Nunca creas lo que dicen que otro dice que le han dicho. Sólo cree y asevera lo que al punto escucharan tus oídos. Las "buenas fuentes" para el agua potable.
miércoles, 31 de diciembre de 2014
miércoles, 24 de diciembre de 2014
domingo, 14 de diciembre de 2014
ADIOS TÍO PAULINO
ADIOS TÍO PAULINO
14-12-2014
Querido tío Paulino: Cuando esta
mañana recibí la llamada de Pili, nada más escuché “Hola” y
supe que algo malo ocurría. Enseguida me contó entre lágrimas que
nuestro tío Paulino ha partido a un lugar lejano, muy lejano, para
reunirse con nuestro querido Yayo Félix y todos los que con él,
esperaban tu llegada.
Tu vuelo ha sido rápido y
placentero, la mejor forma de partir que se me ocurre tras una vida
tan apasionada como dura, y tras un día feliz de despedida sin
saber, ni tú ni ellos que lo era.
A través de Pili conocí tu
historia y siendo ella “mi hermana” y tu hermano su padre, mi
querido yayo Félix se autonombró “mi padre adoptivo” por el
cariño que nos teníamos, raro no fue que tú, te convirtieras en
“mi tío”. Ninguno de los propios me mostró tanto cariño y
respeto como me regalaste. Bien sabes que ese cariño y respeto es
reciproco.
Hoy he perdido a uno de mis más
fieles lectores. He sabido que no volveré a recibir tus
cariñosísimas cartas, pero he sabido que si un día necesito tu
ayuda, la tendré incondicional.
Se nos fue el querido tío
Paulino, ejemplo de bondad y dulzura. Has sido un hombre sin maldad
ni egoísmo; de alma pura como la de un niño y fuerza de gigante en
el corazón.
Noble, generoso, sencillo,
humilde, que entregaste tu vida a los demás hasta extremos que
contigo llevaste al Cielo y que tan sólo saben aquellos que hasta la
vida te deben.
Hombre amable, ejemplo de persona,
ejemplo de hombre de Dios, de caridad y amor...ejemplo de ejemplos.
Me faltan adjetivos que puedan
calificar tu grandeza.
Hoy lloramos tu partida a
sabiendas que estás con todos aquellos que te amaron y amaste. ¡Qué
grande habrá sido el abrazo que te han dado para recibirte! Y qué
bonita la sorpresa del Yayo Félix al verte allí sin esperar tu
llegada.
Dejas tras de ti una vida tan
plena como humilde, siempre haciendo lo que más amabas: llevar al
extremo tu vocación religiosa para hacer el bien y entregar todo tu
amor a quien más lo necesitaba, ayudando a enfermos y desvalidos.
Hoy todos ellos llorarán tu muerte y aunque mereces más que nadie
ser canonizado, ellos, te elevarán a los altares y serás su “Santo
Padre Paulino” al que dirigir sus oraciones y lo que con amor te
pidan, con amor concederás, porque ahora continuarás con tu labor
llegando al mundo entero que te necesite, ese era tu sueño en la
tierra y ahora podrás cumplirlo.
No nos olvides tío Paulino. Somos
muchísimos los que no te olvidamos.
Hoy, tal como lo hago con mi
adorado padre y mi querido Yayo Félix, miraré tu estrella junto a
ellos y diré: Dulces sueños mis vejetes amados.
sábado, 6 de diciembre de 2014
ABUELO CARTERO POR UN DÍA
Hace unos días mi hija
Cecilia supo que en la clase de Lucía este trimestre estudian cosas de Correos,
carteros, cartas… y al haber sido cartero Jose, tenemos varios recuerdos que
guarda como tesoros de su época de trabajador en Correos y Telégrafos. Al ser
informada la maestra de ello, le pareció una estupenda idea que el cartero en
persona diera una clase a los pequeños.
A duras penas pudimos
convencer al abuelo, y el miércoles, más corto que perezoso, venciendo su
timidez, se embutió el uniforme de cartero y cargando la valija de recuerdos y
cartas para los niños, allá que fue, llevando también un panel que atesora con
pequeño retazos de su vida de cartero para darles a los niños una emotiva clase
teórica de cómo es y sobretodo como era el trabajo de un cartero.
