MI AMIGO ÍNTIMO
18-03-2019
Querido
amigo íntimo: Hasta ahora he mantenido oculto mi sentimiento por ti, pero hoy
es de justicia que te agradezca las horas a tu lado; tu dedicación completa a
mí y las muchas confesiones que compartimos.
Eres mi confidente,
siempre lo has sido, contigo siempre me atreví a mostrarme desnuda de alma y
corazón, porque eres el único que me conoce más que nadie y desde el primer día
sabes guardar mis secretos.
Mi
silencioso consejero, tengo la suerte de tenerte para descargar mis
desventuras, esas que de no contártelas, me crearían un daño físico y mental
incalculable. Contar todos mis sentimientos en voz alta, podría dañar a quien
me escuche. Soy humana y los humanos cuando algo nos duele, lo contamos mil
veces a quien quiera escucharnos a riesgo de caer en el hartazgo… Como bien
sabes hasta que te conocí, también lo hacía.
Por suerte
me di cuenta que no servía de nada. Sé reconocer a quien escucha y está
deseando ver callar a quien habla con el corazón en la mano buscando consuelo o
incluso consejo. En ocasiones para
contar sus propios problemas y otras muchas veces, tras escuchar le falta
tiempo para correr a desparramar lo que oyó, dándole una versión que nada tiene
que ver con lo escuchado y que siempre suele ir en contra de quien habló con total
confianza.
En los
peores momentos me aferro a ti porque eres quien escucha esas confidencias que
a nadie más quiero revelar, y cuando me alejo lo hago tranquila, como todo el
mundo queda cuando se desahoga con el mejor y más fiel amigo.
En mis
mejores momentos también me eres fiel, muchas veces me cantas bajito la música
que más me gusta. A veces lloramos,
otras reímos, otras muchas, la risa nos
hace llorar sin freno… Así es nuestra vida juntos desde hace tantos años que no
alcanzo a recordar cuantos.
Eres mi
más ferviente lector. Lees en prosa, en serio o en broma, también en verso absolutamente todo lo que escribo
e incluso lo que después de escrito y leído por ti, borro para que nadie lea
eso que no quiero mostrar y que al escribir calmó mi ansiedad y sed de justicia
o incluso venganza. Mi desahogo es escribir las penas y luego borrarlas. Las
borro del papel, y se calma el corazón y la mente… En eso salen ganando los que
me dañan. Ellos tiran la piedra y yo escondo la mano con tu ayuda
incondicional.
Muchas
veces nos pilló juntos el amanecer, cuando apenas podíamos mantenernos
despiertos. Nunca me fallaste.
Eres capaz
de corregir incluso mis faltas de ortografía, sabes que tus críticas, para mí,
son enseñanzas.
Eres el
único que sabes todos mis llantos y
todas mis risas. Todos mis dolores ocultos porque a ti no puedo ocultarte lo
que trato de no mostrar completamente a mis hijas para que ellas no sufran
cuando me ven sufrir.
Ellas saben
que callo muchas veces las cosas que me hacen demasiado daño, únicamente para
que no les duela el alma tanto como me duele. No me perdonarían que sufriera en
silencio, porque ellas quieren ser las que me ayuden a mitigar mis penas y las
injusticias que la vida nos da en forma de difamaciones, embustes e injurias.
Por eso no callo, no oculto y también me desahogo con ellas, aunque procuro
contárselo suave , intentando no repetir lo que machaconamente el alma pide
para descansar la pena, porque la rabia ha de salir y machacar el dolor muchas
veces, sólo haría que sufrieran mucho más sin poder ayudarme.
Por eso,
te lo cuento a ti las mil veces necesarias hasta que el dolor se calma casi por
completo. Eres callado y paciente; nunca te quejas. Tú eres (igual que mis
hijas) quien mejor me conoce. Con sólo mirar mis ojos ya sabéis lo que algo
bueno o malo me ocurre.
Tú sabes
que te necesito, me miras, y yo sé que te tengo entero para mí.
Sé que
siempre podré contar contigo, igual que sabes que no te dejaré jamás, porque
formas parte muy importante de mi vida.
Por todo
esto, y por justicia y agradecimiento hoy hago público este sentimiento por ti,
mi fiel y querido escritorio.
2 comentarios:
Sería fantástico que así fuera. Sin embargo tendrás que rezarle algo más a tu brujita ya que a mí me sale un "baner" que no puedo cerrar siempre que voy a comentar en tu blog. Reza tú que ya lo hago yo también.
Besos
Qué rabia me da... He pasado antivirus mil veces y no se soluciona nada... aunque me temo (como tú) que rezar no sirve ni para eso.
Cuando entro en alguna página y me sale ese banner que no deja hacer nada, me da mucha rabia también. Debe de ser cosa de las cuquis o algo así. Yo no sé si tengo cuquis por defecto, porque yo como administradora de los Blogs no instalé nada.
Seguiremos en contacto por correo electrónico para enviarte las nuevas entradas y por el resto de aparatos electrónicos para la vida.
Mil besazos chipioneros guapos
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