EL TORO DE LA
CASITA -26-05-2012
7 de la
tarde, hora taurina.
La tarde
invitaba a acercarse a la inigualable plaza de Alaejos a disfrutar del
espectáculo taurino que con motivo de la fiesta del 10 mayo, y con el nombre de
“El toro de La Casita” aún quedaba pendiente de celebración.
Este es el
2º año que se celebra y dado el éxito del anterior, se supone que este también
lo será. (Escribí gran parte de esta crónica durante la espera sentada en el
“tablau”).
2 toros 2
de magnífica estampa habían sido encajonados para ser soltados por las calles
de la villa –por las que habían sido debidamente entalanqueradas y protegidas-.
En la plaza
mayor, el ambiente festivo y festero recordaba las septembrinas “Casitas” de
antaño y despertaba añoranzas de aquellos tiempos en que con su típica plaza de
palos, se celebraron corridas y carreras; revolcones, sustos; gritos en el graderío y adrenalina de los más
osados al sentir las astas a punto de rozar sus cuerpos. Sólo
faltaba “La Mariseca” en la ventana del ayuntamiento.
Los
balcones estaban llenos de gente y la mayoría cubiertos los enrejados con la bandera
española. Estos balcones la lucieron siempre durante las fiestas, no es “moda” sólo para festejar “la roja”.
Llegué a mi
querida plaza con una hora de antelación para poder encontrar un buen sitio
desde el que no perderme nada de lo que ocurriera a mi vista.
Poco a poco
se fueron llenando los huecos de las gradas portátiles y el sol de frente
amenazaba con freírnos el cerebro y cambiar el tono blancuzco e invernizo por
otro doradito que luciremos durante el ya próximo verano.
A las seis
y cuarto, la plaza estaba llena “a reventar”; tanto las gradas como el suelo
adoquinado. Las mismas caras de todos los años… No, muchísimas más; se habían
vaciado los pueblos de la comarca para llenar Alaejos.
Que el
espectáculo fuese gratis, ayuda mucho a este tipo de festejos… y los toros
ayudan más. En muchos lugares no sólo de España, no se conciben las fiestas sin
toros; ese animal noble, bravo de estampa majestuosa que da de comer desde a
los ganaderos, hasta el que aprieta los tornillos del camión que los
transporta.
Los toros
–en este caso- iban a contribuir al divertimento de tantísimos aficionados como
nos habíamos reunido bajo el cielo de Alaejos; unos jugándose el pellejo
citándoles de cerca, otros, jugándonos el nuestro bajo el implacable sol; el
toro haciendo lo que más le gusta –además de comer y dormir en la dehesa-
correría tras todo lo que se moviera intentando embestir y demostrar su bravura.
Continuaba manuscribiendo
crónica durante la espera a que dieran las 7,
sonara el “cuete” y el primer toro nos hiciera olvidar, el largo
invierno, la crisis, el aplastante sol… afortunadamente la temperatura no era
tórrida y corría un vientecito que aliviaba la implacable solana, que soporté estoicamente
con mi visera o cuando dejé de escribir, con mi paraguas a modo de sombrilla.
A poco más
de las seis y media, suena el primer cuete para avisar al personal
rezagado. Acababan de ubicar junto al
“Mayo” el cajón con uno de los toros y
el animal nervioso daba golpes acelerando los corazones de las personas que
estaban en el suelo sin guarecerse.
Un grupo de
mujeres –las más nerviosas de las menos madrugadoras- buscan con premura un
sitio en el cuajado “tablau”, y el miedo las hace pretender hacer bueno aquello
de “los últimos serán los primeros”. Y se acomodan a golpe de codazo, aireando alguna
de ellas mortífera sobaquina.
Bajo los
soportales, parapetados tras las talanqueras, había tanto ser humano que no
cabía un alfiler y la plaza estaba llena de gentío ¿Dónde se van a meter cuando
suelten el toro? ¿Y si le da por envestir a esas talanqueras? Eran mis incontestables
preguntas.
He visto
los carteles anunciantes en los que figuraban multitud de patrocinadores, entre
ellos los bares -que estaban a rebosar- pese a haber estado reticentes este año
a colaborar, eran los primeros beneficiados, cosa de la que me alegro, para que
el próximo año también se animen a hacerlo.
Por fin
dieron las 7 en el reloj de nuestro ayuntamiento y sonó el esperado petardo en
las inmediaciones del Bar Carrasco, desde donde fue soltado el primero de los
morlacos, que pronto estuvo en la plaza provocando los primeros sustos… un
resbalón en mal momento y a un muchacho el culo le olió a cuerno;
afortunadamente, no hubo cogida, sólo regañinas de sus amigos que quizás le
dolieron más que el propio susto.
El toro
subió calle arriba y abajo volviendo a la plaza en otras dos ocasiones hasta
que volvieron a encerrarlo en un pequeño toril prefabricado a tal efecto.
Larga
espera de no menos de 40 minutos –afortunadamente ya con el sol escondido tras
la torre de la iglesia de San Pedro; y de nuevo otro cuete avisó del inminente
desenjaule del segundo cornúpeta, que rápidamente barrió la plaza dando una
vuelta a la fuente y algún susto a un señor que en ella estaba y resbaló, aunque
por suerte el toro no quiso fijarse en él.
Enseguida
el bravo animal respondió a una de mis preguntas cuando comenzó a envestir con
fuerza las talanqueras que ondeaban como banderas al viento (casi). Quienes
estaban bajo el soportal se movieron para evitar que las astas les rozaran,
pero a la tercera envestida, a punto estuvo de ocurrir la tragedia.
Con el
movimiento de gente, una parte de los soportales quedó más llena, justo ahí el
animal metió la cabeza y empujó con uno de sus cuernos a Laura, una espectadora
osada que quiso ver el espectáculo tan de cerca que casi se lo lleva puesto.
Afortunadamente,
el empellón no fue con la punta del pitón, fue un varetazo sin graves consecuencias
y la fiesta continuó para todos; incluso para ella.
Una bonita
tarde de toros disfrutada en la plaza de mi pueblo rememorando viejos tiempos y
deseando poder volver a hacerlo.
4 comentarios:
Así es, una bonita tarde de correr toros en un precioso lugar, Alaejos, en este caso. Preciosa estampa mu bien descrita, amiga mia.Y claro que la gente debe saber que los toros embisten, para raudos, colocarse a buen recaudo, no sea que entre el "tablau" y el morlaco, les coloquen en el... ¡díos mio que no lo digo!
Un abrazo
jajaja, gracias María. La verdad es que he leído crónicas peor redactadas; pero de ahí a periodista... ¡¡Claro que si vemos los que cobran por ese título sin tener carrera ni en las medias!!
Feliz semana guapa. Besitos a Manuel
Gracias por tu comentario Julio.
¿Has leído el comentario de Mª Esther de la entrada anterior?
Nos ha escuchado desde "Güasinton" Mira que importantes somos jejeje
Abrazos y también feliz semana
alguien sabe donde hay fotos del encierro
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