martes, 9 de agosto de 2011

LOS “CUETES”


LOS “CUETES”  05-08-2011

Pues si, “Los cuetes”, porque aquí en mi adorado pueblo el estruendoso explosivo jamás será un “cohete” si no, un “cuete”.

Los “Cuetes” siguen siendo protagonistas indiscutibles de las fiestas porque estas se anuncian con estos.

“Todo” evento festivo que se precie, en Alaejos es anunciado con cuetes.

Este viernes se inaugura el programa de las fiestas de Nstra Sra de La Casita 2011 con una proyección “para todos los públicos” en el Frontón Municipal.

El viento –afortunadamente inexistente- trae el lejano sonido de dicha proyección. No acierto a adivinar de qué proyección se trata y ciertamente tampoco me importa. El tema, como reza el titulo, son los cuetes que anuncian el acontecimiento.

El primer cuete casi siempre te coge desprevenido si no escuchas el precedente  fffhhhh y al llegar el ¡¡PUM!! Te cagas en quien lo lanzó y en quién inventó la pólvora, pero el enfado es tan efímero como la luz del propio cuete y de pronto comienzas a evocar la ilusión que te hacía de niña –en mi caso- escuchar un cuete por lo que significaba.

En los tiempos que corren ya no es lo mismo porque “todos los días son fiestas” o pueden  fácilmente convertirse en ella.
Mi fiesta, hoy, es deleitarme “escuchando la tele” –sin perder el tiempo en mirarla- mientras disfruto del fresco en mi patio, después de un día de agobiante calor en la ciudad.

Tras el susto y sorpresa del primer cuete, miro el recién recibido programa de las fiestas 2011 y leo lo del cine al que ni suelo ni pienso ir. Hoy tengo 54 años y ver una película sorteando gritos infantiles no me seduce lo más mínimo, pero sí soy feliz escribiendo esta crónica y recordando cuando yo era una de esas niñas revoltosas que seguramente importunaba a los mayores de mi época infantil.
¡¡Qué bonito!! Ni teníamos tele en casa –ni falta que nos hacía- ni había móviles anunciando “quedadas” multitudinarias, ni teníamos emisora de radio local que nos avisara del evento de turno; aunque sí teníamos la “voz en grito” de Santillana, el pregonero del pueblo que calle por calle y haciendo sonar su cuerno (con perdón) y comenzando con el “Se hace saber”; explicaba que a tal hora en tal sitio habría tal cosa; y un poco antes de “esa hora”  los cuetes atronaban el cielo del pueblo y la ilusión de sus pobladores.

He recordado aquellas maravillosas noches de verano en que había “títeres” en la plaza y el pueblo entero pertrechado con propias sillas, subíamos por las calles aledañas en animada “romería” para ver esos “títeres” que podían ser cualquier cosa; exactamente igual a los actuales “teatros de calle”, pero con mucha menos escenografía, preparación  y vestuarios.
Lo que fuera nos hacía ilusión y servía para romper la maravillosa monotonía de entones.

Recuerdo una noche –yo tendría unos cinco o seis años- que lo que “echaban” era un funambulista que se llamaba “Renato”.
El tal “Renato”, pidió ayuda para tensar la cuerda y ajustarla para poder hacer su número con “seguridad”.
Pidieron colaboración  y una señora se acercó a mi padre para que sujetara el estarivel.
No se en qué consistiría la ayuda que prestó mi padre, ni se si fue su condición de herrero o la fortaleza de sus brazos lo que animaron a aquella mujer a pedirle ayuda precisamente a él.

Ver a mi padre hablando con ella y tensando –con dos cojones-  la cuerda que desde lo alto llegaba al suelo y sujetaba la vertical por la que Renato caminaría a varios metros sobre el suelo, me hizo una vez más sentirme orgullosa de mi padre que era tan “importante” que hablaba con la “titiritera”.
Me acerqué a él, ni sé con que pretexto, y la sangre se me heló en las venas al escuchar a aquella mujer amenazando a mi padre con estas palabras: “Sujeta fuerte, porque como se caiga mi marido te mato”.
Mi padre cruzó con ella unas palabras que no recuerdo, pero consciente de su compromiso, lejos de soltar la cuerda, la asió con fuerza y comenzó el espectáculo.

Aquel día no disfruté de “los títeres”, no podía mirar a Renato, sólo miraba a mi padre tirando de la cuerda, mientras yo rezaba para que el hombre no se cayera y  aquella mujer no matara a mi padre… ¡¡Ilusa tía tonta!! ¡¡Matar a mi padre!! Si con un sólo soplido de él, la habría dejado K.O.

Por cierto, una vez comenzada la proyección de esta noche de viernes, no cesaron los cuetes, porque había reunión de quintos (creo que de nacidos en Alaejos hace 45 años) y ellos tuvieron su particular y privada ración cuetera.

¡¡Que agusto estoy en mi patio!! ¡¡Qué fresquito!! ¡¡Qué relajo!! ¡¡Que recuerdos!!

2 comentarios:

Castrodorrey dijo...

¡Ayyy los cohetes!!!
Si amiga mia, que evocan recuerdos entrañables. Cuetes ahí; cohetes aquí; tracas o matracas, que más da. El caso es que ir a los títeres, cuando se veía caminar a la gente con sus propias sillas... que recuerdos!!!
Pues es cierto que ya, los cuetes se usan para todo. Aquí, por ejemplo, sabes si marca el Betis o el Sevilla, por los cohetes.
Un saludo cordial, como siempre, un gusto leerte.

Marisa Pérez Muñoz dijo...

Un besote y como siempre: todo un placer que me leas.

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