UN CUENTO PARA LUCÍA 18-01-2016
¡Cómo iba yo a dar! Es una
frases que he repetido mucho durante los últimos días al ver cómo todo iba
quedando… ¡Cómo iba yo a dar! Sigo diciendo viendo todo preparado y listo.
Venga, vamos por el
principio: Mi nieta Lucía este año está empezando a leer. Un día les comunicó
su profe que una de las actividades del curso consistiría en que cada lunes un
niño tendría que leer un cuento para el resto de la clase. El cuento podría ser
el que eligiera cada alumno; el que más le guste o el que mejor sepa. Podría optar
por llevar un juguete o algo alusivo al texto para una mejor interpretación.
Después, la imaginación de
los padres jugaba otro papel no exigido por la docente: el lector (intérprete)
protagonista del día, además de su cuento, llevaba a sus compañeros un regalito
que en algo tuviera que ver con el texto y rizando el rizo, incluso se
disfrazaban temáticamente.
Puestos a ayudar a la niña a
elegir su cuento, tarea nada fácil, surgió casualmente algo muy bonito.
Siempre tuve ganas e
intención de escribirles cuentos a mis nietas Lucía e Irene, pero aún no me
había puesto manos a la obra. Un día que la niña estaba en casa, me preguntó
¿Qué es esto abuelita? ¡¡Una bellota!! Le expliqué (entre otras cosas) que era
un fruto, los nombres de los árboles donde nacen y que servían para alimentar
cerditos o ardillas.
Cuando mi reina se fue, me
visitó la musa, escribí un cuento cortito en forma de verso y se lo imprimí con
el tipo de letra que ella aprende en el cole… A Lucía le encantó su cuento y ni
corta ni perezosa le dijo a su profe que su abuela había escrito un cuento para
ella y que el día que tuviera que leerlo en clase, lo haría disfrazada de bellota ¡Cómo iba yo a
dar! ¡Con lo tímida que es!
Confieso que me hizo gracia
la idea, pero nunca pensé que iba a llevarme tan grata sorpresa.
Cecilia –tan sorprendida
como yo- empezó a maquinar y no fue fácil todo lo que han hecho hasta el día de
hoy, también ayudadas en buena parte por mi yerno David.
Los cuentos infantiles suelen
tener mucha ilustración colorida que los hace atractivos a los ojos de los
lectores incipientes. El mío no… ¡Pues el mío también! Aunque para mí fue un
secreto bien guardado hasta la noche de fin de año cuando a punto de tomar las
uvas, Lucía me entregó orgullosa una caja muy bonita que contenía mí… nuestro
cuento impreso con dibujitos hechos por ella y su madre y coloreados por la
propia niña.
El título para mi enorme
sorpresa, lo ha escrito a la perfección
mi pequeña nieta. En la portada colocaron una rama de encina con
bellotitas y una bellota de fieltro. En el interior, dibujos alusivos al texto
también hechos o coloreados por Lucía.
¡No se puede terminar y
empezar mejor el año! Emocionada, feliz, rodeada de las personas que más amo en
esta vida y haciendo a mí cuento el mayor de los homenajes. Decidí que voy a registrarlo,
cuando lo tenga os lo mostraré.
Con el año nuevo no paró el
trabajo alrededor del cuento. Tuvieron que hacer una réplica casi exacta,
teniendo en cuenta que al estar hecho de forma absolutamente artesana, no iba a
quedar un calco, pero casi casi.
El disfraz, también tuvo su
enjundia y el detalle para dar a los niños son galletas con forma de bellota
que también elaboraron madre e hija… incluso la caja donde llevarlas al cole la
han forrado y decorado preciosa.
Hoy por fin ha sido el gran
día. La niña despertó feliz, como si de un día de fiesta se tratara, se puso su
disfraz y al cole la llevó su mami cargada con la cajita. La recibieron sus
compañeros con abrazos y aplaudiendo porque hoy le toca a ella contar el cuento.
A la hora de salir, seguía feliz y muy
contenta porque lo había hecho muy bien y a los otros niños les habían gustado
mucho el cuento y las galletas.
¡¡Misión cumplida!! Trabajo
en equipo de padres y niña; ella aprendiendo a leer un cuento que su abuela
escribió especialmente para ella y yo… Yo no puedo sentirme más agradecida y
orgullosa.
2 comentarios:
Si Lucía, de mayor, no recuerda lo que es su abuela, voy yo y se lo recuerdo.
¡Qué suerte tiene esa chiquilla!
¡Besos artista!
Suerte tengo porque ellas me inspiran. Soy la abuela más feliz del mundo gracias a mis nietas... Ya sabes, las más bonitas y buenas del mundo...
Ahora me doy cuenta que todas las abuelas decimos lo mismo jajajaja
Gracias María. Un besazo!!
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