lunes, 22 de agosto de 2016

QUERIDA Y BUENA AMIGA SARI



Hace unos días recibí la llamada de David para invitarnos a la fiesta sorpresa que estaban organizando para celebrar la jubilación de su madre y mi querida amiga Sari.
El pasado sábado fue el gran evento. Muchas fueron las tretas, y los engaños para que Sari no se enterara de nada. Afortunadamente a nadie se le escapó ni una frase comprometida que filtrara datos que pudieran hacerle sospechar que algo rondaba para ella; así a la hora momento y lugar fijados estábamos todo y todos preparados.
Por fin hizo aparición la homenajeada y su cara de sorpresa nos hizo ver que había sido un éxito. Misión cumplida en la guarda y custodia de detalles; en estar todos los que son y los que no pudieron estar presentes, lo hicieron por otras vías.
No faltó nadie ni faltó nada. Una velada realmente preciosa y emotiva rodeados de grandes personas; amigos de toda la vida y para toda la vida.


Risas, suculenta comida, risas, regalos, risas, recuerdos, risas y muchísima ilusión, tanto en los encargados de guardar el secreto inventando mil historias para atajar planes de Sari; como en ella que disfrutó de lo lindo en un momento tan especial y bonito.
Esta carta fue uno de mis humildes regalos.
  
 QUERIDA Y BUENA AMIGA  MÍA   20-08-2016

Querida y buena amiga mía: Ahora sí que sí, puedes decir adiós a la vida laboral para decir hola a la vida. Decir adiós al despertador para decir: “Mis horas las marco yo”.
Eres muy afortunada porque has llegado a este momento con la enorme suerte de conservar un cuerpo con figura de cuarentona (podría decir veinteañera, pero tampoco vamos a exagerar), con achaques de cuarenteña (para tampoco exagerar) y mente de quinceña por cómo piensas y de ochentona por lo mucho que puedes enseñar de lo aprendido a lo largo de toda tu vida.

En estos momentos estoy segura que extrañarás a muchas buenas personas; pilares de tu existencia unas y muy importantes otras que pasaron dejando huella. Tranquila, aquí estamos otras que te dejaremos la casa sin fregar.

Tuviste la suerte de nacer en una familia maravillosa; la pequeña de cinco hermanas con las que aun compartes cordón umbilical.


Si te pones a pensar, la vida parece que pasó en un soplo, aunque en muchas ocasiones el soplo fue tan fuerte que parecía que te iban a reventar los mofletes.
Cuando estás inmersa en la vorágine del trabajo, la casa, los niños, los cuidados a tus mayores…  Todo el tiempo te parece insuficiente y empleas todas tus fuerzas en intentar –y lograr- llevar todo ese trabajo a cabo, aunque te olvides de respirar para ti misma. Eso se acabó, ahora es tu momento de disfrutar del mundo porque te lo has ganado.

Pronto en ti surgió el amor por el maravilloso hombre con el que compartes el aire que no podrías respirar sin estar a su lado y que te dio y le diste los dos chicos más rebonitos del universo.

Tu José Manuel y mi José María fueron inseparables amigos desde el colegio, así cuando cupido lanzó su flecha a mi corazón, ya éramos dos parejas de buenos amigos. 

Comenzaste a trabajar siendo muy niña, bajo este mismo cielo que hoy compartimos contigo. Luego te convertiste en una dulce jovencita y tuviste la suerte de conocer a tu alma gemela que sin llevar la misma sangre, toda la tuya se la darías exactamente igual que ella lo haría por ti.

No muy lejana en el tiempo llegó para mí la ocasión de conocer a tu inseparable compañera de dulcería, ya éramos cinco y pronto llegó a nuestras vidas José Luis, el último eslabón de esta cadena de seis grandes amigos que formamos. 
 Somos las “señoras de José”, y hasta en eso tuvimos suerte, para no confundirnos cuando estamos juntos (o cuando entre nosotras hablamos de ellos) su segundo nombre es diferente.

Sin dejar de ser dulce jovencita, pero ya siendo madre de tus dos amores, tuviste la mejor de las profesiones: vendedora de sueños (y no me refiero  a ser distribuidora de colchones Pikolín); repartías ilusiones (sin ser el calvo de la lotería), y regalabas millones a tu clientela, aunque las amigas, la mejor suerte que tuvimos fue la de conocerte, compartir buenos, malos o magníficos momentos contigo y saber que te tendremos siempre… ciertamente un regalo muchísimo mejor que el monetario que entregabas a tus suertudos clientes.  

Como ves, además de otras muchas cosas, también sé enrollarme; aunque por saber, también sé cuando he de poner punto y final a mis cartas y a esta le queda ya muy poca tinta.

Querida y buena amiga mía: Te deseo la mejor de las suertes; que sigas disfrutando de todo lo que te rodea, de tu Jose Manuel (el más guapo de los José Manuel que conozco) de tus maravillosos retoños, tu hija, los inolvidables momentos con tus hermanas y sus familias, sobre todo los sobrinos y sobrinos nietos que son ahora mismo tu gran ilusión a la espera de otra que ha de estar ya al caer.

Querida y buena amiga mía: disfruta mucho de la vida ahora que la tienes toda por delante y teniendo la suerte de recordar feliz toda la que fuiste dejando atrás.


Querida y buena amiga mía: Te quiero.

No hay comentarios:

BIENVENIDOS...

... A este Blog creado para difundir noticias e historias de mi pueblo. Espero que encontréis aquí lo que andabais buscando. Si no es así y creéis que puedo ayudaros a conseguirlo, dejad la pregunta en un comentario, y a la mayor brevedad será atendido. Gracias por venir.