Querida
amiga Juli: Hace unos días me llamaste rota de dolor para comunicarme la peor
de tus noticias. Acabas de perder al amor de tu vida. Un golpe seco, un golpe
de muy mala suerte te lo arrebató y ahora tus hijos y tú lloráis sin consuelo
su perdida.
Nadie dijo
que la vida fuera fácil y desde el principio tuvisteis que superar duros obstáculos
que en vez de mermarlo, hizo crecer vuestro amor hasta hacerse indestructible.
La mejor recompensa
a ese amor fueron vuestros hijos Silvia, Fernando y con Silvia ahora también lo es Alberto.
Ellos no pueden comprender por qué su padre ya no está y no perdonan lo injusto
de la forma en que os lo han arrebatado de las manos cuando todo era tan bonito
y tranquilo en vuestra nueva casa.
La salud
también os dio algún que otro susto. Fuiste el mayor apoyo y la luz de sus ojos
cuando comenzaron a apagársele, y justo ahora, cuando todo a vuestro alrededor
era felicidad con la serenidad que los años otorgan; el destino escribió su última
página para él.
Ahora tenéis
que aprender a vivir sin verle, luchando por su memoria, para que no queden
flecos sueltos y brille la verdad.
Desde
donde ahora está, ha de enviaros mucha fuerza para seguir la vida sin verle.
D.E.P. Ezequiel.
Muchos besos y ánimo Juli, Silvia, Fernando, Alberto y todos los que algún día
le conocieron y le quisieron.
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