Los niños ya le esperaban
atentos sentaditos en asamblea y recibieron al abuelito de Lucía ilusionados y
expectantes.
Le hacían preguntas y se
mostraban interesados en todo lo que escuchaban o exponían lo que ya sabían de
todo lo que su maestra les ha enseñado. Ellos al ver el panel reconocieron el
emblema de Correos; ahora también saben que ese emblema es una “Cornamusa”,
trompetilla que utilizaban los carteros cuando no había buzones en las casas y
al toque salían las gentes para recibir sus cartas.
Casi a punto de terminar la
charla, el cartero abuelito entregó a cada niño un sobre con una felicitación
Navideña y un sello, que contentos fueron pegando en el lugar correspondiente. La
carta contenía también una chocolatina, que les hizo aún más felices si cabe.
Una foto de grupo con el
cartero abuelo, cerró la emocionante clase para estos pequeños que alborozados
contaban en sus casas la visita que habían tenido en el cole.
Lucía estuvo feliz
compartiendo a su abuelito con todos sus amiguitos, y el abuelo feliz de
habernos hecho caso.
Espero que mi nueva nieta
Irene, pueda dentro de cuatro años disfrutar con esa misma ilusión que hoy vivió su
hermana Lucía.
lunes, 17 de noviembre de 2014
EL DON JUAN TENORIO DE BLANCA PORTILLO
16-11-2014
Estar tranquilamente en
casa, que tu hija llame y te diga:” ¿Te apetece venir conmigo mañana al
teatro?”… No tiene precio.
Mi niña me comentó que
veríamos “Don Juan Tenorio” dirigida por Blanca Portillo en una versión
personalizada.
No quise mirar información
adicional para no predisponerme con otras opiniones.
No tenía ni idea de cuánto
duraba. Ahora ya lo sé. Comenzó a las 20.30 y salimos del teatro a las 23.10
tras ver una representación sin intermedios, descansos ni entreactos… Ni un solo aplauso para
desentumecer músculos, ni salidas al aseo.
A lo largo de mis 57 largos
años de vida he visto varias veces la obra que mi paisano escribiera (y en 1980
hasta parodié una de sus estrofas que publiqué en 2007).
Cada año veía en la tele en
blanco y negro de mis padres, al llegar Noviembre en aquel mítico “Estudio 1”,
la emisión de “El Tenorio” interpretado por muchos juanes y muchas ineses diferentes,
casi tantos como años emitido.
En “directo” la primera lo
vez lo vi en el "Teatro Zorrilla” de mi cuidad hace justamente dos años.
Siempre me gustó la obra.
Mejor o peor interpretados,
con más o menos lujosos escenarios, siempre vistiendo ellos con jubón, calzas, capas, plumas, puntillas y su
inseparable espada… y las mujeres tapadas,
recatadas, virginales, mustias y
aburridas; tal como las pariera Zorrilla allá por 1844.
Esta nueva versión, esta
puesta en escena, no tiene en nada que ver con cualquier otra. Totalmente
modernista, suple la falta de decorados o mobiliario, con atrezo e iluminación
sugerente y con actores “figurantes” en movimiento por el escenario como almas
en pena.
Te das cuenta que la obra que
estás viendo es “Don Juan Tenorio” no sólo porque lo pone en el librito y la
cartelería de la entrada; también porque el texto ha cambiado muy poco de los
tenorios que recuerdo. Cambia eso sí, el énfasis y la intención al declamar,
así como la vestimenta o desnudez de los personajes.
Un Tenorio encuerado
(vestido de cuero, no lo que interpretaría algún buen amigo mexicano) (que
también), con ropas que cualquier joven podría vestir actualmente, sin plumas
ni en los ademanes, con mujeres cuyo recato ni tenían ni se le esperaba, lejos
del que pintó Zorrilla y que como dije, sólo se le reconocía por la trama, el
verso y el nombre de los personajes. Esto no quiere decir que no me haya
gustado el nuevo tono y la nueva intención de Juan Tenorio…
Ya en casa, leí lo que la directora había escrito en
el librito con fuerte olor a tinta de imprenta que nos ofrecían al acceder a
nuestra localidad. Aquí lo desgrano un poco:
Nunca he podido entender cómo un personaje
así se ha convertido en un mito, en un icono abanderado de la libertad y la
transgresión, la representación del seductor de mujeres como valor en sí mismo…
Yo nunca lo había entendido así.
