jueves, 18 de octubre de 2007

LA PLAZA DESNUDA



03-Septiembre-2007

Acabo de ver la plaza desnuda… sí; desnuda de sus piedras, de esas piedras que permanecían silenciosas desde que fuera restaurada en 1981 y que junto a otras que les precedieron casi idénticas, al punto de no notarse diferencia entre unas y otras; seguían manteniendo el castellanismo del lugar.

Ahora, se han llevado para siempre las pisadas de todos los que contemplaron la torre de la iglesia de San Pedro, el ayuntamiento, los soportales y las casas que circundan nuestra querida Plaza Mayor.

Piedras que durante muchos años escucharon el primer ¡PUM! de la Diana con la plaza cuajada de gente; daba igual si la temperatura era fría o si a las siete de la mañana caía agua a mares, de cualquier forma se bailaba la Diana. La lluvia no nos "escachaba" la ilusión.

Las mismas piedras que se han ido tatuadas de otros tantos “día la víspera” y que soportaron los chisporrotazos de las carretillas, y las carreras de los mozos alocados que bailaban bajo las efímeras luces del fuego, con la sola protección de una leve manta, o la cortina que había sido seguramente robada de cualquier puerta.
Piedras que disfrutaron años de toros en la tan típica como añorada e incómoda plaza de palos que desparecieron del lugar en 1992.

También resistieron muchos años de citas entorno; primero a la farola y después a la fuente. Charlas en las terrazas de los múltiples bares que cambiaron de nombre y dueño pero mantuvieron los mismos “parroquianos”… Las piedras han compartido muchos años de nuestras vidas.

Ahora van a adoquinar el suelo de la plaza.

No diré que quedará fea, ni indigna para tan singular entorno, no prejuzgaré el por qué de la medida, pues seguro tuvieron poderosas razones para tomar la decisión de aniquilar las piedras a favor del más económico adoquín.

¡Dinero!; Siempre el maldito dinero ¿qué otra cosa podría sino haber provocado tremendo desatino?

No puedo creer a quienes dicen que las piedras desaparecen porque sobre ellas no se puede bailar. Si eso fuera cierto, las que deberían desaparecer de la plaza durante las verbenas, son las terrazas de esos bares que hacen su Agosto en Septiembre y que nos viene tan estupendamente a los que nos gusta contemplar el espectáculo sin mover un músculo de cintura para abajo.
Esas añoradas piedras, estaban en 1992, año en que –como antes apunté- desaparecieron de la plaza los festejos taurinos.

El “día la víspera” del año 1993, hacía fresco y por tanto no era agradable estar “a pie quieto” en las múltiples sillas que vacías se mantuvieron durante toda la noche.
Jamás vi bailar a tanta gente junta en mi querido pueblo. Afortunadamente conservo una grabación en vídeo de aquel siete de septiembre que corrobora lo que digo.
Quizás fue la novedad de no tener que bailar sobre el montón de arena que acostumbraban a echar sobre las piedras para que no se resbalaran los toros durante los festejos taurinos. ¡¡Eso si era incómodo!! Para bailar un pasodoble o una rumba –que eran las piezas mas habituales- nos entoñabamos hasta las rodillas… y bailábamos como peonzas. Ahora los jóvenes no bailan, porque las “peonzas” las llevan dentro y lo último que notan es dolor en los pies por pisar las “duras piedras” de la plaza.
¡Hay que evolucionar! dicen algunos; la mayoría forasteros. Otros dicen que la plaza quedará mejor adoquinada… ¿mejor para qué? ¿Para cruzar de un lado a otro? ¡¡Pues podían cruzar por los laterales donde las piedras eran mas livianas!!

La plaza quedará preciosa ¡¡porque lo es!! Pero tan hermosa como ha sido hasta ahora, imposible. Me digan lo que me digan no van a convencerme y siempre que pase por mi plaza añoraré sus castellanísimas, incómodas y preciosas piedras testigos mudos de la vida de este pueblo que tras el paso del tiempo, ingratamente las ha matado.

Por otra parte, las piedras también se disfrazaron de asfalto al caerles encima los aceites y líquidos de tantos y tantos coches aparcados en demasía porque los mismos alaejanos que se quejan de su incomodidad, incapaces de caminar unos cuantos pasos más, en vez de aparcar sus vehículos unos metros atrás, entran con ellos hasta la plaza llenándola de los residuos que expulsan sus “caballos a motor”.
Estas queridas y nada porosas piedras, se libraban fácilmente de ellos, ahora los adoquines, en poco tiempo quedarán churretosos y feos a la vista de cualquiera; cuajados de manchas imposibles de limpiar porque estoy segura que quienes son capaces de ensuciar, no lo son de pensar en su conservación por muchos años.

Añoraré esas piedras tanto como seguimos añorando la incómoda plaza de palos cada Casita.
¿Tendremos que añorar también la fuente?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Estoy preparando una visita a Alaejos, viviremos en La Seca un fin d Semana, creo que este de fin de més y espero poder visitar este pueblo, que siempre que paso por la ctra. hacia Salamanca, me ha impresionado la silueta, de un pueblo pequeño, con dos soberbias Iglesias, con sus mágnificas torres y tan juntas. Espero poder verlas de cerca y por dentro, ya que soy un enhamorado de los Retablos, sobre todo de los Romanistas, Renacentistas, Platerescos y los Barrocos de primera epoca. Comentaré en esta pagina, si se me deja, la visita.
Un saludo, el funeral, todo cierto, real, y .triste

Anónimo dijo...

Bienvenido. Por supuesto podrás comentar en este Blog lo que tú quieras.
Ciertamente es un pueblo precioso, típicamente castellano, con dos iglesias mudéjar y una ermita preciosa que alberga la talla protogótica de la Patrona: Nstra Sra de La Casita.

Espero que disfrutes tu estancia en este pueblo y gracias por tu visita y comentario.

Marisa

BIENVENIDOS...

... A este Blog creado para difundir noticias e historias de mi pueblo. Espero que encontréis aquí lo que andabais buscando. Si no es así y creéis que puedo ayudaros a conseguirlo, dejad la pregunta en un comentario, y a la mayor brevedad será atendido. Gracias por venir.