Ayer
os comentaba que Jose había salido a trabajar su última noche antes de su
merecida jubilación y hoy quiero dar las gracias a sus compañeros por todo el
cariño que pusisteis en que fuera una despedida especial.
La
placa que le dedicasteis con hermosísimas palabras ya adorna un rincón de
nuestra casa; Nunca se detendrá el tiempo del agradecimiento y el cariño
recibido en el magnífico reloj que lucirá con verdadero orgullo; El billetero y
monedero también le servirán para
recordaros cada vez que los utilice. Ojala la pluma despierte en él el deseo de
escribiros muchas cartas para que vosotros tampoco le olvidéis.
Ha
sido una preciosa y muy emotiva despedida, cargada además de con los regalos
mencionados, con el verdadero sentimiento de amistad plasmado también en forma
de personales dedicatorias escritas y rubricadas en el tarjetón… Y en su cabeza
de la que aún no se le quitó la brillantina dorada con que le rociaron pese al
esfuerzo en retirarla.
Todos
y cada uno de los momentos vividos anoche como despedida han quedado para
siempre en el corazón de vuestro compañero; en el de sus hijas y en el mío
propio, la sufrida esposa que a partir de ahora no va a tener que verle salir
de casa a la hora en que todas las mujeres tienen a sus maridos para ellas
solitas.
Gracias
de todo corazón por vuestro homenaje al compañero y amigo que desde ahora no
veréis en su puesto de trabajo porque llegó a la edad de jubilarse, pero estará
a vuestro lado siempre que lo necesitéis, o deseéis pasar con él un rato
agradable recordando viejos tiempos.
Un abrazo muy fuerte.
Marisa… y familia.
2 comentarios:
¡Qué envidia me das Martín!.
¿Te acuerdas José María?. Te estuve "torturando", la última semana de trabajo en Correos, con esta frase y ahora, que ya han pasado unos cuantos desde tu ausencia, vuelvo a decirte:
¡Qué envidia me das Martín!.
Ya sabes que es envidia sana, pero envidia al fin y al cabo. Al principio por "liberarte" de las circunstancias de nuestro trabajo, tan diferente de cómo era cuando empezamos. También por poder contar con todo el tiempo del mundo para dedicárselo a tu gente y a tus aficiones. Pero después de estos días de emociones y celebraciones, sobre todo por el extremo cariño, por supuesto plenamente merecido, que te han expresado familia, amigos y compañeros.
Esa es la mayor riqueza que cualquier persona puede acumular: El reconocimiento y el cariño de los que te rodean. Además no es algo que se obtiene jugando a la lotería, es algo que se cosecha con el buen hacer de cada día, con el cariño que se pone en lo que uno hace, con el respeto con que se trata a nuestros semejantes, con todos los valores dignos de las mejores personas y que tú, por supuesto, posees.
Por eso te envidio y admiro en igual proporción y deseo, para ti y esa maravillosa familia que te quiere tanto, que disfrutes plenamente de ella, y sientas la admiración que te profesamos los que hemos tenido la suerte de compartir tanto tiempo contigo.
¡Un abrazo AMIGO!. ¡Disfruta de lo que tan honradamente te has ganado!.
Valen.
Muchas gracias por tu comentario Valen. Me consta que el cariño es reciproco. Jose siempre me habla muy bien de ti.
Se ha emocionado mucho al leerte.
Un abrazo fuerte.
Marisa
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