También dice que: Hoy siento la necesidad de subir al
escenario a este personaje, tantas veces representado y, creo, tan pocas veces
entendido. Se
ve que yo no le he entendido.
Más adelante mí admirada
Blanca dice: Más allá de la época en que Zorrilla crea el personaje y más allá del
tiempo en el que el autor coloca la acción de su obra, Tenorio es un ser humano
que sigue latente en el inconsciente de esta sociedad, de la nuestra.
Tampoco lo veo así. Y
también dice Blanca Portillo: Tenorio no es un héroe. Es alguien que huye
de su propio vacío, llevándose por delante todo aquello que se cruce en su
camino. No es un luchador en busca de un mundo mejor, de un cambio en el
sistema, no es un buscador de belleza. Tenorio es hoy el vivo retrato del desprecio
por los demás. Si
hablamos del Tenorio de Zorrilla, yo también lo creo, pero no solamente el de
“hoy”, aquel también lo fue.
Vivimos en un mundo en el que ese
desprecio se hace cada día más patente. Sobrevaloramos a quienes destruyen, a
quienes roban, matan, o violan las leyes… Nunca sobrevaloraré tal cosa, simplemente me
repugnan esos seres.
En nuestro país seguimos
pensando, aunque en ocasiones lo ocultemos, que esas personas son admirables,
son… “los listos” y los demás unos tontos que vivimos sujetos y amordazados en
el redil. ¿Cómo
puedo estar de acuerdo en que un delincuente es admirable? Blanca Portillo
termina diciendo lo siguiente:
Yo
creo profundamente en el respeto por los demás. En valores morales y éticos que
Tenorio destruye sistemáticamente. Creo que ya va siendo hora de que alguien
llame a Tenorio por su nombre. A esto yo me pregunto: ¿Llamar Tenorio por su nombre
hace mostrar a una mujer enamorada esperando en la reja a su amado en la forma
en que lo hace la actual Ana de Pantoja?
¿Lo es acaso actuar como la
desinhibida y desvergonzada Brígida? ¿Era necesario mostrar a doña Inés tan
quitada del hábito? Francamente, si hay que llamar a Tenorio por su nombre, no
llamemos a “Inés” lo que vi.
Lo mejor y lo peor (para mi gusto)
Ciutti (Eduardo Velasco) Muy
bien. Capitán Centellas: Necesita mejorar. Juanma Lara: magnífico en su papel
de Gonzalo de Ulloa (Aunque habría que preguntar a la Abadesa qué tal lleva sus
tímpanos a casa).
Raquel Varela en la monja
Tornera, genial. Miguel Hermoso, -al que he tenido que buscar por Internet para
cerciorarme quien es, porque su voz no se correspondía con la imagen que
recordaba de él- También muy bien en su papel de Luis Mejía.
Beatriz Argüello también
borda su papel de Brígida, aunque en esta ocasión, “quitada de la pena”, palpe
mucho más que el alma tibia de doña Inés, a la que interpretó Ana Martínez.
Buena actriz en el papel que le toca pero…
Marta Guerras interpreta a
una Ana de Pantoja que apareció muy poco y enseñó demasiado.
Me faltaron las estatuas en
el panteón del cementerio y me sobró que el actor que interpretaba a Diego
Tenorio y al escultor fuese el mismo y fácilmente identificable porque da lugar
a equívoco al ser un muerto más en la trama.
¡¡Creo que me olvido de
alguien!! ¡¡Naturalmente que no!! Don Juan Tenorio: Impresionante José Luis García-Pérez. Magistral interpretación cargando con todo el peso de la obra.
Espero que el agua se lo pongan un poco tibia porque si no, saldría congeladito
en cada envite.
La voz de Eva Martín en los
entreactos ocupaba el lugar de los aplausos y evitaba la bajada del telón para
los leves pero importantes cambios de atrezo. Preciosa voz.
