miércoles, 31 de diciembre de 2008

FELIZ 2009


31-Diciembre-2008

Hoy que termina este 2008 con un día tan frío como todos los finales de año en este Valladolid desde el que os escribo, quiero enviaros mi más sincera felicitación.
Este año con la crisis, no mandaré SMS más que a los que no tienen Internet.
No soy roñosa, soy Marisa.

Para los que quiero y me quieren, para aquellos que me hicieron feliz, para los que me regalaron momentos inolvidables, para los que me miman y comprenden, para las niñas de mis ojos y los niños de mi corazón, para ese marido callado y bueno que me aguanta y le aguanto, para los que han compartido conmigo, en cualquier momento, el día más importante de mi hija Cecilia, para los que me leen en cualquiera de los géneros y formatos en que lo hago, para los que dejan mensajes en mis Blogs, para los que confían en mi, para los que contestarán a esta carta, y para todos los que mi corazón ama y añora os deseo lo mejor para este 2009 que envuelto en pañales llegará tras las uvas.

Que todos alcancéis lo que ansiáis y para los que no nombré… ¡que les den… una buena cena y a dormir tranquilitos!

Vuestra amiga, madre, suegra, esposa, conocida, Bloguera…

Marisa


Feliz 2009 y todos los años del resto de vuestra vida.

sábado, 27 de diciembre de 2008

HOGAY DULCE HOGAY

¿LOS HOMOSEXUALES TAMBIÉN SON HIJOS DE DIOS? 27-Diciembre 2008

Desde hace un par de años en España, tenemos una ley en la que los homosexuales que lo deseen podrían adoptar niños o casarse, aunque éstos a la hora de introducir papeletas en las urnas, lo harán al partido que tengan por costumbre votar y no precisamente al que ha hecho posible lo que tanto deseaban y por lo que llevaban años luchando.
Supongo que así es la política y no me gusta hablar de lo que no entiendo y aunque tampoco “entiendo” de homosexualidad, opino que cada ser humano debería tener la oportunidad de elegir con quien desea vivir.

Decidir hacerlo legalmente casado, no debería haber sido cuestionado nunca a lo largo de la historia y ahora lo veríamos como algo natural y para que puedan adoptar niños dos personas del mismo sexo, no sería necesario “educar” a los humanos “normales” ya que todos veríamos “estas cosas” con absoluta normalidad.

Dos hombres o dos mujeres formando pareja, no tienen por qué ser un mal ejemplo para un niño.
Si lo ven desde que nacen, los niños encontrarán natural tener dos papás o dos mamás en vez de un papá y una mamá como la “ley” de la genética obliga.

Si existen adopciones es por que hay niños candidatos, sea por abandono obligatorio –caso del fallecimiento de los dos progenitores- o voluntario; cuando quizás se engendró sin desearlo, o los padres deciden no criar ese hijo al que no aman.

¿Qué es peor? ¿Unos padres que abandonan a sus hijos; sea cual sea la razón que les empuja a ello, o una pareja del mismo sexo dispuesta a educar, amar y cuidar a ese niño?
¿Mejor para educar a un niño un orfanato que una pareja homosexual?
¿Mejor una familia heterosexual sin amor, que una pareja homosexual que se ama?
¿Mejor una madre soltera sin recursos ni deseo de tener ese hijo, que una pareja homosexual pudiente y deseosa de dar una buena educación a esa criatura?
¿Sería preferible un niño maltratado por unos padres delincuentes, drogadictos o malvividores… naturalmente heterosexuales, o un niño amado, educado y cuidado por una pareja de homosexuales?

A la mayoría de las parejas heterosexuales, se supone, que ni se nos pasa por la cabeza la idea de dar en adopción a nuestros hijos, por eso no lo incluyo entre las hipótesis anteriormente mencionadas; como tampoco entran en ellas las “locas”, comúnmente conocidas como “mariconas” o los “heteros” sin deseo de ser padres, que tampoco creo que quieran adoptar hijos ajenos…

Lo “ideal” para una criatura sería tener una buena familia, sea cual sea la opción sexual, aunque por razones obvias, las parejas del mismo sexo deban recurrir a la adopción para ser padres u optar por la inseminación artificial en caso de las lesbianas que pretendan ser madres.

