Nos rasgamos las vestiduras y ahora quizás nos quedemos con el culo al aire.
Al parecer Macarena y Maribel ya se encuentran tan mejoradas que en breve les darán el alta médica y cuando esto ocurra, desean regresar a su casa. A esa casa de la Calle Casas Nuevas 23, lúgubre, sombría, húmeda, con goteras, sin agua corriente y con luz a 125W.
Si los doctores que las están atendiendo estiman que ya están listas para salir al mundo exterior y volver a una vida rutinaria, nosotros no podemos hacer más que pensar que están en lo cierto y preguntarnos ¿y ahora qué?
Nunca pensé que en tan corto espacio de tiempo podría curarse una enfermedad tan seria y arraigada como la que al parecer sufren estas dos mujeres que por –presuntamente- prescripción facultativa van a poder hacer en breve vida “normal”. Entendiendo que normal no era antes su vida, ahora tendrán que aprender a vivir como marcan los cánones de una sociedad a la que voluntariamente, renunciaron a pertenecer.
Acabo de leer la noticia en la página 5 del periódico “El Norte de Castilla” en la que sus hermanos –al menos uno de ellos- dice que no podrá hacerse cargo de ellas porque tiene 60 años y está en paro.
Cesar, el padre, según este mismo diario, será internado con toda probabilidad en una residencia geriátrica aportando los 600 euros que cobra como jubilado. Los mismos con los que se han estado sustentando hasta ahora él y sus hijas.
Ellas, imagino que serán ayudadas por “Asuntos Sociales” a reparar su casa para hacerla habitable y quizás también por los parientes tan cercanos que viven en Alaejos y que si antes no hicieron nada, por desconocer las circunstancias en que vivían, ahora será el momento de demostrar que desean ayudar.
El resto también podremos colaborar con la causa ayudando a Macarena y Maribel a integrarse en una sociedad que tan esquiva les fue y que: "sabiendo tol pueblo lo que ocurría", no les echamos una mano porque su aspecto y actitud nos daban miedo.
Si en verdad “ya están curadas” –pienso que más milagrosa que médicamente- ahora será el momento de que todo el mundo les echemos una mano; siempre que ellas lo permitan; cosa que dudo.
Por eso mi pregunta sigue siendo… ¿Y ahora qué?
Al parecer Macarena y Maribel ya se encuentran tan mejoradas que en breve les darán el alta médica y cuando esto ocurra, desean regresar a su casa. A esa casa de la Calle Casas Nuevas 23, lúgubre, sombría, húmeda, con goteras, sin agua corriente y con luz a 125W.
Si los doctores que las están atendiendo estiman que ya están listas para salir al mundo exterior y volver a una vida rutinaria, nosotros no podemos hacer más que pensar que están en lo cierto y preguntarnos ¿y ahora qué?
Nunca pensé que en tan corto espacio de tiempo podría curarse una enfermedad tan seria y arraigada como la que al parecer sufren estas dos mujeres que por –presuntamente- prescripción facultativa van a poder hacer en breve vida “normal”. Entendiendo que normal no era antes su vida, ahora tendrán que aprender a vivir como marcan los cánones de una sociedad a la que voluntariamente, renunciaron a pertenecer.
Acabo de leer la noticia en la página 5 del periódico “El Norte de Castilla” en la que sus hermanos –al menos uno de ellos- dice que no podrá hacerse cargo de ellas porque tiene 60 años y está en paro.
Cesar, el padre, según este mismo diario, será internado con toda probabilidad en una residencia geriátrica aportando los 600 euros que cobra como jubilado. Los mismos con los que se han estado sustentando hasta ahora él y sus hijas.
Ellas, imagino que serán ayudadas por “Asuntos Sociales” a reparar su casa para hacerla habitable y quizás también por los parientes tan cercanos que viven en Alaejos y que si antes no hicieron nada, por desconocer las circunstancias en que vivían, ahora será el momento de demostrar que desean ayudar.
El resto también podremos colaborar con la causa ayudando a Macarena y Maribel a integrarse en una sociedad que tan esquiva les fue y que: "sabiendo tol pueblo lo que ocurría", no les echamos una mano porque su aspecto y actitud nos daban miedo.
Si en verdad “ya están curadas” –pienso que más milagrosa que médicamente- ahora será el momento de que todo el mundo les echemos una mano; siempre que ellas lo permitan; cosa que dudo.
Por eso mi pregunta sigue siendo… ¿Y ahora qué?
1 comentario:
Tienes toda la razón, ¿y ahora que?.
Yo, cuando me encuentro con una situación que me provoca hacerme esa pregunta, simplemente dejo que el dia a dia me responda, que poco a poco y sobre la marcha los enredos se quitan mejor.
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