jueves, 26 de noviembre de 2015

NO A LA VIOLENCIA DE GÉNERO… HUMANO


  25-11-2015

Por diversas causas ayer no pude publicar, y aunque a algunos les importe un bledo mi opinión (que es mucho más que lo que me importa a mí la suya) bien sabéis que escribo por y para las muchas personas que si os gustan mis publicaciones, aunque no siempre estéis de acuerdo con todo lo que escribo; afortunadamente esa es la magia entre “escritor” y lector.

Ayer, 25 de noviembre fue el día para denunciar la violencia de género y el maltrato a las mujeres… Bien, pues no estoy demasiado de acuerdo con la definición. Como se trata de denunciar el maltrato entre humanos, denunciemos, aunque hoy no toca el maltrato escolar, ni en el trabajo, ni a niños o ancianos…  para este tipo de aberración hay dedicados otros días.

Se ha puesto de moda dedicarle un día al año a cosas importantes para que en redes, informativos y corrillos se hable de lo que toque, aunque ciertamente hay días dedicados a cosas que son (o a mi me lo parecen) absurdas o hasta ridículas, pero el de ayer, es uno de los verdaderamente importantes… O lo sería si con ello no sólo se lograra hablar del maltrato durante un día sin que nadie le ponga remedio para que se erradique el maltrato a mujeres y hombres. Sí, hombres maltratados que desafortunadamente también los hay, y muchos.
Hombres que tan callados como humillados sufren su maltrato y sienten que nadie se ocupa de su dolor; parece que con una mujer maltratada  todos nos sentimos solidarios, tratamos de aportar ideas a la familia que sabedores del problema de su familiar parecen incapaces de ponerle remedio antes de que aparezcan en las necrológicas lamentándose.
Intentamos ayudar desde fuera, en lo que podamos, porque el maltrato suele producirse dentro del hogar donde el cobarde malbaratador actúa impunemente y es ahí, dentro del hogar donde nadie puede meter baza y ellos lo saben.
No es justo para nadie sufrir maltrato y mucho menos dentro de su propia casa, y no es justo censurar y hasta “celebrar” un día dedicado al “maltrato a la mujer”; supongo que las estadísticas lo que cuentan son las demasiadas mujeres muertas a manos de un ser irracional, inhumano y cobarde con el que conviven o han compartido vida e ilusiones.

Cuando el maltratado es hombre, además sufre la incomprensión de la sociedad, sobretodo de los amigos que en vez de ayudar, le abrumarían acusándole de calzonazos, y por eso calla.
Desafortunadamente el maltrato de “genero” tampoco parece contemplar el que sufren los hijos de esas parejas que en muchos casos  conviven con ellos y tienen que presenciar como el padre o madre, maltrata a la madre o el padre. ¿Ellos no cuentan? ¿Y los hijos maltratados física o psicológicamente por una madre insatisfecha o dominante, o por un padre que descarga su ira en golpes o insultos contra las personas más indefensas?
Hombres o mujeres dominados por jefes o compañeros de trabajo que ahogan su frustración en una botella y descargan su rabia sobre el cuerpo menudo y desvalido de sus hijos sin que nadie pueda defenderlos.
Estos niños pueden quedar mentalmente marcados para siempre y convertirse en potenciales maltratadores.

¿Qué remedio se le puede poner a una lacra tan brutal? ¿Qué hacemos cuando conocemos a ciencia cierta la existencia de maltrato? ¿Qué hacemos cuando lo intuimos?
La educación es primordial, empezar desde el colegio con asignaturas que enseñen a valorarse como ser humano, a entender que nadie es más que nadie y si alguien intenta maltratarles, sepan defenderse.
Dar confianza al maltratado para que no se sienta solo y ayudarle a salir de la situación pero ¿Cómo? Creo que si nos paramos a reflexionar, todos conocemos a alguien víctima de maltrato que no se atreve a exteriorizar su sufrimiento.
Todos hemos dicho en alguna ocasión “lo que yo haría”… Lo vemos muy fácil, nos sentimos fuertes para aconsejar, pero impotentes por no poder hacer nada ante un maltrato físico porque luego es incluso peor el psicológico; el miedo, el terror a ese animal con el que conviven, les convierte en esclavos del maltratador.

Si cada mujer, hombre o niño maltratados salieran a la calle y delante del mundo entero acusaran a ese animal, muchos morirían de vergüenza, porque lo primero que es un maltratador es cobarde.

Ojala este día dejara de existir. Ojala nunca más ni un solo maltrato de humano a humanos, aunque soy humana y me cuesta mucho entender o perdonar a la bestia que maltrata, y por ser humana a cada maltratador le deseo: “que cada segundo de su inútil vida reciban lo que merecen, y si hay vida después de la muerte, les espere el infierno que ellos han sido para sus víctimas”.

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