viernes, 10 de noviembre de 2023

LA VIEJA MALETA


LA VIEJA MALETA   10-11-2023

 Mis padres tenían una muy similar a la de la foto, que les duró prácticamente  toda la vida y que acabó nueva de tanto no viajar; olvidada en un altillo llena de cachivaches de esos que se guardan por no tirar en cada una de las limpiezas generales de la casa.

Mis abuelos tenían otra muy parecida que viajó aún menos que la de mis padres.

Era de cartón forrada de tela por fuera y de papel de flores o rayas por dentro, con los esquinazos y el asa metálicos. Asa que era de latón. La nuestra de algún golpe se habría abierto en la unión por debajo y pillaba los dedos del “porteador”, que solía ser mi padre que tenía sus manos tan encallecidas por su trabajo de herrero, que ni ese pellizco acertaba a pillarle.

 En esa vieja maleta, un día metieron sus sueños y abandonaron su pueblo llorando como niños. Tan niños ellos, como mi hermano y yo: sus dos hijos.

Emigrar desde Alaejos a Valladolid se les hizo tan desgarrador el viaje como el que se les hizo a aquellos que en similares maletas emigraban a otras zonas lejanas de España o incluso a la misma Alemania, que muchos lo hicieron por entonces.

Todos dejamos el pueblo con honda nostalgia y el sentimiento de quizás no poder volver jamás a pisar las queridas calles de nuestro terruño.

A Alemania se iban casi con lo puesto y su maleta llena de miedos e inquietudes. Los que nos quedamos desperdigados por esta España nuestra,  tampoco llevábamos mucho más que incertidumbre y cuatro trapos en los que enjugar las lágrimas de adultos.

Mis padres, acomodaron sus enseres en el pequeño camión, favor de un amigo, transportaron además de la maleta y los sueños, cuatro sillas, un par de camas, el armario ropero único que había en la casa y seguramente alguna que otra caja de cartón con vasos y cubiertos, la “loza” de la cocina que no eran más que los cuatro platos, dos largueros y una fuente esporcellada de la misma humilde porcelana… y un orinal.


Los que emigramos fuimos valientes (mi hermano y yo como tantos niños de nuestra edad, no teníamos opción más que de hacer lo que se nos ordenara), por tanto no era valentía, era… lo que había.

Dejábamos atrás el único mundo que conocíamos para aventurarnos en la gran ciudad, donde por unos meses compartimos vida y espacio con nuestros tíos Pedro y Chus y nuestras primas Feli y Charo, que por entonces aún estaba en camino. Nuestras primanas, porque aquellos meses juntos en aquella vieja buhardilla, nos hizo hermanos a los cuatro y continuamos siéndolo aun cuando las dos familias pudimos mudarnos a nuestros nuevos pisos y continuó la vida, aunque desgranar todos los años vividos se saldría del título que hoy nos ocupa. Por eso continúo por donde llegaba.

 En aquella pequeña y vieja buhardilla sin ventanas, salvo una claraboya que había en el techo de la habitación que tenía el techo un poco menos bajo. A las otras habitaciones había que entrar agachados (incluso los más niños)  para no enchichonarse la cabeza en cada entrada.

Al water había que entrar con el pantalón y los calzones bajados si no querías dejarte los sesos pegados en el techo y un cubo de agua, porque no había cisterna… ni se la esperaba.

En Valladolid encontré un mundo nuevo al que me adapté tan rápido como la infancia permite.

Cierto que aquí comencé a ser “la niña del pueblo” y cuando pude regresar a Alaejos, muchos intentaron hacerme sentir “la forastera”… Nunca lo consiguieron. Soy tan alaejana como las veletas de las torres.

 Mi padre encontró un buen trabajo y mi madre siguió siendo la eterna ama de casa que se ocupó de todo lo demás, y por lo que no cobró sueldo ninguno, ni tuvo derecho más que a vivir del jornal de mi padre y de su escasa pensión  hasta el final de sus días tras toda una vida trabajando ambos como mulos cada uno en lo suyo.