De parejas “hetero”, nacen hijos “homo”, que en muchos casos han sido infelices por la incomprensión de sus propias familias que quizás los trataron de “viciosos” o cosas mucho peores.
Estas personas incomprendidas e infelices que a lo largo de la historia no han disfrutado los mismos derechos que sus hermanos heterosexuales y seguramente en muchos casos, han tenido que maquillar su inclinación sexual con matrimonios infelices y vidas amargadas y ocultas, incluso teniendo que alzar su voz en contra de lo que ellos mismos hubieran querido gritar a favor, y no lo hicieron, para no ser descubiertos y señalados con el dedo acusador de su dolor o su forzada hipocresía.

Todos deberíamos tener los mismos derechos y nuestra constitución así lo dice.

Otra cosa es lo que al respecto ha opinado –también de esto- la Iglesia Católica, que al parecer, además de no gustarles la idea de denominar matrimonio a la unión homosexual, han decidido prohibir ordenarse sacerdotes a las personas homosexuales.
Según estas manifestaciones, están renegando de la voluntad de Dios que debería ser indiscutible, porque voluntad de Dios fue crearnos como lo hizo.

No quieren entre sus sacerdotes a “degenerados” que empeoran la imagen de “La Santa Madre Iglesia”, tan vituperada en estos momentos; tan falta de Fe y de seminaristas con intención de consagrar su vida a los demás… si es que alguno ingresara con esa “premisa”.

Si la iglesia somos todos los que creemos en Dios ¿los homosexuales tienen prohibido creer en él?
En ningún caso veo justo que haya que prohibir a ningún hijo de Dios –porque lo somos todos- vestir hábitos si así lo dicta su corazón.

Sin estar de acuerdo con este nuevo mandato dentro de los miembros de la iglesia, opino que si de verdad quieren depurar sus filas, lo justo sería que; al igual que ahora no permitirán ordenarse homosexuales, deberían expulsar inmediatamente a todos los que actualmente lo están, sea cual sea la jerarquía que haya llegado a alcanzar.

Si lo que la iglesia quiere es limpieza y transparencia entre sus integrantes, habría que predicar –nunca mejor empleado el símil- con el ejemplo y si van a investigar la opción sexual de los nuevos candidatos a curas, imagino que también lo harán con quienes los son hace años.

Sufrir la incomprensión por una opción sexual diferente a “la correcta”, seguramente les hace sufrir aun más a los cristianos que la esconden bajo una sotana o un hábito, aunque hayan pronunciado votos de abstinencia, pureza y castidad; entre otros.

Además, si están obligados a cumplir con estos votos… ¿qué más da cualquier inclinación sexual? Hipotéticamente no practican sexo y el amor a Dios es místico.

Si un homosexual –según lo antes dicho- no es digno de amar a Dios, es tanto como decir que Dios no ama a los homosexuales y entonces de nuevo me pregunto… ¿para qué los creó?

El Creador nos hizo a todos iguales, negros, blancos, mestizos, buenos, malos, homosexuales, heteros y asexuados; somos sus hijos y un padre jamás renegaría de ninguno de sus hijos, porque sería tanto como estar de acuerdo en exterminar al que no nace a nuestro gusto y fuera lícito deshacernos de él.

Lo malo de esta nueva decisión clerical, es lo mucho que van a aumentar las listas del paro en el mundo, en el caso de que expulsen a todos los homosexuales que visten sotana y hábitos.

Estoy segura que si muchos de los que aplauden la nueva decisión papal hicieran examen de conciencia, miraran hacia su cercanía familiar y desinhibieran sus sentimientos, no serían tantos los que la apoyan.

Nuevamente las preguntas:

Un homosexual –por serlo- ¿es peor persona que otra que no lo es?
Un heterosexual –por serlo- ¿es idóneo para ejercer el sacerdocio?
¿Mejor un pederasta que un homosexual? ¿Mejor un violador que un homosexual? ¿Mejor un delincuente que un homosexual?

Por qué no simplemente; mejor una persona de buen corazón y con ánimos de ayudar a los demás y de predicar la ley de Dios, sea cual sea su sexualidad.

Mejor un sacerdote homosexual honrado que un sacerdote de los muchos que quizás existen utilizando el púlpito como catapulta para agrandar los defectos de los fieles quizás maquillando los propios.

