Esta es sin lugar a duda, la foto que más me gustó siempre de mi padre |
Al igual que os comuniqué desde este Blog su fallecimiento, ahora también desde aquí quiero daros las gracias por vuestro apoyo, tan importante y necesario en momentos tan duros.
Mi padre ya descansa tras largos años de enfermedad y muchos meses de sufrimiento. Se quedó plácidamente dormido, no sufrió y en estos dos días he podido despedirme de él tal y como quise hacerlo.
Gracias inmensas a todos los que de corazón me habéis reconfortado de diversas formas, todas igual de buenas; especialmente a Tere que nos acompañó durante toda la noche de velatorio.
He recibido mensajes preciosos, llenos de cariño y ánimo; cartas hermosísimas con idéntico contenido; llamadas telefónicas de quienes les era imposible acercarse a darnos un abrazo personalmente y la presencia en el tanatorio o en la despedida de todos los que quise y necesité ver; algunos de los cuales tuvieron que hacer muchos kilómetros para despedirlo.
A todos, -y pido perdón si olvido mencionar a alguien en esta carta- de corazón enormes gracias por hacerme sentir vuestro cariño. Gracias en mi nombre y en el de mi familia.
Sigo fuerte, tan fuerte como me veis o me oís. Mi padre me da esa fuerza porque sé que desde ahora nunca se separará de mi lado.
Estoy segura que voy a echar de menos su presencia física y en muchos momentos me faltará ver su cara y su sonrisa; un apretón de su mano o escucharle lo que tantas veces me decía: “Mi hija, es la mejor y la más lista” y ese “¡Te quiero hija!” que me decía casi con ansia.
Voy a pensar en él con serenidad para que no me vea sufrir por su ausencia.
Poco a poco voy a contar las cosas buenas –muchas- que aprendí de mi padre para compartirlas con vosotros.
Era el alma de la fiesta, el mejor cuenta chistes en las reuniones, amigo de sus amigos, falto por completo de enemigos porque jamás los tuvo.
Quiero hacerle vivir con mis palabras, seguir la senda de sus pasos y hacer que nadie olvide que Antonio “El Sebo”, fue el mejor alaejano, el mejor hijo, hermano, esposo, padre, suegro… el más adorable yayete y si su enfermedad no le hubiera arrebatado su mente, el mejor bisabuelo del mundo.
Se sentía muy orgulloso de mi hermano – su único hijo varón- que además del nombre, heredó de mi padre el gracejo y espontaneidad para ver la vida; y el amor por el trabajo y por hacer las cosas tal y como le salían del alma.
Verdadero orgullo de padre sentía por sus dos yernos -mi cuñada y mi marido-
Ganándose de ellos extraordinario cariño.
Quería muchísimo a sus primos, hermanos y cuñados, especialmente a Chus, por quien sentía un cariño especial.
Amaba a todos y cada uno de sus muchos sobrinos; sobre todo a su ahijada Charito, a la que adoraba -y ella a él- y a Felisina, Toña, Miguel, Juanita...
Supo agradecer los cuidados que en los últimos tiempos –ya con la enfermedad muy acentuada- le dispensó Pili, queriéndola como a una hija más; y la compañía que él y mi madre han tenido de sus primas, especialmente Filo y la tía María, que muy a su pesar, después de compartir tantas vivencias no pudo acompañarle en su último viaje.
Mis hijas no podían haber tenido un yayo mejor, al que recordarán siempre y al que querían en exacta medida que él a ellas.
Especial hincapié pongo en el amor que desde los trece años le profesó a mi madre -su mujer- que abnegada le cuidó primorosamente hasta el límite de sus fuerzas y ya sin ellas, sufrió tanto al tener que dejarlo en una residencia donde ha pasado sus últimos dos días de vida y donde dejó el último aliento mi querido padre.
Ha sido muy dura la despedida, como dura es la vida en tantas ocasiones, pero me quedo con todo lo bueno y trataré de olvidar pronto su enfermedad y por culpa de ella su deterioro físico.
Sabiendo que siempre fui "la niña de sus ojos", me ha dejado llena de su amor, su sentido del humor; su grandeza como ser humano, su valentía y su fuerza.
Recordaré a mi padre joven, fuerte, sano y musculoso, pero sobre todo, le recordaré como lo que ha sido… EL MEJOR PADRE DEL MUNDO.
Por lo antes mencionado, muchísimas gracias a todos vosotros; y a él: gracias a la vida por permitirme ser tu hija.
Te quiero Sebito.
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4 comentarios:
Preciosas palabras. Aquí me tienes para lo que necesites.
Un beso:
Inma.
Lo sé Inma.
No sabes lo arropada que me he sentido por amigos como vosotros, la familia, Jose y mis adoradas niñas y sus niños.
Vuestro cariño, la fuerza de mi padre y el saber que lo tengo cerca, me han dado la energía para estar serena y lúcida.
Como siempre he oído: "Los muertos no descansan hasta que los vivos no dejan de llorar" intento que descanse pronto porque en esta vida ha sufrido ya bastante.
Gracias inmensas por vuestro cariño.
Cuanto lo siento Marisa, lo cierto es que me entero en este momento, he estado fuera de Valladolid una semana, acabo de llegar hoy, siento infinitamente no haber podido acompañarte en esos momentos.
Se cuanto querías a tu padre, vaya si lo se, como se que en este momento no hay palabras para consolarte, si te sirve de algo, aquí me tienes, mi querida H- hermana, si lo deseas quedamos para charlar o llorar juntas.
Voy a buscar ahora mismo tu teléfono.
Un abrazo amiga mía
Como bien sabes esto es muy fuerte y lo vamos superando cada uno como su mente le deja.
Se que estás ahí, lo sé.
Gracias de corazón.
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