 La suerte de cada uno es la que es por más que pretendas cambiarla. La suerte está echada y escrita por el caprichoso destino, desde el instante de la propia concepción hasta que te conviertes (en el mejor de los casos) en la estrella más brillante desde donde alumbras la vida de quienes formaron parte de la tuya.

 Si el destino fue amable y te inventó (como mínimo) trabajador, cariñoso, buena persona o incluso inteligente, te recordarán con amor y deseos de volver a verte cuando ellos mismos brillen de día y de noche sobre los corazones.

Si en cambio al destino se le cansó la mano de escribir o se le rompió la punta del lápiz, quedarás a medio construir y serás un ser despreciable que nadie querrá recordar.

 Quizás una vieja maleta te sirva para guardar tus frustraciones, desengaños, mentiras absurdas, tu mal humor y mala entraña.

 Cierra fuerte con llave tu maleta y vete lejos a emprender nueva vida, sabiendo que tras tus pasos no irá nadie y formarás parte del más absoluto olvido.

Vete lejos para convertirte en nada de la nada porque el daño que hiciste es tan profundo que será muy sencillo olvidarte para siempre… querido jefe.

 ¿A quién me refiero? ¡¡Ah, pues no lo sé!! Yo acabo de escribir mi recuerdo y homenaje a una vieja maleta… No recuerdo a nadie más ¿y tú?

 

jueves, 19 de octubre de 2023

FELIZ CUMPLE ANDREA

 


FELIZ CUMPLE ANDREA  19-10-2023

Querida Andrea: Aquí estamos 18 años después. 18 octubres en los que has crecido y evolucionado como un ser humano excelente, tal y como te expliqué que sería aquel 19 de octubre de 2005.

Mira si ya ese día eras especial en nuestra familia, que te escribí una carta de bienvenida a la vida. La primera carta de las muchas que en todo este tiempo he ido escribiendo a cada niño, hijo de familiares o amigos que nacía. Pero la tuya fue la primera y por ello la guardo con tanto cariño.

 Andrea, no ha sido fácil a veces atravesar las barreras que ibas encontrando. De pequeñita siempre de la mano de tus padres, tus abuelos y tíos e incluso de tus tíos “postizos” que tanto te quieren.

Según crecías te dabas más cuenta que la vida no era fácil, pero siempre te sostenías en las manos de tus padres. Ellos te aconsejaban mejor que nadie, trataban de guiar tus pasos, esos pasos que en ocasiones te negabas a dar y en otras pretendías correr en vez de caminar.

Cuando llegó Paola, quizás sentías que esas manos aflojaban su fuerza y te costó entender que en realidad, aún te sostenían con más ímpetu porque adoran a sus hijas por igual. Simplemente te habían regalado una compañera de juegos y una cómplice con la que compartir tus inquietudes.

Ahora ya eres una mujer. Una preciosa mujer con entidad propia, segura de ti misma, con los pies sobre la tierra… pero sin soltar las manos a las que has de aferrarte siempre.

 Querida niña al cumplir tu mayoría de edad, vuelvo a regalarte la misma carta escrita hace 18 años.

 En verdad, fue maravilloso verte crecer.

 

Con cariño: Marisa

 

 BIENVENIDA ANDREA      19-octubre-2005

 ¡Bueno Andrea!, pues ya está. Te has hecho esperar un poquito, pero finalmente hemos podido ver tu preciosa carita.

 “Es igualita que su padre”, decían unos, “tiene la misma cara que su madre” decían otros.

 Ya te irás acostumbrando, esto es así. No hagas caso, tú eres única. La niña más bonita de todas.

 Los primeros días te sentirás extraña con tantas caras distintas mirándote embobadas y haciendo monerías. Pensarás que están tontos. No temas, es la ilusión de verte y la única forma que tienen los mayores de darte la bienvenida.

 Aún pasarán unos días para que puedas ir a tu casa; los justos para que mamá se ponga buena y pueda cuidarte mejor.

 Verás qué habitación más bonita te han preparado y el montón de ropitas que compraron para que luzcas como lo que eres, una princesita.