Que le pregunten a los miles de niños que sufren en el mundo por no tener familia si prefieren seguir viviendo como lo hacen o preferirían disfrutar de un “hogay, dulce hogay”

martes, 16 de diciembre de 2008

NAVIDAD O HIPOCRESÍA... FELIZ 2009


DICIEMBRE-2008

Esta crítica, como todas las que escribo, no es más que el reflejo de los sentimientos que afloran en estas fechas que nos pintan plenas de amor, solidaridad y concordia, valores muy importantes para la convivencia.
Yo estimo que las Navidades de ahora; en este rancio 2008 que nos deja marcado por la crisis, precisamente de lo que carecen; es de valores.

Actualmente todo se reduce a calles llenas de coches y de gente que colapsan las ciudades gastando hasta lo que no tienen para no ser menos que el vecino.

Parece que alguien dio un pistoletazo de salida para que el mundo entero se lance a enriquecer a los comerciantes que casi a punta de pistola vacían los bolsillos de los incautos “consumidores” de supuesta paz, armonía y concordia.

Esas mismas calles engalanadas con guirnaldas y con millones de mortecinas bombillas encendidas, que apenas alumbran como una lamparilla pero que supuestamente alegran el paisaje.
Aceras sembradas de árboles sintéticos de navidad repletos de bolas de colores o abetos naturales adornados con lazos rojos chantajeando a los viandantes a las puertas de los comercios.

Los grandes almacenes se afanan en ser los primeros en llenar sus estantes con tentadores regalos y una enorme variedad de turrones, dulces y comidas que se empeñan en denominar “tradicionales”.

Los juguetes; esa parte tan importante para la formación de seres humanos, también son cosa de comercios y grandes almacenes que hipnotizan la imaginación de los niños y chantajean el bolsillo de los incautos padres que se sienten culpables por conceder poco tiempo a sus hijos y compran su cariño con esa multitud de cacharros que terminarán apilados en el trastero sin haber sido utilizados más que en un par de ocasiones ¡como mucho!

Las familias, salvo en raras excepciones, pocas veces se reúnen con verdadera armonía. Lo hacen –cuando lo hacen- para fingir un cariño que raramente existe, o para intercambiar absurdos regalos que -en la mayoría de los casos- ni gustan a quien los hace ni agradan a quien los recibe.

La Navidad es bonita cuando eres pequeño o cuando en la familia hay niños de corta edad y en la mesa no falta nadie, pero cuando ya eres consciente de los huecos que van quedando y que jamás serán llenados, la Navidad no deja de ser una época comercial que beneficia a muchos y “arruina” a demasiados.

Unos días en los que nos atiborramos tontamente de comida el estómago, mientras nos bombardean con mensajes de solidaridad para pellizcarnos el corazón con las desgracias ajenas. Esas desgracias que parecen desaparecer el día 7 de Enero y unos deseos de felicidad al vecino que se quedan en simples palabras vacías de sinceridad en cuanto se apagan los ecos navideños.

Reto a cualquiera a que me demuestre que no estoy en lo cierto.

Cuando todo el mundo se reúne, ríe, canta, se divierte y come a esgalla por simple gula, no piensan en quienes no tienen un pedazo de pan que llevarse a la boca ni en prestar un hombro amigo a quien necesite apoyarse en él.
Sin embargo cuando alguien se siente solo y triste, echa en falta las pequeñas cosas a las que nunca le dio importancia.

La Navidad es precisamente eso, echar en falta personas y situaciones que nunca regresarán, porque de tanto escuchar a todas horas lo bonita que es, se agranda la soledad de quienes no tienen nada, ni esperan llenar su mesa esos días de supuesta alegría, unión, armonía y buenos deseos.

Espero que esta crónica no le haga a nadie pensar que vivo amargada porque en absoluto es así. Simplemente tengo la valentía de decir, incluso por escrito, lo que pienso y no quiero sentirme manipulada ni siquiera en las supuestas tradiciones, porque yo mantengo, que la actual Navidad no es tradición, es hipocresía y no me creo esa supuesta “magia Navideña”, simplemente vivo con los pies en el suelo (aunque me torture la artrosis), y con los sentidos alerta para que no se me escape nada de lo que me rodea.

Sobre todo no quiero perderme la felicidad de compartir mi vida con quien lo hago, de disfrutar de la luz que irradian las miradas de mis hijas y la alegría de tener los hijos que ellas me han regalado. Ahora a esperar que lleguen los nietos –si llegan- para enseñarles lo que aprendí y para hacerles vivir la Navidad que mi abuelo me enseñó y que no tiene nada que ver con lo que ahora llaman Navidad, porque pese a todo, también la celebro.

