Cierto que tengo muchas
anécdotas. En 55 años de vida y gustándome las capeas, he visto muchos
revolcones graciosos, uno de ellos vivido
en primera persona cuando contaba unos 6 años, aunque no es esto lo que quiero
contar, es esta otra "faena" (sobre todo lo fue para el toro), que
una rejoneadora le hizo a un novillo que sólo le faltó plantarse en jarras
delante de ella, quedarse quieto y decirle ¡¡Venga pincha!!
No recuerdo el nombre de la niña
malcriada metida a rejoneadora con más miedo que hambre y motivaciones.
Cuando salió la ovejita que a
ella se le antojó morlaco de 600 kilos, no paró de colocarle rejones,
banderilla y rejones de muerte entre abucheos del respetable y gritos de ella
contra sus subalternos y contra sus caballos que no tenían culpa de nada. La
mala malísima rejoneadora era ella, nadie más.
El cornúpeta parecía un alfiletero,
no se pudo hacer con su piel ni una funda para móvil.
Cuando ya no había más donde
pinchar y el novillito seguía vivo (para desgracia de los dos), la amazona
descabalgó de su montura, y descabelló a su adversario otras tantas veces antes
de refugiarse en uno de los burladeros incapaz de terminar con “La faena”.
El bicho sin sangre para hacer una
sola morcilla, hubo de ser "ajusticiado" por un orondo mozo de
espadas con más miedo que su "maestra" y más años que miedo.
Finalmente el animalito rodó a
sus pies, el veterinario certificó muerte por aburrimiento y sordera por los
pitidos que durante la faena le propinaron desde los tendidos a la caballista.
Tras el arrastre, y a pesar de lo
imposible peor que lo hizo, la chica dio
una vuelta al ruedo sonriente entre aplausos de los más compadecidos y pitos de
los realistas.
Justo antes de abandonar el ruedo, tomó un puñado de arena y
lo besó, pero en vez de hacer el simulacro, lo besó realmente y aun está
escupiendo tierra.
1 comentario:
Pues si, una penita!!
Repartidos los besos, envío nuevos y en igual medida para vosotros.
Buen finde sin levante (mejor con poniente que se llevará las medusas)
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