HOMENAJE AL
PEDO 21-02-2014
Así, como suena. Robándole a
mi buen amigo Yuyu el título de uno de los pasodobles: “Homenaje al peo”, que en 1995
estrenó con gran éxito con su chirigota “Los últimos en enterarse” más conocida
como “Los Cabrones”. Tan exitoso es el dicho pasodoble que a día de hoy sigue
estando en su repertorio y es una de las piezas más solicitadas en sus
actuaciones. ¡Por algo será!
Pedo: “ventosidad por el
ano”. ¿Quién no buscó esta palabra cuando aprendía a utilizar un diccionario en
la escuela de su infancia?
Los primeros chistes con los
que nos reíamos de niños, siempre tenían que ver con Pedos y su cercano
familiar: “La Caca”. Pedos… ¡tan despreciados
como las galerías!
No entiendo por qué al cuerpo humano se le
permite sin que parezca feo, toser, por muy griposo que estés, o estornudar en público y hasta sonarse los
mocos que eso si es asqueroso y peerse
sería descarado, maleducado y grosero.
Peerse es una de las cosas
más sanas que existen. Los médicos te dicen: “No fumar, no beber, no comer como
cerdo, ahora eso sí, no te guardes los gases
que es malísimo”.
Conozco a quien le ha pasado ir al médico a urgencias
pensando que era un infarto y cuando corrieron a llenarle de cables para hacerle
toda clase de pruebas con velocidad de paro cardiaco, descubrieron que eran
gases y le dio más vergüenza que llamarse Urdangarín.
Pedos, queridos pedos tan
buenos para la salud y el humor y tan mal vistos… ¡¡Bueno, vistos no!! Tan mal
oídos y peor guardados por aquellos que reniegan de ser pedorros y tras copiosa
comida, se hinchan de gas como el pez globo,
llenando de veneno el aire al soltar añejo lo que pudo salir sin
acumulación y convirtiendo un simple prrr en putrefacta cloaca… Que por mucho
que tosa para disimular el ruido, no hay quien pare a su lado.
Pedos, que las más pijas
deciden renombrar para hacerles más livianos e inocentes, ridiculizando el
nombre tanto como la actitud de la interfecta.
Un pedo es un pedo, sale a
pedo y huele a pedo, aunque lo apodes absurdamente con diminutivos que no
vienen al caso. Pues que sepas niñata, que aunque lo llames “pedete de
princesa” tiras pedos como todo el mundo y por el mismo sitio ¡Faltaría más!
Si entras en un wáter
público y al hacer pis se te “escapa” un pedo, te mueres de la vergüenza. ¿Pero
dónde vamos a llegar? ¿Ni en un puñetero Wáter nos está permitido el alivio
gaseoso que nos invade y tenemos que decir se me escapó, en vez de me lo tiré y
punto?
Si Dios hubiera querido que
no fuéramos pedorros, no los habría hecho manifestarse con sonidos tan
carcajeantes.
Cuando escribí mi primer
libro de poesías: “De mí para vosotros”, incluí un poema dedicado a este
molesto y enojoso aire objeto de muchos de nuestros sofocos, y tema de muchas
risas sanas y estruendosas. En aquella ocasión –como en tantas otras- mi madre
no estuvo de acuerdo con mi decisión, pero he de deciros, que quizás el resto
del libro era malo malísimo, (aunque quiero creer que fue porque el tema les
parecía insólito para un libro de poesía), la cosa es que todo el mundo que lo leyó, me felicitaba por
él, añadiendo: “¡Qué buena la del pedo!”.
Años más tarde recité en
público “Loa al pedo y aledaños” en el certamen literario de Alaejos de 2006,
con gran éxito de risas y aplausos por el aforo lleno.
Hay que defender el pedo y
no solamente por salud. Hay cosas que se deberían hacer en privado, como por
ejemplo sonarse la nariz y he visto personas pretendidamente educadas, sonarse sentadas a la mesa delante de un plato de
comida (o merienda).
Una vez en el patio de mi
casa que no es particular, alguien contó un chiste de pedos y otra alguien comentó
con cara de asco: “a mi estas cosas no me gustan”. Dejamos el tema y seguimos
hablando y riendo con bullicio lógico de varias personas pasando un rato muy
agradable de charlas, chistes y bromas.
Casualidad que hubo un
silencio total en un instante y justamente escuchamos un pedo aflautado. Todos
miramos partidos de la risa hacia la emisora, que no era otra que la de “A mi
estas cosas no me gustan”, que como defensa dijo: “lo siento, me dolía la
tripa, pensé que no se iba a escuchar ¡¡como ya me he tirado varios!!” La muy
pija, como estábamos al aire libre se zurraba sin duelo, hasta que un silencio
la dejó al descubierto… Y no la pasó nada.
Creo que se equivocó quien
demonizó ese fluido corporal gaseoso y no otros sólidos, pienso que o todos, o ninguno. Un
pobre pedo oler huele, y cuanto más te lo aguantes peor, pero es menos
peligroso el fato pedal que el estornudo y la tos y ahí tenemos al pedo discriminado
desde que el mundo es mundo y Eva le dijo a Adán: “cerdo, eso se hace fuera de
la cueva”. A lo que él resignado contestó: “¡¡Pa eso te he dau yo mi costilla!!
1 comentario:
JAJAJAJAJA Sabio tu padre!!!!
Quien nunca ha tenido un colico de gases, no sabe ni que exite semejante dolencia.
Besotes de cuchillos largos
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