Ahora mi Navidad es diferente. Intento vivirla cada uno de los días del año. Sin dejarme influenciar por absurdas tradiciones, creencias y chantajes emocionales.
Disfruto de cada momento como si fuera el último y procuro que mi familia y amigos sean felices sin necesidad de arruinarme para que otros se enriquezcan. Regalo a los míos amor a manos llenas, y de ellos lo recibo en idéntica medida… todos los días de mi Navidad, es decir, 365 al año.

Feliz año nuevo a todos mis amigos, a todos los que siguen mis Blogs y mis escritos, a mi familia y a los que me queréis un poco; a los que no, pues eso…

sábado, 13 de diciembre de 2008

TUNA DE CIENCIAS -VALLADOLID-

Ayer rebuscando antiguas cosas, encontré esta crítica que escribí hace años y aunque sea un poco “añeja”, como en su día no pudo ver la luz porque ni tenía Internet, ni hubiera sabido la forma de hacerla llegar, ahora, porque “nunca es tarde”, he decidido darla a conocer.
Quizás a nadie le interese o pocos recuerden lo que ocurrió, pero me apetece que se sepa por justicia y porque se lo debo a mi tuna. La titulé:

¿TONGO O ENVIDIA COCHINA? ¡AUPA CIENCIAS! -24-Mayo-1997

Soy una fiel seguidora de los congresos, certámenes y concentraciones de tunas que se celebran en Valladolid.
Suelo asistir a todos ellos porque me divierten y veo que hay muy buenos intérpretes sobre el escenario.
Además, me hacen reír con las bromas que a veces preparan los tunos para amenizar su llegada al escenario.
Naturalmente, no todas las tunas tienen la misma calidad musical; como en todo, las hay mejores, peores y muy buenas.

Rivales y hermanas, ya se sabe que entre las personas que persiguen unos mismos ideales; “aunque tú seas mejor que yo, nunca no te lo reconoceré”.

Para demostrar y mostrar cada una lo buena que realmente es, se ha creado el primer certamen de tunas del distrito de Valladolid al que también pertenece la universitaria de Palencia y la de Magisterio de Segovia.

El pasado sábado 24 de Mayo de 1997, asistí a dicho certamen tan ilusionada como siempre, esperando que esta vez las tunas se habrían preparado a conciencia para competir y ganar con honor, demostrando quien es la mejor tuna del distrito de Valladolid.
Durante la mañana todas las tunas se dieron cita en la plaza Mayor y a los pies del Conde Ansurez comenzó un precioso pasacalles que llenó de colorido, música y alegria la zona centro de nuestra ciudad.
El pasacalles también puntuaba para arañar votos a la hora de hacerse con el triunfo.

A las siete de la tarde en el palacio de congresos "Conde Ansurez" y al precio de 200 pesetas la localidad, daba comienzo el mencionado certamen de tunas del distrito de Valladolid donde nuestras estudiantinas iban a batirse para conseguir demostrar quien de ellas es la mejor de nuestra ciudad.
Primero actuó la Universitaria de Palencia que, salvo algún detalle, pasó sin pena ni gloria.
A destacar la horrible actuación del "pandereta" que no dio una sola nota bien. Musicalmente… ¡te queda mucho por aprender muchacho!

En segundo lugar actuó la tuna de Ciencias y como siempre, no sólo no me defraudó si no que logró emocionarme y ponerme el vello de punta y no sólo a mí, toda la sala gritaba ¡bravo! al acabar sus canciones rompiéndose las manos aplaudiendo su bien hacer.

Interpretaron en segundo lugar una canción que estrenaban ese día, “La Antigua canta”, compuesta por uno de sus miembros y que hizo que muchas personas de la sala tuvieran que sacar sus pañuelos para enjugarse las lágrimas. No eran los clásicos “Clavelitos” que todo el mundo corea, era una nueva y bellísima canción compuesta y trabajada por ellos mismos y que el público, como no podía ser de otra manera, premiamos el esfuerzo realizado. Esta vez al sonar la ultima nota, los aplausos y bravos fueron aun más intensos.

Después cantaron “La Jota de La Dolores”. Sonaban hermosísimas y afinadas las bandurrias, laúdes, bajos y guitarras; la voz del solista magistral y todos ellos cantaron con tanto amor que parecía que la misma Virgen del Pilar había bajado a darles las gracias por la maravillosa interpretación.
Al finalizar, nuevamente los aplausos vítores y bravos sonaron fuertemente en la sala que se “caía” emocionada.
Luego tocaron un popurrí que ya les oí en “Manos Unidas” y que interpretaron impecablemente, como siempre lo hace Ciencias.
Pensé que sin duda quedarían en uno de los tres primeros puestos –sin duda el primero- pero no quería juzgar demasiado pronto. Aún quedaba mucho por ver.

