sábado, 21 de agosto de 2010

¡VETE A CAGAR!



Cagar es un placer inexplicable, pues aunque de cagar no se libra ni el más noble, es un acto casi delictivo hablar con “semejante ordinariez” por lo tabú que ha sido durante siglos… y seguirá siendo.

Nunca he entendido –pero si obviamente respetado en público- por qué a la palabra “cagar” se la tachó de fea, indecorosa o incluso maleducada, cuando cagar, caga todo el mundo y se queda uno tan agusto o más, que comiendo o realizando cualquier otra necesidad fisiológica.

¿No os habéis fijado en la mala leche que se les pone a los estreñidos? ¡¡Porque no cagan!! O quizás debe de ser por la frustración de no obtener fruto tras el esfuerzo.

Si el hambre te aprieta, y no te es posible comer, seguro que es menos peliagudo y más “aguantable” que si te aprietan los retortijones y no hay donde cagar. Esta reflexión me lleva a pensar que es más importante tener donde cagar, que tener donde comer y por tanto algo tan imprescindible en nuestras vidas, no debería ser reprobable la sola mención del hecho.

Si no es vergonzante estornudar en público o roncarle al oído de tu pareja durante toda su vida, ¿por qué ha de serlo hablar con naturalidad de la tarea de cagar?

Con tanto ocultarla han conseguido que a algunos les moleste desproporcionadamente e incluso para dicho acto se inventó la palabra “defecar”; u otra mucho más infantil: “hacer caca”; que tú vas al médico por molestias relacionadas con las tripas y es absurda la explicación que has de dar y la que recibes como diagnóstico… “Para ese problema ha de ir al baño con regularidad”… que alguno debe creer que va a curarse cada vez que se ducha o que barre y limpia la estancia. Eso sería “ir al baño”, cuando lo que le curaría es “cagar con regularidad”.

Como decía al principio, cagar es un placer y si no, que le pregunten a la protagonista del actual anuncio de un laxante, que sale del wáter bailando y se desmelena poco menos que con felicidad orgásmica ante la atenta mirada de todos sus compañeros de oficina. Esa tipa no dirá “vengo de cagar” pero por la expresión de todos ellos, lo saben a ciencia cierta.

No habrá conversación que produzca más sana hilaridad que cuando se habla de pedos o de mierda ¡¡salvo en los puntuales casos de gente que no se ríe ni con eso ni con nada!! ¡¡Peor para ellos, pobres insípidos!! Seguro que ellos son de los que defecan como si cagar fuera pecado… Y sí, me río de esto y de millones de cosas más ¡¡sólo faltaba!! Por reír, me río hasta de mi sombra –que soy la única a quien se lo permito- del resto del mundo, no me mofo, y si he de reír, con respeto, con mucho respeto para no reírme “de” pero si reírme “con”.

Y siguiendo con el tema que nos ocupa el vientre, lo único malo después de una buena cagada, es el infecto perfume, aunque para eso existen en el mercado fragancias que lo disimulan. Pero cuidado con qué aerosol se utiliza, porque si huele tan bien como el baño de Pablito, se te puede llenar la casa de niños cagones ¡Menudo anuncio!

¿Que no sabes a qué me refiero? ¿Que quieres saber a qué me refiero cuando leas esto dentro de algún tiempo y el tal anuncio haya desaparecido? Ahí va…

Hace meses había un anuncio de un niño malcriado y caprichoso con voz de adulto mal disimulada, cargado con una mochila en la espalda y que se empeñaba en “hacer caca en el baño de Pablito” y ahora la consecuencia de ese anuncio, es otro en el que por fin aparece el tal Pablito y le dice a su mamá: “todos mis amigos quieren hacer caca en mi baño”; y la siguiente escena es una interminable fila india de infantes con el baile San Vito dispuestos a cagar en el único baño que se supone tiene Pablito y que al verlo te da por pensar: “debe ser bueno el aerosol si aguanta el paso de todo ese niñerío de cagones, o ¿aguantarán los últimos de la fila o dejarán el truño en el jardín de Pablito?

¿Qué tendrá el baño de Pablito para que todos sus amigos quieran cagar en él? ¿Cómo sabían todos esos niños que el baño de Pablito es mejor que otros para “pasar el apretón”?

¿Será que la anunciante del laxante es la madre de Pablito y los niños al verla tan feliz saliendo del baño quieren experimentar las mismas sensaciones?

Por humilde que sea el baño propio, se caga en él, mejor y con más confianza que en el mejor de los ajenos.

Una vez desmitificada y aceptada en sociedad la palabra cagar, sólo me queda decir que no te ofendas cuando alguien te diga ¡Vete a cagar! Porque te está enviando al paraíso.

5 comentarios:

Inma dijo...

Además de que es una necesidad fisiológica, como tu dices los hay que "no hacen eso". Y lo malita que se pone una cuando lleva varios dias sin conseguir plantar el pino.
Con respecto al anuncio, cuando el niño dice que quiere ir al baño de su amigo la madre dice: -Pero cariñooooooooooo.
Y le diria a mi niño:
-Anda niño, ¿estas tonto?.
Un beso:

Inma.

Marisa Pérez Muñoz dijo...

Los niños de hoy en día empiezan por exigir cagar en el baño de Pablito y terminan por ponerse los pantalones de su padre... y los del vecino.

Buen finde wapa.

Marisa

Castrodorrey dijo...

¡Si señora... cagar es una de las necesidades que se convierte en placer! Un verdadero placer. Y deberíamos pensar ya, en que, cuando envías alguien ¡a cagarrrr! en lugar de un improperio, es un deseo de verdadero "cariño" jejeje...
Un abrazo.

Castrodorrey dijo...

He dicho.

Marisa Pérez Muñoz dijo...

Me alegro que os guste la entrada (o la salida, depende de como se mire)

¡¡Y mi madre protestando cuando en 1980 le escribí la primera poesía al pedo!!
¡¡Yo no te he educau así!! -decía- y afortunadamente no le hice caso.

Buen finde Castro, María y Manuel.

Besos y confortable water.

Marisa

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