Dicha la última palabra por
Juan Tenorio, el teatro se caía en aplausos. Una cerrada ovación de varios
minutos despedía a los actores y actrices, que varias veces tuvieron que volver
a salir para agradecer el calor del público que parecía no tener deseo alguno
de abandonar su butaca. Con lo que entiendo que todos estábamos muy satisfechos.
Como para gustos existen los
colores, este ha sido el gusto y el color de Blanca Portillo, no sé si Zorrilla
estaría de acuerdo.
¿Qué si se me hizo largo
tantas horas sin pestañear? ¡¡En absoluto!! Todo lo contrario. Al salir y ver
la hora que era, tuve que cerciorarme por si tenía mal el reloj.
Laura y yo continuamos
nuestra particular velada por las calles y bares de picoteo de nuestra ciudad,
hasta ponerle el broche de oro a la noche abrazando la sonrisa de nuestro
muchacho que en reunión de “las de antes” arrancaba de su piel con “María la
Portuguesa” un poco de la amargura en la que desafortunadamente le está tocando
vivir este 2014.
Ha sido una inolvidable función
dentro y fuera del teatro. Este también ha sido el gusto y el color de:
martes, 4 de noviembre de 2014
CANTAR NO EXIME EL DELITO
Podría decirse sin miedo a
mentir, que soy admiradora de Isabel Pantoja… De su arte, su voz, la forma de
moverse en un escenario interpretando las letras y músicas de las canciones que
compusieron para ella y hasta de las que versiona, pero ser admiradora en ella
de todo esto, ni me llevó a comprar sus discos, ni a acudir al teatro para ver
alguna de esas actuaciones que en pequeños fragmentos emitieron las
televisiones o las emisoras de radio, y que gracias a ellos, esta artista pudo
darse a conocer y llegar donde llegó.
Por esas mismas vías que
ayudaron a engrandecer la figura de la artista hemos sabido la porquería que
ella nunca hubiera querido que saliera a la luz pública.
Señora mía, “no la hagas y
no la temas”. No puedo creer (ni yo ni nadie con dos dedos de frente), que
siendo tan inteligente, haya usted caído en la trampa de la codicia. Una mujer que
ha sabido poner el mundo a sus pies y acuñado un buen patrimonio a fuerza de
trabajo, esfuerzo (y algún que otro reportaje en las revistas), haya sido tan
poco “avispada” (perdón por el nombre) de meterse a bañar en una ciénaga que la
ha llevado (o la está llevando) al peor de los lugares habitados por humanos vivos.
Ahora más que por su propia
libertad, teme por los suyos… ¿Por qué no lo pensó antes? Porque para darles de
comer y todos los caprichos no tenía
necesidad de formar una avería tan gorda. Más bien se diría que fue la avaricia
la que rompió el saco.
Muchos de sus aduladores al
saber de los manejos en los que se vio envuelta han dejado de “admirar” a la
artista. No me parece lógico; su voz siempre será su admirable voz, aunque lo
que la haya llevado al “desamor con el mundo” fuera ese amor que a voz en grito
abofeteaba con: “dientes, dientes, que es lo que les jode”.
Señora, esos dientes son los
que le han jodido la vida a la diva. Recordando ahora la altivez de sus gestos,
les impide a muchos sentir lástima por su persona, mientras otros seguimos
pensando que la ley debería ser igual para todos, porque ser famoso, artista, banquero,
político… cantar no exime el delito.
No creo que nadie en este país
tenga especial interés en que “La Pantoja” entre en prisión, como tampoco estoy
de acuerdo en que ahora “al público en general” (y entre ellos sí me incluyo),
se nos demonice porque Isabel Pantoja vaya a cumplir esos dos años de condena
por un delito probado, juzgado, y condenado.
Ser una de las mejores
tonadilleras del momento, ser una señora en los escenarios; haber paseado el
nombre de España y Andalucía por el mundo entero, fue lo que la engrandeció y
por eso, la premiaron –entre otros- con uno de los reconocimientos más hermosos
que se pueden obtener: “ser profeta en su tierra”, que hoy por culpa de su poca
cabeza y larga mano, van a arrancarle del cuello.
Hoy se anuncia que pide su
retraso en la entrada en prisión, alegando que tiene cuatro conciertos firmados…
Al parecer, para unas cosas sí nos parece bien ser famosos y para otras nos
quejamos alegando que nos cogen de cabeza de turco.