Lo malo es que los buenos siempre provocan la envidia de los que no podrán llegarles nunca ni a la punta de las cintas de la capa.

En tercer lugar actuó Medicina; nada que ver con lo que se espera de un competitivo certamen; ni siquiera de una simple actuación.
Daba pena ver cuatro monos haciendo muy mal las monerías sin estilo, sin gracia, sin nada que hiciera pensar que estaban luchando por ser la mejor tuna de Valladolid.
Espero que algún día sean buenos médicos, porque como sean tan malos como trovadores... tendrían que retirarse y dedicarse a otra cosa.

Después actuó la tuna de Magisterio de Segovia.
Exceptuando la breve actuación de un solista y la -como mucho regular- actuación de otro solista en una muy poco afortunada versión de “Noche de ronda” lo demás, una pena.
Primero de todo, su vestuario, raído, raquítico y ridículo. Para un certamen de esta categoría no valen esos trajes. Parecía que era un carnaval y que estaban disfrazados ridiculizando a la tuna.
Es verdad que el hábito no hace al monje y que tiene mucho valor sentimental la solera que un traje de tuno lleva consigo.
¡Si los trajes hablaran! Cuanto más roto, delata estar muy usado y mejor refleja las largas “noches de ronda”, aunque también es muy importante la buena imagen en un escenario y los futuros maestros segovianos absolutamente lo tuvieron en cuenta.
Señores, si habéis engordado o los trajes están que se caen de viejos, cambiadles por unos nuevos y los viejos que tiene esa “solera” y ese valor sentimental, guardarles con mucho amor para vosotros solitos.

¡Ah! y deberíais aprender a tocar mejor, que era una competición, no una simple comparecencia.

Tras el descanso actuaba la tuna de Derecho. Me dispuse a seguir disfrutando del espectáculo creyendo ¡ilusa de mí!! Que aun me quedaban por ver cosas nuevas, porque a priori, Derecho era una de las mejores y en aquel momento salieron a actuar.
De repente no supe si estaba en “Manos Unidas” 95 y 96 o en el certamen del “Río Esgueva” 95 y 96 o en cualquier otro evento musical en el que los escuché interpretar idénticos temas.
En vez de una actuación en directo, me parecía contemplar una pantalla de cine en la que veía repetidas las mismas actuaciones; sin cambiar ni una coma.

Debería estar en las bases del concurso no haber presentado en otra ocasión todas esas mismas melodías, o en todo caso, penalizar con puntos negativos las canciones ya interpretadas en la misma ciudad, aunque lo fueran en diferente congreso o certamen.

Debería puntuarse la originalidad de las canciones, porque repetir siempre las mismas, a base de “magrearlas”, naturalmente les salen “bordadas”.

Ciencias para la ocasión se prepararon a conciencia –me consta- interpretó por primera vez alguno de los temas; como dije incluso interpretaron uno propio e inédito y aun así, bordaron igualmente la actuación, demostrando la calidad musical que poseen.
Por eso para mí y para muchísimos de los asistentes, “Ciencias” fue la mejor, aunque tuvieron la “horrible” falta de pasarse 30 segundos en el tiempo establecido y desafortunadamente, eso sí restaba puntos porque estaba en las bases del concurso; aunque no fueron los únicos que se pasaron y no en tan irrisorios segundos, pero no les penalizaron.

Con ganas me quedé de gritar ¡¡TONGO!! Al escuchar el resultado de las calificaciones; que para mi fueron lo más irregular del certamen.
No es justo que los tunos sean los propios jueces siendo también parte, ya que no todos son ecuánimes al otorgar sus votos.

¿Es que no hay personas en el conservatorio o profesores de música o aficionados entendidos en Valladolid? No puedo creer que todos los tunos hayan sido justos en sus votaciones.
Han robado a “Ciencias” un trofeo que tenían ganado antes incluso de actuar. Son los mejores. Al menos ayer demostraron serlo y el público con sus aplausos lo dejó bien patente, no es que yo no sea imparcial.
Han demostrado envidiarles hasta el punto de quedarles incluso por debajo de la vergonzosa tuna de “Medicina”, a los que les digo que: no estéis orgullosos de un trofeo que no habéis ganado legalmente.