 Dormirás en una preciosa y confortable cunita, no te va a faltar de nada. Papá y Mamá se van a desvivir para que seas feliz.

 Procura dormir mucho por las noches, ellos tienen que descansar.

 Papá es ese señor con voz fuerte que duerme al lado de mamá, el mismo que acariciaba su tripita cuando tú estabas dentro para que sintieras su cariño, pronto competirá contigo en eso de “babear”.

 Mamá es la que te cuidó en su tripa para que nacieras sana, te va a encantar cuando veas lo guapa que es.

 Los dos son muy guapos y han estado muy nerviosos cuando no te decidías a salir, pero ahora están completamente felices de tenerte… aunque a veces lloras y no saben qué hacer. No te preocupes que por mucho que les agotes nunca se enfadarán contigo.

 ¿Sabes Andrea? Has tenido mucha suerte de nacer en una familia que te quiere tanto y que jamás van a pedirte nada a cambio de ese amor y desvelos.

 Cuando seas mayor vas a quererles mucho para que ellos se sientan recompensados.

Bienvenida al mundo pequeña Andrea, será hermoso verte crecer.

 Con todo cariño: Marisa

martes, 3 de octubre de 2023

BIENVENIDA A LA VIDA PEQUEÑA LUCÍA


BIENVENIDA A LA VIDA PEQUEÑA LUCÍA     03-10-2023

 Si pequeña, bienvenida a la vida, aunque te escribo con tres meses de retardo. Tendrás que perdonar a esta pobre escritora que con la mente embarullada aún no te había saludado tan rápido como es su costumbre hacerlo con las personas importantes como tú lo eres pequeñita.

 Has llegado a una familia maravillosa, créeme, te lo digo yo que soy amiga de tu abuela Matilde desde hace 45 años.

Has llegado para compartir juegos con tu preciosa hermana Celia y tu guapísimo primo Alberto.

Verás qué divertido va a ser jugar con ellos e incluso pelear por cualquier tontería, por algún juguete que los tres querréis al mismo tiempo o simplemente sin pelear verás qué divertido será ver mirándoos  embelesados  a todos los que os rodean y que con tantísimo amor te han esperado y recibido.

¡¡Los mayores ponen una cara de bobos mirando a los niños!! Bueno de eso ya te has dado cuenta cuando te miraban pasmados el día que naciste comparando a quién te parecías… ¡Se parece a mamá! Decían unos. Otros decían que eras igual que papá y algunos que eras igualita a tu hermana Celia, pero no Lucía, tú eres tú, única irrepetible y preciosa a más no poder, aunque lo que más les preocupó durante los meses de espera mientras crecías en la barriguita de mamá, es que nacieras sanita y así ha sido. Sanita y maravillosa Lucía.

Los mayores a veces te aturullan con tantos cuidados. Lloras y no saben por qué… ¿será hambre? ¡Tendrá sueño! ¿Está limpita? ¿Le aprieta la ropita?

¡¡Pues no!! Tú sabes que no te pasa nada y te diviertes viéndoles a todos al retortero. No te pasa nada, simplemente lloras por el placer de conseguir que te saquen de tu confortable cunita para cargarte en brazos donde por fin te calmas al sentir cerca su piel y escuchar su corazón latir para que su compás sea para ti la mejor nana.

Has llegado para ser tú, única y especial Lucía. La luz de la vida de tus papás, hermana, primos, abuelos, tíos… e incluso la de los amigos de tus abuelos que también somos y nos sentimos parte de tu gran familia.

 Lucía has venido para pintar sonrisas y aliviar penas. Has venido a un mundo a veces hostil, pero eso a ti no debe preocuparte aún porque ellos van a darte todo lo necesario para hacerte vivir tranquila. Tú sólo debes crecer sanita y tan preciosa como has nacido.

 Bienvenida pequeña Lucía. Que seas muy feliz. Tu gran familia va a procurarte siempre lo mejor.

Enhorabuena familia por este miembro nuevo que os llenó de ilusión y esperanza.

 Querida Lucía, que la luz de tu nombre sea siempre faro y guía para la vida que acabas de comenzar.

 Te quiero chiquitina

 

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