Claramente ella no tenía ni
idea de lo que firmaba (demasiados delitos en nombre del amor) la pobre “incauta”
se dejó llevar ciega de amor… ¡¡No había más que ver al adonis con el que
convivía!!
Desde los escenarios maquilló
sus canciones para enviar mensajes de enamorada al babeante señor. Ahora se los
lanza de rabia, de despecho, pero nunca escuché ni uno solo de perdón o arrepentimiento.
Dicen que la condena será
ejemplarizante. Yo prefiero pensar que será justa y que ojala todos y cada uno
de los miserables que han llevado a mi país a la ruinosa crisis, paguen hasta
el último céntimo de lo que nos han
hecho sufrir… y con intereses. Eso sería lo justo.
Saberles en prisión (pagada
con mis impuestos) y con sus zurrones atestados de pasta ajena, no me conmueve
ni me alivia.
Si yo he pagado con
sacrificios hasta el último céntimo de esos impuestos, no me parece una
crueldad desear que quien se lo haya llevado “por tol morro”, lo devuelva, sea
quien sea, ocupe el cargo que ocupe y se llame como se llame. Que ninguno de
ellos vuelva a repetir que España está en la ruina porque hemos vivido por
encima de NUESTRAS posibilidades.
Pese a saber que podríamos
quedarnos sin candidatos para las próximas elecciones, ojala cayeran todos los
que han robado… TODOS con nombre y apellidos.
miércoles, 8 de octubre de 2014
EL EBOLA QUE SE NOS VIENE ENCIMA
08-10-2014
Si el gobierno de mi país me
dice que estemos tranquilos, que no pasa nada, que está todo controlado y que
el Ébola no es de fácil transmisión ¿Por qué no voy a creerlo? ¿Me han mentido
alguna vez?
Sólo porque los pobrecitos
metieron un poquito la pata diciendo que del Prestige “sólo salían unos hilillos”
¿Voy a creer ahora que están mintiendo u ocultando información? ¿Cuándo han
hecho algo semejante?
¿Voy a pensar que no tienen
ni idea en el follón que nos han metido trayendo aquí la enfermedad sin saber
cómo ni con qué atajarla? ¿Voy a pensar que les han traído por ser curas y no para curarlos porque no se encontraban muy católicos? ¿Voy a cagarme de miedo por la que se nos viene
encima? ¡¡De eso nada!!
¿Por qué voy a creer al
populacho que dice que el Ébola es muy contagioso? ¡¡Agoreros!! El gobierno de
mi nación dice que tranquilos, pues tranquilos. Si dicen que no se contagia más
que por contacto directo con el enfermo, yo tranquila. ¿Voy a no creerles? Sólo
porque veo que en vez de con guantes y mascarilla como para prevenir la gripe aviar,
se están protegiendo con escafandras como si nos viniera una guerra nuclear ¿Me
voy a intranquilizar? ¡¡Para nada!!
Mi consejo es que estemos
tranquilos, que no cunda el pánico, que cumplamos todos nuestros sueños y por
precaución, sólo por precaución, nos despidamos de nuestros seres queridos… Eso
sí: ¡Por WhatsApp o por teléfono! Y si
tenemos que evacuar… que sea en su puta madre.
lunes, 6 de octubre de 2014
DUROS MOMENTOS EN CLAVE DE HUMOR METAFÓRICO
Hay momentos duros en la
vida, como por ejemplo esos en los que angustiosamente piensas ¿Por qué en mi
casa sólo instalaron un wáter?
Te haces la pregunta
mientras quien tuvo más suerte que tú y encontró libre ese único habitáculo,
hace uso de él, para cuando tú tengas que utilizarlo, huela no precisamente a rosas…
tal como tú mismo lo dejas segundos después para el siguiente que llegue.
Otros durísimos momentos son
aquellos en los que por no mandar muy lejos a tu interlocutor, callas más
impotente que resignada… pero piensas, piensas, piensas y vuelves a pensar lo
duro que es no tener un wáter cerca… o una montera para ponértela como mundo y
decir, decir, decir y volver a decir ¡Qué agustito me he quedado!! ¡¡Y sin
esperar turno!!
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