Y a los señores del jurado les digo que: se nota vuestro rencor descarado hacia la tuna de Ciencias, que pese a que en sus comienzos nadie creyó en ellos, han sabido conquistar el corazón de los vallisoletanos y sólo por eso, la envidia de sus tunas hermanas que no son capaces de equipararles ni mucho menos de superarles.

Si yo fuera madre de uno de los “ganadores”, le diría que en mi casa no quiero algo que han robado tan descaradamente a otros compañeros que realmente lo merecían más que ellos.

Con la mano en el corazón y por vuestro honor -si lo tenéis- decidme:
Cuándo habéis votado; ¿hicisteis tongo o era simplemente envidia cochina?

miércoles, 3 de diciembre de 2008

EXCURSIÓN A LA SIERRA DE LAS QUILAMAS



5-OCTUBRE-2008


Por segundo año consecutivo el Club Cicloturista de Alaejos organizó la ultima excursión cultural comenzado el otoño; y por segundo año también el buen tiempo acompañó a los participantes en ella, tanto en bici como a los senderistas o los que optamos por seguir en autocar una ruta alternativa.

También esta vez el autocar comenzó su marcha en Valladolid, camino primero a Tordesillas y finalmente Alaejos.

Con el vehículo repleto de gente abrigadita…, ¡¡por lo que pudiera pasar!! , comenzó esta última excursión 2008 rumbo a “La sierra de las Quilamas”.

A las diez y cuarto de la mañana avistamos “Monleón”. El sol brillaba y comenzaba a calentar, pero a esa hora no había tenido fuerza suficiente para derretir el manto de las primeras escarchas otoñales que cubrían parte del pequeño pueblo.

Almorzamos con lo propio porque no había bar –ni falta que hizo- donde tomar un cafelito a tan “temprana” hora. Una vez contento el buche, dimos un corto paseo para que privadamente los ciclistas pudieran enfundarse las mallas apropiadas para su deporte favorito.

Tras el corto pero intenso paseo, llegamos a tiempo de “dar la salida” al pelotón, que en esta ocasión estaba compuesto por seis fornidos chavalotes y por la aguerrida, y no menos fornida, a la par que delicada Alicia.

Cumplido este primer objetivo, a las diez y cuarenta el autocar reanudó la marcha hasta el cercano “Linares de Riofrío”, donde hicimos una parada de casi una hora para comprar pan, tomar café y pasear hasta encontrar y visitar la bonita iglesia de la Asunción.

La siguiente parada fue pocos kilómetros después en “San Miguel de Valero”, donde paramos el tiempo justo para apear senderistas.

No fuimos pocos los que optamos por esa ruta alternativa que antes mencionaba, con preciosas vistas y pronunciadas curvas. El pueblecito de “Miranda del Castañar” nos esperaba soleado y con temperatura exquisita, pero hubo que llegar hasta él por una carretera que en el mapa, que nos dio Gerardo, se asemejaba al intestino grueso de puro enrevesada…; y así les fue a algunos, que bajaron del autocar con la cara más blanca que el jalbiegue que vendía mi abuela Casimira.

Tratando de ayudar a los más perjudicados, nos afanamos en ofrecerles remedios que les aliviara el mareo y evitara que se repitiera en el inevitable viaje de regreso por el mismo camino.

Quizás el remedio que más gracia nos hizo a todos y con el que tuvimos mofa ya para todo el día fue cuando escuchamos: “ponte una tirita en el ombligo”. Ignoro si alguno de los afectados utilizó tan peregrino remedio, pero aseguro que imaginarles con una tirita en el “tete” es absolutamente efectivo para el cachondeo.

“Miranda del Castañar” es un pueblo precioso, el escenario perfecto de una novela medieval, tanto para ambientarla como para inspirarse y escribirla en una de aquellas casas de madera y piedra. Algunas calles empedradas, como lo estuvo nuestra añorada Plaza Mayor, son tan estrechas que sería imposible transitarlas a no ser “en fila india” y por personas de no demasiado volumen. Ahí se cruzan dos gordos que no se hablan y con tal de no retroceder se atrancan, y como no puede entrar la grúa para sacarles tienen que esperar hasta que se “esqueleticen”. (No se me ocurrió bobada más grande, por eso puse esta).

