TIENES QUE SALIR A ANDAR QUE
ES MU BUENO 20-02-2014
En este momento de mi vida, dentro
de mis posibilidades y sin dejar de cumplir con mis obligaciones, si no hago
ahora lo que me dé la gana ¿A cuando voy a esperar?
No quiero que mi vida se
reduzca a limpiar la casa, lavar planchar, hacer la comida y mirar la tele
horas y horas ¡Ah! Y salir a pasear sin rumbo fijo que es lo que les gusta a
los demás que haga. Entonces ¿Para cuándo cuento yo?
Ya sé que es importante
pasear para mover este cuerpo de contrabajo contrahecho que se me ha puesto,
pero ¿Mi cerebro no cuenta? Si no me gusta salir con las amigas a charlar o cotillear,
si las conversaciones en las que participo casi nunca me importan un
pito, si jugar a cartas cada tarde no me reconforta y salir de compras me
aburre ¿Qué culpa tengo yo?
Mi lema sigue siendo: “Vive
y deja vivir”. Si mis amigas (o conocidas) me cuentan que hacen todas esas
cosas que he descrito no las digo: “Tendrías que sentarte al ordenador dos
horas cada día y sentirte feliz por cojones”.
Yo muchos días paso más de
dos horas frente a esta pantalla. Las mismas en que otros hacen lo que pueden y
quieren porque el tiempo es nuestro y lo gestionamos como nos apetece. ¿O no?
¿Por qué si cuento que soy feliz escribiendo -aunque a
nadie le interese lo que escribo- (o sí), me lanzan el dardo: “Tienes que salir
más porque es bueno” (¿será una forma de decirme no escribas memeces?) Pues me
da igual… más adrede escribiré aunque sólo me lea yo.
No digo que no sea bueno para
el cuerpo andar, lo es seguramente más que pasarse horas feliz entre papeles,
fotos o escritos pero ¿Es obligatorio que me guste lo que me recomiendan cuando
no pedí consejo?
En cuestión de gustos no hay
nada escrito –dicen- y si cada uno tiene los suyos ¿A qué imponer a los demás
los propios?
Si hoy por hoy no hay otra
cosa que me impida hacer –dentro de mis posibilidades- lo que me salga del alma ¡¡Dejarme!!
No me gusta asistir a
charlas, coloquios, o escuchar el problemón que tiene la suegra de alguien que ni
conozco, y por tanto no me importa soberano pito. Yo elijo con quien ir y a quién
invitar a mi casa para sentirme a gusto.
Soy una persona sociable
pero rebelde a “consejos vendo y pa mí no tengo”. A nadie le impongo lo que
debe hacer y pido lo mismo.
Me preocupo de la gente que
me quiere y quiero. Presto mi hombro y mi oreja, me relaciono perfectamente sin
juntasmangas que no me satisfacen. Tengo mis propias ideas y las llevo a cabo
sin pensar en “Qué dirán”. Soy amiga de mis amigos. De puertas para dentro de
mi casa soy tan yo como fuera.
Ahora en mis horas libres mi
bordado y mi ganchillo, es el ordenador y parece que ese es mi grave delito.
Durante muchos años he
tenido que cumplir “OBLIGACIONES”, ahora ya tengo edad de hacer lo que me sale
del alma sin dar explicaciones.
Mi cerebro se rebela ante un
“debes hacer” y como un escudo de romano es escucharlo y él dice: ¿Debes? ¡¡Haz
lo que quieras que ya es hora!!
Y toda esta comedura de coco
y estas reflexiones me entran cada vez que me dicen: “Tienes que andar, que
andar es bueno” y casi siempre me callo la boca por no discutir, porque decir
lo que pienso en ese momento, sería luchar razonamientos y mi cuerpo no me pide discusiones absurdas.
¡¡Bueno serían tantas
cosas!!
Sólo cambiaré mis costumbres si me necesitas. Para mi gente siempre estoy disponible si me lo pide.
Cada uno tenemos nuestra
forma de ser y pensar… ¡¡Pues hasta en eso soy exacta al resto del mundo!!
¡Es verdad, no sé para que
he escrito todo esto! ¡Cada uno va a sacar de contexto sus propias
conclusiones!! ¡¡Ah sí, escribí para desahogarme… sentada frente al ordenador!!
1 comentario:
¿Dónde está el botón "escape" en el cara a cara o por telefono?
Ahhh ¡¡Los consejos que no se piden, que bien estarían en la boca cerrada del que los da!! (Ya tengo frase pa otro día jejeje)
Publicar un comentario