Seguramente no seré la única persona que hoy no verá el partido porque no quiero, y no porque no pueda. Ni seré la única a la que le molestan tantas horas escuchando en todas las televisiones hablar de lo mismo, como si realmente nuestro futuro se jugara hoy en forma de partido de futbol.
Ese juego ni lo entiendo ni quiero entenderlo, porque no aporta absolutamente nada en mi vida.
Tanto me da si gana “la roja” la verde o la amarilla. Duermo perfectamente sin esa preocupación. Llego igual a final de mes gane o pierda, por eso, me molesta sobremanera que algo tan trivial mueva masas que no se unen con idéntico fervor para remediar algo importante.
Aun así, no soy tan intransigente como pudiera parecer y no voy a clamar adeptos que me sigan y se encadenen conmigo a una farola con un balón desinflado pidiendo a gritos la prohibición de esta afición, tan válida, como otras aficiones por las que pido idéntico respeto.
3 comentarios:
Ya somos dos. Yo tampoco he tenido ningún interés en ver el partido. En lugar de eso he practicado el deporte nacional "La siesta".
Un beso:
Inma.
Cualquier cosa menos ver a unos cuantos tíos corriento detrás de un balón como si les fuera la vida en ello.
¡¡En fin!! ¡¡Lástima de tiempo gastado a lo bobo por un montón de españoles mirando la tele y sufriendo como lerdos!!
Besotes.
Marisa
Ciertísimo.
Con lo que ganan (o les dan por jugar) tendrían que haber marcado al menos una docenita de goles. Así habrían disfrutado todos los pardillos que sufrieron por la derrota.
Como no me gusta el futbol no soy objetiva, pero lo que é é y no hay más vueltas que darle.
Besazos guapa.
Marisa
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