El ruido del chorro de una fuente cercana nos hizo acercar y con ayuda de las manos a modo de vaso pudimos dar unos sorbos de aquel agua fresca con un envidiable sabor a… agua. Algo que, a no ser embotellada, en pocas ocasiones podemos tomar sin que nos quede ese mal gusto a cloro… y esa alegría de disponer de ella con sólo abrir el grifo, sin tener que acarrearlo con el burro y las aguaderas en cántaros desde “El Caño”: ¡no vamos a quejarnos de todo al referirnos al agua!

Paseamos por aquel pueblo tranquilo, agotando el tiempo y disfrutando verdaderamente de la hermosura del lugar, antes de regresar en busca del autocar que había aparcado a la llegada en una bonita plaza presidida por un castillo que, aunque actualmente está en restauración, sigue siendo escenario de espectáculos taurinos celebrados durante las fiestas de septiembre (casualmente los mismos días que las nuestras): todo un lujo de emplazamiento, y es que en esto como en casi todo en la vida hasta para ser toro hay que tener categoría.

A la una y cuarto, muy a pesar de los afectados, circulábamos de nuevo por aquel intestino de hermoso paisaje que nos condujo de nuevo a “San Miguel de Valero” al encuentro de ciclistas y andariegos.

No tuvimos que esperar mucho para ese encuentro y el posterior desalojo del porta neveras del autocar. A Gerardo le habían dicho que encontraríamos un merendero cercano donde poder comer todos juntos como solemos hacer, pero ni estaba tan cercano ni nuestra hambre quiso esperar más. No podríamos compartir comidas, ese “¡toma! ¿quieres?” intercambiando exquisiteces. En esta ocasión no pudo ser; por eso decidimos entonces desperdigarnos por grupos, y entre buen humor, risas y chanzas, nuevamente dimos cuenta de las neveras que dejamos “aviadas” en un momento.

Daba gusto comer sobre rocas, entre pinos, con olor a resina fresca, que pegadita a la ropa algunos lucimos como “trofeo” en las posaderas el resto del día. Eso sí, no nos acostamos sin saber que la resina desaparecería fácilmente de la ropa frotando con un paño impregnado en acetona (quita esmaltes de uñas). Así de instructivas son las excursiones de nuestro club. Intercambiamos tan ricamente conocimientos y “trucos”, aprovechando al limite los momentos juntos.

Después de comer, y antes de volver al autocar, tuvimos tiempo de “bajar las migas” dando un paseíto por los alrededores del pequeño pueblo, para llenar los pulmones de aire puro y las retinas de vegetación y colores otoñales.

Sin perder un minuto del tiempo establecido y programado, lo siguiente fue – para los afortunados que consiguen dormir viajando- una siestecita en el autocar camino de “Alba de Tormes”, donde permanecimos una hora y cuarto visitando iglesias, pastelerías, tiendas y cafeterías (según el gusto y preferencia de cada cual).

Terminada la visita al pueblo donde descansa el cuerpo incorrupto de Santa Teresa de Jesús, quemamos la ultima hora y pico viajando hasta Alaejos, donde nos despedimos de los que allí terminaban su recorrido, haciendo lo propio en “La Torre de Sila”, donde con un “¡hasta la cena!” decían adiós las alegres tordesillanas.

A Valladolid “arribamos” puntualmente a las nueve de la noche. También nos despedimos con la nostalgia de saber que tenemos por delante un largo invierno hasta que con la llegada de la primavera podamos disfrutar del trabajo que, “desde mañana mismo”, comenzarán impecablemente a preparar nuestros organizadores y amigos del “Club Cicloturista” de Alaejos.

Un año más gracias a todos por vuestra compañía y colaboración, y un año más enhorabuena porque “salió todo rodado”.

martes, 2 de diciembre de 2008

RELATO DE UN VIAJE UN TANTO ESTÚPIDO

Voy a evitar los prolegómenos para no alargar demasiado la crónica de los hechos acaecidos en el mes de Julio.

Aquel aciago y caluroso día, llegué a la estación de autobuses con tiempo justo para tomar un cómodo coche que me trasladaría hasta mi pueblo.
Cual no sería mi sorpresa cuando me encuentro con un viejo autobús casi destartalado. Maldije mi suerte por no haber llegado a tiempo de tomar el nuevo.

