
ONCE AÑOS DESPUÉS MOTO SIEMPRE
No te recuerdo sólo cada 18 de junio. Estás muy presente en mi vida, aunque ahora el dolor se va suavizando y se diluye la martilleante pregunta: "por qué".
Te sigo sintiendo tan cerca como cuando estabas aquí. Recuerdo tu voz, tu risa, tu sonrisa y tu mirada como si acabaras de decir hasta mañana... Te sueño y casi puedo conversar contigo tal y como lo hicimos tantas veces.
Sigo esperando respuestas, nunca dejaré de reprenderte por la decisión que estoy segura tomaste sin darte cuenta del daño que nos hacías. Por mucho tiempo que pase siempre serás mi niño y siempre te agradeceré que fueras tú quien hizo que Víctor y Laura se conocieran y sean tan felices como son... Estoy segura que tu también encontraste la felicidad que perseguías y continúas componiendo canciones y encontrando teorías matemáticas.
Te quiero Jesús... No necesito llorarte para quererte; ni recordarte con rencor por volar sin alas, ni mirar tu foto para no olvidarme de ti. Sólo necesito que continúes acudiendo a mis sueños para saber que sigues bien y eres feliz.
Te quiero Moto; mi niño grande.