Así ha sido, intenso, muy
intenso el fin de semana vivido en Madrid junto a Irene disfrutando e incluso
participando del triplete teatral que programamos sobre la marcha.
Teníamos intención -y
entradas para el domingo- para ver por segunda vez el musical “El Rey León” que
tantísimo nos gustó allá por el mes de Mayo. Al coincidir dos días seguidos de
fiesta, decidimos aprovechar para ver algún otro espectáculo.
Tras apearnos del AVE en
Chamartín, dejamos nuestros equipajes en el hotel elegido y con la seguridad
que da el saberse manejar vía metro, moviéndonos por la gran “Ubre”, allá que
nos adentramos en las entrañas del horadado Madrid y como unas habituales más, nos
desplazamos por las diferentes estaciones que nos llevaban a las taquillas de
los teatros seleccionados con el navegador del móvil.
Así antes de comer
adquirimos localidades para ver a Mayumaná y después de reponer fuerzas en un
conocido local de la Gran Vía, volvimos al subsuelo madrileño para acercarnos
al “Nuevo Teatro Alcalá”, lugar donde veríamos el primero de los dos
espectáculos de la tarde: “Campanadas de boda” con la compañía “La Cubana”.
Muchas flores en la entrada
y una gran tarta nupcial adornaban la fachada del teatro, el Jol y las
escaleras, preparando el ánimo para ver un gran espectáculo; dos horas y media
de representación teatral; la primera y media de las cuales estoy por decir que
casi nos aburrimos. Salvo algún que otro “puntillo” de gracejo, ni nosotras, ni
el resto del teatro –por los escasísimos o nulos aplausos en los cambios de
situación- parecíamos cumplir con el objetivo: divertir ellos y divertirnos
nosotros.
Las actrices en todo momento
trataron de disfrazar –con diferente éxito- su natural acento catalán para “amadrileñar”
la pronunciación que requerían los distintos personajes. Los diálogos faltos de
chispa me hacían pensar que quizás debimos haber elegido otra obra.
Un personaje –supuestamente de
Valladolid-; era una dama vieja y gritona, poco apreciada por su familia que
vestía “Teja y mantilla”; aunque de haberse informado bien, hubiera sabido que
aquí la teja está en los tejados, y para la mantilla, utilizamos “peineta”.
Afortunadamente la última
hora fue intensa en el escenario, palcos y patio de butacas; donde los
espectadores fuimos parte activa de la trama interactuando unos y otros en la
misma historia.
El teatro casi mágicamente
se transforma en un local de celebraciones y el bodorrio que a gritos –demasiados
gritos- planteaban en escena desde el primer minuto, se celebró teniendo como
invitados a todos los “butacapagantes”.
No busquéis mi foto entre éstas
porque no me la hice –aunque si me puse pamela- y participé del espectáculo en
la medida en que me lo pidió el momento, aunque después, mi pamela y mi
divertimento se quedaron allí y en mi propia y privada cámara de fotos.
Al salir del teatro, Irene y
yo comentamos el resultado con paso apresurado para volver al metro y en él al “Nuevo
teatro Apolo”.
Antes de entrar, una cenita
rápida y desde las diez de la noche, poco más de una hora que se pasa en un
suspiro estuvimos embobadas contemplando al mencionado grupo “Mayumaná” que
celebrando los quince años en escena presentaba “Racconto”.
Este grupo cuya creación no
conoce límites extrayendo ritmo combinado con luces; inconfundible en instrumentación
creando percusiones y coreografías únicas; interactuando con el sorprendido público
grabando y proyectando en directo imágenes que en pocos minutos formaban parte
del propio espectáculo. Geniales.
Salimos del teatro pletóricas
y felices de poder compartir los mismos gustos y disfrutar de ellos.
El domingo también fue
intenso en emociones, sobre todo cuando a las seis de la tarde volvió a alzarse
el telón del teatro “Lope de Vega” para empaparnos por segunda con la representación
del musical “El Rey León”.
Esta era la segunda, pero
salimos convencidas de que no será la última vez que veamos este grandioso
espectáculo. Sólo esperamos que a la próxima nos acompañe Lucía; aún demasiado
pequeña en estos momentos.
Gran fin de semana en la
capital que repetiremos en cuanto nos
sea posible.
1 comentario:
Lo de La Cubana es que quizás no es el estilo de humor que más me gusta, aunque la comedia ya se sabe que no son historias con demasiado "fundamento".
Mayumaná ya lo había visto hace años aquí y me encantó volver a verlos.
Del Rey León no creas que en el teatro había demasiados niños ninguna de las dos veces que lo vimos, Pero es tan genial la musica y la puesta en escena que merece la pena verlo si o si.
Me alegra que te alegre mi alegria; sabes que es recíproco.
Besotes enormes
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