Subí a aquel maloliente asador con ruedas atestado de gente abanicándose. Ya dije que el calor era de justicia y el aire acondicionado no funcionaba.
Me felicité al encontrar un asiento vacío a la izquierda del vehículo, así al menos no me iría dando el sol todo el camino.
A mi izquierda quedó vacío el asiento, pero desgraciadamente no por mucho tiempo.
Una de las últimas personas en subir fue un deficiente mental, gordo y sudoroso que de golpe ocupó ese asiento libre y parte del que ocupaba yo, lanzándome contra el cristal y dejándome prisionera entre el autobús y su culazo para el resto del trayecto. Naturalmente la situación se agravaba notablemente en las curvas.

Ni qué decir tiene que lo de deficiente mental es simple aclaración. No me molestan las personas enfermas, pero los ojos de aquel, me hacían temer una reacción nerviosa por su parte y que pudiera darme un mal golpe.

Mi compañero de asiento se ve que tiene otras costumbres que no hacen daño físico, pero si dañan el olfato, ya que de vez en cuando me llegaba un desagradabilísimo tufo.
No pude en la media hora de viaje dejar de utilizar mi abanico. Unas veces por el calor y otras por hedor.

No veía momento de llegar a destino para liberarme de aquel suplicio.
Por fin a la hora prevista, llegamos y salí de mi encierro para hacer transbordo a otro vehículo en el que hacer el resto del viaje sin la “airosa” compañía que venía sufriendo.

Subí buscando –como siempre- asiento a la izquierda.
Lo encontré pero casi en la ultima fila. Me dio lo mismo, aunque prefiero la mitad del coche mejor que el final. Saqué mi libro y comencé a leer con ánimo de alivianar el viaje.
Poco antes de arrancar el vehículo, subieron varios hombres y una mujer de nacionalidad extranjera.
Por su aspecto desaliñado; que no harapiento, parecían temporeros. Hablaban con grandes voces en un idioma que no entiendo.
Se acomodaron en varios asientos cercanos al mío inundando el coche de un desagradable olor a sudor.
Aclaro que el ser extranjeros es –como en el caso anterior- simple dato aclaratorio.

No tengo nada en contra de las personas que vienen a España a ganarse la vida, pero si lo tengo en contra de la gente sucia y ese olor –extranjeros o no- no era del trabajo diario, lo era de varios días sin pasarse una pastilla de jabón cerca de su cuerpo.
¡Ojalá eso hubiera sido lo peor!
A poco de reemprender viaje, dos de aquellos hombres se pasaron a los asientos justo detrás del mío. Pronto uno de ellos – que llevaba en sus manos una pequeña bolsita de lona- abandonó el lugar y se colocó en el asiento, sito delante de mí.
El que quedó detrás comenzó a hacer unos extraños ruidos. No quise en ningún momento mirar atrás. Salir de allí para cambiar a otro de los asientos libres, con el coche en marcha me daba más miedo que quedarme. No quería enfadar con mi actitud a aquellas personas.
Seguí con el libro en la mano delante de mi cara pero sin poder coordinar en mi mente ni una sola de las frases escritas en él.
Seguía escuchando aquellos extraños sonidos. Unas veces parecía que lloraba, otras que gemía o hacía algún esfuerzo fisiológico.
De pronto comenzó a inspirar con tal fuerza que parecía pretender extraerse las uñas de los pies a través de la garganta. Después escupía; supongo que en el suelo, no creo que con aquella actitud fuera tan cuidadoso de llevar un clinex para dejar aquello.
Repitió varias veces la operación de “limpieza” sin dejar de gemir o lo que fuera que hacía.
Mi miedo e incertidumbre no cesaban. Seguía clavada a mi asiento sin poder moverme y los kilómetros parecían no terminar nunca para llegar por fin a mi destino.

Creo que en aquellos momentos hubiera preferido al muchacho gordito y flatulento cerca. Todo con tal de no tener aquel ser respirando cerca de mi cogote.

Por fin, poco antes del final de aquel infernal viaje, salió de su “escondite” y se acercó a sus compañeros. Parecía ebrio. Permanecía de pie en el pasillo hablando torpemente con los ojos rojos como ascuas encendidas hasta que uno de sus acompañantes le obligó a sentarse.

Nunca sentí tanto placer al ver aparecer en el horizonte las torres de mi pueblo.
Bajé de aquel infierno con aire acondicionado a encontrarme con el “reconfortante” sol abrasador.
Respiré con alivio; mucho más al ver que aquellas personas tomaban un camino totalmente opuesto al mío.

Conclusión: en mi vida me he arrepentido más de no tener carné de conducir.

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