraba estas fiestas, ni eres la adulta que llegó a odiarlas cuando todo cambió.
Ahora eres abuela; tú eres el recuerdo que quedará algún día para tus nietas
tan grabado como a ti te quedó la Navidad que viviste en torno a tus abuelos y
con una gran mesa llena de alegría y familia querida.
Las fechas
ya no tienen la pureza de las que conociste de niña, ahora nos empujan al consumismo
y si quieres ver magia, lo harás en las miradas infantiles que descubren las
luces en las calles y empiezan a tomar conciencia de que existen seres fantásticos
que traen juguetes. Esas miradas de ilusión de las niñas que llenan de niñez el
corazón de los mayores al verles soñar nerviosas con los regalos que traerá un
señor gordo vestido de rojo que se cuela por las ventanas en las casas en las que
no hay chimenea y sobre todo al saber que esperan la llegada de los mismos Reyes
Magos en los que tú nunca dejaste de creer.
Cuando ellas
llegaron a nuestras vidas, volvió a mi casa la Navidad y por eso vuelvo a
felicitar con ilusión a quienes la aman y desean compartirla; a quienes tienen
todo para ser felices y lo son.
Quiero
también enviar mi cariño para todo el que lo quiera y lo valore, pero
sobretodo, quiero enviar felicidad a los corazones rotos. A los que quieren y
no pueden celebrar porque no tienen con quien o con qué, o porque su ánimo no
es bueno por estar rodeados de problemas serios o infranqueables de salud y
pena por las ausencias de quienes viajaron para no volver y este año será el
primero que no estarán a su lado.
Para quien
todo este follón les parezca absurdo y no les gusten nada estas fechas, les
deseo con todo mi corazón que puedan despertar el día 8 de enero sin que el
resto de días navideños les roce el desasosiego o les falte la calma.
Porque es
mi deseo, porque quiero y puedo y porque respeto a quien no piense o sienta
como yo:
Feliz
Navidad para quien la quiera
No hay comentarios:
Publicar un comentario