CUATRO EN UNO 06-05-2019
Días
de mucho vísperas de nada… Así reza un refrán añejo, y aunque en este
caso no es del todo verdad, porque el mes de Mayo en esta familia viene cargado
de celebraciones, sin duda el de ayer, fue un grandioso día para recordar.
Todo
el mundo que le apeteció o pudo, celebró el día de la madre, nosotros además celebrábamos
que nuestro yerno David se metía de bruces en la cuarentena.
También
celebrábamos el 5 de mayo recordando con todo nuestro amor que mi padre se
marchó para dejar de sufrir y continuar su camino hecho estrella. Una
estrella que ilumina mis noches y que sigo amando y extrañando cada día.
La
cuarta celebración y no menos importante, fue la de las bodas de Diamante de mis
tíos Chus y Pedro y que como todos pudisteis leer, se cumplieron el pasado día
2.
Así,
con todo ello, para mí fue un día grandioso porque pude compartirlo con todas
las personas importantes de mi vida. Tan sólo me faltaron tres grandes amigas
(ellas saben quienes son) para que hubiéramos “estado todos”.
Desde
que amaneció, estuve recibiendo bonitas sorpresas, primero de mano y sonrisa de
mi marido, luego la comida con mi familia, que son lo más grande que tengo. Estar
con mis hijas, mis yernos y mis nietas, me da fuerza para continuar respirando
cada día. Notar su amor incondicional, ver sus caras de ilusión cuando nos
juntamos, las risas, las carcajadas, recibir sus abrazos y arrumacos… Me dan la
vida.
Durante
la comida recibí preciosos regalos de incalculable valor sentimental: Unos
preciosos pendientes, un mueble decorado por mi hija Laura, donde guardar mis
cositas, me hizo mucha ilusión y un Marcapáginas metálico grabado con sendos
dibujos de mis nietas y las dedicatorias de ambas: “abuela te quiero”, que me emocionó
al máximo. En el reverso una inscripción preciosa.
A
quienes os gusta leer más allá del título de las publicaciones que comparto,
hace unos días tuvisteis oportunidad de leer “Las hojas de mi cuaderno”
y aludiendo a esa carta, en la inscripción del reverso de mi regalo se puede
leer: “Que este MARCAPÁGINAS sea tu guía. Para que NUESTRA MEJOR ESCRITORA,
nunca acabe de escribir su cuaderno… Te queremos”.
Lógicamente
acabé llorando inevitablemente. Me encantó y me sigue emocionando leerlo y ver
mi precioso mueble.
Tras
nuestra sobremesa, nos acercamos a felicitar a los “novios” y a su “acompañamiento”
de día y vida.
Mi
querida tía Chus emocionada no paraba de saludar y atender a sus invitados… ¡¡Qué
bonita es!! Pedro aparcó sus achaques y estaba pletórico.
En
la fiesta pude estar un buen rato junto a mis Primanas, sus maridos, sus
hijos, sus yernos… y pude charlar y reír un buen rato con mi hermano, que
aunque las ocasiones de vernos, no son demasiadas, aprovechamos cada segundo
que estamos juntos para disfrutarnos todo lo que podemos.
Cuando
llegué a casa, estaba pletórica, inmensamente feliz. Había tenido todo lo que
podía desear en un solo día.
Gracias
a todos los que hicisteis posible que se convierta en inolvidable.
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