MI QUERIDA MARILUZ 05-11-2016
Mí querida Mariluz: ¡Qué te
puedo decir que no sepas! El destino se empeñó en regalarme Cádiz y lo hizo poniendo
en mi camino a la mejor gaditana. Buscó un extraño método: un Internet casi en
pañales y una estrella con rostro casi exacto (por aquel entonces) a otra que tú
misma trajiste al mundo.
¡¡Quién nos iba a decir
aquel 29 de febrero de 2004, que el mundo iba a convertirse en un pañuelo
chiquito donde “nadie” nos presentaba sin imaginar que sería el principio de su
final y el principio de nuestro siempre!!
Nunca supimos cómo; o quizás
sí, sin darnos cuenta confiamos la una en la otra y pudimos conocernos como si hubiéramos
nacido en el mismo rellano de escalera o mejor aún, en la misma familia.
¿Quién se acuerda ya de
nadie? Tú y yo sabemos que nuestra estrella tuvo mucho que ver con el destino.
Quizás fue la mano que lo guió al escribir aquel 29 de febrero. Después han
pasado tantas cosas bonitas en nuestra amistad, que sería imposible plasmarlas
todas aquí. Dan para escribir un libro y de hecho, parte de ellas ya están
publicadas en nuestro particular libro de recuerdos “Mar de trigo, Mar de plata”.
¡¡Tengo tanto que
agradecerte!! Entendiste como nadie una terrible tristeza en la que vivía y me
ayudaste escuchando y confortando aquella pena que nunca desaparecerá pero que
se diluye en el tiempo dejando en el recuerdo lo bonito que fue y mitigando lo
dura que fue su partida.
Sin embargo eres tan sencilla,
tan humilde; tan sencillamente humilde, que dirás que es todo lo contrario, que
tú me agradeces cosas importantes en tu vida. Era una época durísima para ti y
yo simplemente te tendí la mano que necesitabas para tomar impulso y conseguir
salir tú sola y comenzar un nuevo camino: el camino hacia la felicidad.
No conozco a otra persona
tan trabajadora como tú, tan fuerte y tan espléndida para todo el mundo, olvidándote
siempre de tus propias necesidades para cubrir las de todo el que te rodea.
Podría llenar cientos de
folios ensalzando tus virtudes y agradeciendo a mi suerte el haberte conocido.
Te enamoraste de Alaejos por
todo lo que yo te contaba de mi adorado pueblo. Amas a la Virgen de La Casita y
a nadie nacido más allá de las fronteras de Alaejos he visto llorar ante ella
con tanta pasión como tú lo hiciste.
En Cádiz cada 8 de
septiembre celebráis a la Virgen de la Luz, y desde que nos conocemos ese día
celebras tu onomástica como “LuzCasita”. Las dos somos gaditana de nacimiento y
alaejana de adopción (yo el contrario) y ahora somos “Gaditalaejanas” porque a
ti y a mí nos da la gana cambiar el gentilicio.
¡Cómo olvidar tantos y
tantos regalos que me has hecho! El primero de ellos una figura de mi misma escribiendo
en un velador. Le explicaste al escultor mis rasgos y me esculpió perfecta. No
todo el mundo puede presumir de tener en casa casi una réplica de si mismo esculpida
en barro y yo la tengo gracias a ti, y realizando mi gran pasión: escribir.
¡Cómo olvidar aquel sábado
de noviembre que viajaste desde Cádiz para estar unas pocas horas en nuestra
casa con tu preciosa niña Alicia! No te fiabas de ningún medio de transporte
para enviarme la figurita y viniste a traerla en persona. En tren. Llegasteis a
media mañana y partíais a media tarde de regreso. ¡Qué locura, tantas horas de
viaje!
¡Cómo olvidar las vacaciones
gracias a ti para que pudiéramos conocer Cádiz!
¡Cómo olvidar tus viajes a
Valladolid o Alaejos para pasar unos cortísimos pero intensos días junto a esta
familia que siempre te espera y a aquellos amigos con los que reímos hasta el
llanto! ¡Qué tiempos!
¡Cómo olvidar aquella Casita
del 2006 en la que por fin te vi disfrutar como niña tras tanto daño como habías
llevado en tu pesada mochila! Cada uno de aquellos días fue especial. Por fin
estabas en Alaejos y vivías sus fiestas desde dentro. Agotamos la reserva de
risas y carcajadas. Regresaste a Cádiz cargada de ilusiones, fuerza y
proyectos.
Nadie nos negará quien
estaba a nuestro lado en aquel espectáculo puramente jerezano que hasta en tres
ocasiones vimos juntas.
“Los sentimientos que se
palpan y se comparten al compás,
no son mentira; se siente y
siempre es verdad,
aunque la razón que es loca,
te diga calla la boca,
porque no te entenderán”.
Al acabar el espectáculo
casi al unísono dijimos “¿Sabes lo que me ha ocurrido?”… Y qué casualidad, a las
dos nos había sucedido lo mismo. Un espectador no pagó su entrada sin ser
regalo, ni cometer delito… ¡¡Qué fuerte!!
Ni un solo año me falta el
paquete procedente de tu mano lleno de CD con la música carnavalera que se cantó
en el Falla.
Cada nuevo CD de mi
chirigota, me llegó firmado y dedicado muy cariñosamente por todos ellos porque
tú haces todo lo posible porque así sea.
Conseguiste cita con mi
admirado –y desde entonces amigo- Yuyu para aquella cena familiar en “El Arte
Serrano”. Inolvidable velada. ¡Grande Yuyu!
El pasado Febrero mi marido
y yo disfrutábamos de unos días en Torremolinos y hasta allí viajaste con Gloria
desde Cádiz sólo para vernos y hacer una tarde especial viajando hasta Ronda. No
dudaste en inyectarte en vena más de 700 km serranía incluida, aquel día.
Dispuesta siempre a hacer
favores a quien no tiene siquiera el valor de pedírtelos. ¡¡Eres un ángel en la
tierra!!
Ojala algún día tu trabajo se vea recompensado como
mereces, que hasta hoy nunca lo fue. ¡¡Con la de gente que cobra millones tocándose
lo que rima!! ¡¡Qué injusta ha sido siempre contigo la vida en ese aspecto!! Tiene
que estar a punto de cambiar. Mereces todas las cosas buenas.
Afortunadamente tienes una maravillosa
familia; muchos y buenos amigos y el amor. Un amor que tardó en llegar pero te
compensó con creces poniendo en tu camino a Pedro, un magnífico ser humano y tu
alma gemela.
No cambies nunca, eres única
e irrepetible y yo me siento muy afortunada de tenerte como amiga… de tenerte
como Tata.
No hay comentarios:
Publicar un comentario